El Tempo Medico de Guido Crepax

Antes de hacer muchos de esos cómics que han sido catalogados como eróticos o pornográficos, o simplemente para adultos, en los que se asomaba siempre ese juego lúbrico en viñetas de personajes como Valentina y que serían el rasgo más visible del dibujante y arquitecto italiano Guido Crepax, el artista trabajó en varios oficios como dibujante ocasional e ilustrador, dibujando imágenes publicitarias para marcas como Cinzano y Shell con la cual ganó una Palma de Oro por sus dibujos y portadas de discos y libros sobre música; oficios que iría intercalando al tiempo que le daba forma y estilo a uno de los proyectos insignia en el mundo del periodismo cultural italiano del siglo XX: La revista Tempo Medico.

La revista Tempo Medico se definió en una línea editorial precisa, que encajaba a la perfección sus ambiciones  explícitas en el título. En su editorial # 1, de marzo de 1959, la revista se presentaba no solo como un medio de información al público especializado sino como un canal para mantener informados a los trabajadores de la salud en su apretada agenda. El tiempo, escaso como ahora, era un espacio que les sería suministrado a aquellos que no disponían de él, pero el cual necesitaban para actualizarse en la imparable formación médica.  Algo que se leía en su editorial era: “somos una revista para ser leída por aquellos que no tiene tiempo para leer”. Además de ir directo a las necesidades de los médicos, la revista se definía, como: “una herramienta de trabajo para aquellos que ejercen una profesión que está hecha de práctica, pero sobre todo de estudio continuo”. Con esto, la publicación era ideal para no perder de vista los avances médicos, las opiniones sobre casos clínicos, estar al tanto de temas relacionados con la actualidad médica, la cultura científica, así como investigaciones y análisis en profundidad de casos que, aunque trataran temas que comprometían la labor profesional, necesitaban de un espacio que establecería una relación dinámica y abierta con el lector.

 

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Fundada en 1958, por el médico milanés Nicolò Visconti, Tempo Medico fue el medio informativo de “Pierrel” un fabricante y proveedor de la industria farmacéutica y la biociencia. La revista era una versión gráfica, inspirada en el formato periodístico de la revista Time, pero con algunas variaciones, ya que sería el medio de información oficial de la compañía. En Tempo Medico, el estilo del dibujante Italiano Guido Crepax contribuyó a definir la identidad de la publicación,  logrando introducir no solo dibujos, sino innovaciones en contenido como la vinculación activa e interactiva de los lectores.

 

Presentación de un caso en Circuito Interno

 

Lo que empezó para Crepax como un encargo transitorio, terminó en un trabajo que se extendió durante casi treinta años, desde 1965 hasta 1993. Crepax dibujó durante esas tres décadas, no solo las portadas de la revista Tempo Medico, en las que aparecían retratados médicos italianos, sino que realizó también historietas sobre medicina, primero para una columna llamada Circuito Interno que se convirtió en poco tiempo en la famosa Clinicommedie; un espacio donde Crepax  ilustraba casos clínicos y dibujaba tiras cómicas a su estilo basadas en temas propuestos por médicos. Esto le permitió hacer experimentaciones gráficas e introducir personajes que luego utilizaría en sus otras historietas. En cada una de las ediciones, la Clinicommedie presentaba un caso a través del diálogo entre un médico y sus asistentes,  a partir de los síntomas expuestos se intentaba formular un diagnóstico correcto. Aquí es donde se hacía más interactiva la lectura: se  integraba al lector, quien participaba como médico en escena, respondiendo el cuestionario formulado por la revista, ubicado al lado de los personajes. El resultado acertado o errado del diagnóstico por parte del lector se podía verificar  constatando las respuestas acertadas. La idea, de esa columna ilustrada, participativa, fue una propuesta precursora que podría verse ahora como una versión anticipada en cómic y papel de serie televisiva Dr. House. 

 

Dos páginas de Tempo Medico.

 

La columna fue además, un lugar de experimentación para el dibujante, a medida que Crepax cumplía con su trabajo, le fue dando forma a los personajes y las demás historias que publicaba en otras revistas como Linus, donde por esos años presentó a un desconocido personaje secundario llamado Valentina. Los temas recurrentes en las historietas personales de Crepax iban  floreciendo alrededor de su columna médica: mientras dibujada médicos en escena, creaba por su lado historias sexuales, escenas sobre sadomasoquismo y violencia, para sus otros cómics. Su estilo detallado, la composición de la viñeta, el uso experimental de secuencias destinado a capturar emociones– y los detalles en sus páginas, así como la sensualidad y elegancia de los personajes femeninos se gestaron, en parte gracias al laboratorio creativo que posibilitó Tempo Médico. Algunos de estos rasgos, muy cercanos al personaje de Valentina, nacieron pocos meses después de la primera colaboración de Crepax con Circuito interno. Algo que lo haría reconocible en sus líneas para las historias eróticas clásicas que Crepax adaptó como: Historie d’O (1975), Emmanuelle (1979), Justine (1980).

 

Portada de Tempo Medico/ Julio de 1963 en homenaje al médico Ugo Cerletti

 

La columna,  y sus detalles estéticos fueron una cita esencial para los lectores habituales de Tempo Medico, durante los más de 356 casos, 200 portadas, y demás tiras que Crepax hizo hasta diciembre de 1993. Un trabajo que sirvió como herramienta de capacitación para los más de 60 mil médicos que estaban suscritos. Lo que hizo Crepax por ambos lados, en Tempo Medico y en sus obras personales, fue sentar las bases y dejar evidencias de la capacidad del cómic como arte para hablar de temas científicos y eróticos, alejándose de la idea de que el cómic es un arte solo para un público infantil.

Mario Cárdenas
Mario Cárdenas
Estudió literatura en la Universidad del Quindío. Ha escrito en diferentes medios sobre cómic y literatura. En sus ratos libres se dedica a tomarle fotos a "Caldera" su Bull terrier.

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