Para los historietistas colombianos no hay festival

Ya no es sorpresa que cada vez que se anuncia la programación de Hay Festival en Colombia, sin importar la sede, los dibujantes de historietas colombianos no aparezcan dentro de los invitados. Por más que en Colombia se estén publicando, cada año, nuevos libros de historietas y existan reconocimientos significativos, lo que se está narrando con dibujos parece importar poco en este gran evento de discusión cultural. Al contrario, autores de literatura como Héctor Abad Faciolince, quien desde hace unos años presenta una versión distinta de su libro El olvido que seremos en el festival, logró hacerse este año un nuevo lugar en el gran evento con la versión en novela gráfica de su reciclado libro, lo que supone para muchos lectores que la participación de la historieta colombiana está saldada y tiene su merecido espacio.

Por el festival, que lleva más de 10 años realizándose en Colombia y que es una plataforma para grandes conversaciones, han pasado dibujantes internacionales de historietas como Joe Sacco, Marjane Satrapi, Richard McGuire, Javier Olivares, entre otros, pero la cuota colombiana ha sido minúscula y casi que inexistente, si no contamos los esfuerzos que hizo el Festival Entreviñetas o el impacto que generó la publicación del libro Gabo por parte de Rey Naranjo Editores, la ausencia es total. 

No deja de ser curioso que en el caso de la literatura u otro tipo de publicaciones, si cualquier autor colombiano publica un libro, y por más regular que este sea, tiene entrada directa a la plataforma que le ofrece un festival como estos: una promoción de su trabajo, difusión con nuevos y posibles lectores, atención en prensa, y por supuesto, ventas. Pero, en el caso de la historieta, una participación e inclusión de lo que se hace en Colombia es algo impensado y el lugar y presupuesto se reserva para dibujantes y proyectos extranjeros. 

Es claro que para los dibujantes de historietas en Colombia, su deseo no está en hacer parte de festivales como estos, pues su trabajo, en gran mayoría, ha estado siempre en los bordes y movilizándose en espacios autogestionados, que ha sido su manera de resistir, a pesar de que las condiciones son estrechas y en muchos de los casos no son las mejores. Dicho esto, tal vez, en un futuro próximo, una apuesta más diversa en lecturas, en el festival, les permita a curadores y organizadores del evento reconocer que la historieta colombiana existe, y está ahí hace rato.

*La imagen de portada es de Francisco Peláez, dibujante colombiano. 

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Revista Blast es un medio digital que trabaja en la divulgación y crítica del cómic en Latinoamérica. Nuestro trabajo es promover y explorar las formas narrativas del noveno arte.

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