Desde el año 2016 se abrió por primera vez la Beca de creación en novela gráfica o cómic de la Convocatoria de Estímulos para el Arte y la Cultura, de la Secretaría de Cultura Ciudadana de Medellín, la cual ha permitido que autores como Luis Echavarría –Liborina– (Planeta cómic 2020), Francisco Peláez –Revisión a la Historia– (libros Antimateria 2019) y Ana López –Pánico– (Rey Naranjo 2019) realicen sus primeros proyectos de largo aliento en cómic, y den continuidad a su carrera como historietistas. Además, Pablo Pérez (Altais) y la guionista Lina Flórez trabajan actualmente en su segundo cómic periodístico: Tres Horizontes, gracias al estímulo otorgado en 2019.
Ahora bien, hasta la fecha y con el paquete de estímulos entregados en 2020, esta beca de creación no ha aparecido y su apertura en el presente año es una incógnita. En la ciudad existe un fértil trabajo creativo en historieta, hay diversos actores trabajando por el cómic local y nacional y una gran variedad de propuestas, proyectos editoriales, ferias e iniciativas. Sería una pena que este estímulo tuviera un retroceso, a pesar de los buenos resultados alcanzados. Teniendo en cuenta este panorama, es importante que los autores del sector se pronuncien públicamente acerca de un tema que los afecta a todos. Y no solo discutir la posible ausencia de la beca, sino sugerir ajustes a la misma; tanto en la convocatoria de jurados, la ampliación de estímulos para autoedición y la inclusión de otros géneros y formatos, además del fortalecimiento editorial de la ciudad, estableciendo que estos proyectos sean desarrollados por editoriales locales.
Dicho esto, hace poco se presentó a través de la Convocatoria de Estímulos del Instituto de Cultura y patrimonio de Antioquia, dos estímulos para la creación de novela gráfica o cómic para autores residentes en el departamento de Antioquia, exceptuando los que vivan en Medellín. Aunque, tanto las becas de Medellín como las de Antioquia no están exentas de trashumancia en participación, con autores que se mueven de un municipio a otro según sea el caso, la poca flexibilidad le resta participación a las convocatorias. ¿Cuáles son las consideraciones que se tienen en cuenta al momento de abrir convocatorias de ese tipo? ¿Se ha valorado que el grueso de los autores de cómics- incluso los nacidos en municipios- se concentran en la capital del departamento? Estos son algunos interrogantes que surgen a la hora de revisar una convocatoria con mínimos plazos para la presentación de proyectos y muy poca información previa.
Esperamos que la beca de cómic de Medellín continúe y los estímulos del departamento abran espacios de conversación con los dibujantes de cómic de la región y entiendan las diversas necesidades y las características de un ecosistema creativo que no puede ser visto bajo el simple corsé de la novela gráfica y todo lo que eso representa, algo que tantos malentendidos sigue creando.