Hace unas semanas me compartieron de nuevo ese particular video en el que la escritora y crítica mexicana Avelina Lésper habla de frente a una cámara mientras aparece encuadrada en un performance acusatorio sobre lo que es y no es, según ella: un cómic y una novela gráfica. En el video la crítica habla y repite, con su reconocido gesto teatral de impostada convicción, que asusta por momentos, una lista de mamarrachos argumentativos como este, cuando dice, al momento que pasa una imagen del documental de Jim Demonakos y Kevin Hanna Mike Mignola: Drawing Monsters:«una buena novela gráfica se puede convertir en el storyboard de una película». Algo en lo que Lésper cree con su vehemencia de escena y su retórica chambona, muy habitual en alguien que habla y malversa conceptos para exponer sobre lo que no sabe.
Recordé el video, muy visitado y bastante elogiado por una lista de incautos, para escribir sobre un podcast que es todo lo contrario a lo que hizo Lésper. Un podcast que, lejos de ese tono acusatorio y vertical, va de la mano de la belleza y la generosidad de las miradas y lecturas posibles en la narrativa gráfica. Hablo de Conversacómix: cómix desde la alcantarilla.
A Conversacómix llegué unos meses atrás esquivando tanta cosa que se puede atravesar a diario. Llegué por accidente, buscando información sobre Los hermanos Hernández y me enganché a un espacio en el que he aprendido nuevas coordenadas y he capturado recomendaciones que me han permitido refrescar ideas e interesarme por nuevas lecturas.
Como mencioné, la primera entrada que hice fue al programa sobre Los hermanos Hernández, de ahí en adelante se volvió costumbre escuchar, al medio día, o a veces en las noches las clases de cada episodio en el que no solo se habla de cómix, sino, con crítica sin reservas y agudos comentarios sobre las relaciones con otras formas de arte. Todo esto, en una conversación inteligente, sin mucho artificio, ajustada a un amplio marco histórico y estético que permite entender a los comics en toda su dimensión como forma de arte. Algo que, a pesar del tono fresco y sencillo, le da al programa uno de sus puntos altos.
La conversación se da entre Alejandra Espino del Castillo, historiadora del arte y artista visual, y Alfredo «Maza» Guzmán, doctorado con tesina en los Hernández Bros. Los dos parten de un tema determinado que sirve de orientación para navegar y transitar con argumentos y puntos de vista por muchos archipiélagos visuales y narrativos.
En los episodios podemos encontrar discusiones sobre las representaciones y los cuerpos en los cómics; una exposición sobre representación y paisajes; las porosidades entre cómic y artes visuales, diseños y arquitecturas en ciudades distópicas, exposiciones sobre lo real y lo documental, críticas a lo que ha terminado el fanzine institucional, una discusión amplia del cómic en las aulas de clase, entre muchos otros temas, así como entrevistas a investigadores como la chilena Paola Domínguez o a dibujantes como Iurhi Peña, y especiales monográficos dedicados a una sola artista como los episodios sobre Julie Doucet, Jean Giraud-Gir-Moebius y Alberto Breccia.
Cada una de las entregas resalta por la inteligencia y el cuidado en la información y la investigación, haciendo que las opiniones de Alejandra y Alfredo no se ahoguen en frases hechas o en el fácil y ya muy gastado seguro temático que sirve para disimular la falta de imaginación. La conversa tampoco está cercada por el ansioso y engañoso chovinismo, ya que al ser mexicanas no se limitan solo hablar del cómic mexicano por el cómic mexicano. Al contrario acá se entiende, con mucha diversidad, las diferentes posibilidades de los comics, locales y extranjeros, de grandes y pequeñas editoriales, de diversas formas, estilos y enfoques temáticos y sus relaciones internacionales más allá de las fronteras y el aplauso fácil y condescendiente. Además de que, las lecturas de ambos, su experiencia de trabajo y formación no hacen que la discusión sea una simple enumeración de lecturas y nombres, o una bolsa de palabras. Lejos de esto, la conversación es un desplegado tejido de pensamientos, posturas, preguntas, alternativas, ideas y recomendaciones, en el que lectores e investigadores de cómic y lectores poco habituales pueden entrar y escuchar.
Por estas razones no me canso de escuchar el sonido del piano inicial de Conversacómix, y navegar, cada que puedo, por la sonoridad de sus programas y descubrir cómo se habla de cómix desde la alcantarilla.
*Pueden acceder acá a todos los programas de Conversacómix