¿Que quién es Robert Crumb? ¿Es acaso posible que hoy en día muchas personas no sepan quién es este «geniecillo infernal» de los cómics? Nacido en Filadelfia, Pensilvania, el 30 de agosto de 1943, Crumb es sin ninguna duda uno de los dibujantes que más han influenciado a otros dibujantes en la manera de hacer cómics y está considerado como uno de los principales precursores del denominado «cómic underground». Dueño de un potente estilo gráfico que va desde lo más realista hasta lo más grotesco, sucio, caricaturesco y abundante en detalle, su producción ha sido tildada como «material pornográfico y obsceno». Y es que Crumb no ha tenido en ningún momento pelos en la lengua para mostrar en toda su obra sus inquietudes y preocupaciones sobre el sexo, la sociedad norteamericana y todo lo llamado «políticamente correcto».

Su dibujo está influenciado por artistas como Billy DeBeck, autor de la tira Barney Google, C. E. Brock, Rube Goldberg y E. C. Segar creador de Popeye. También Crumb ha citado entre sus mayores influencias a Carl Barks, que dibujó para Disney historietas del Pato Donald. En revistas de cómic como Zap Comic, East Village Other y OZ, Crumb creó personajes que se convirtieron en íconos de la contracultura. Personajes como Mr. Natural, El Gato Fritz, Flakey Foont, Shuman The Human o Angelfood Mcspade. Personajes que «Sienten el asco de la gran ciudad, son los sujetos a reprimir o exterminar porque no participan del modo de vida norteamericano» y que exhiben «la perturbadora idea de que hay que gozar de la vida y rechazar todas las imposiciones».

Crumb ha colaborado a lo largo de su carrera con otros artistas, como el escritor Charles Bukowski, al ilustrar el libro de relatos Tráeme tu amor y la colección de textos: El capitán salió a comer y los marineros tomaron el barco. Ha hecho una versión del Génesis bíblico muy minuciosa y profundamente documentada, y con el escritor David Zane Mairowitz ha dibujado una completa biografía de Kafka.
He seguido todo lo que podido su carrera como dibujante, ilustrador e historietista. Me he devorado sus comix, incluso recopilatorios como: el Sex Obsessions publicado por Taschen, donde, cómo no, Crumb repetitivamente sigue insistiendo que su mayor obsesión es el sexo, los cuerpos de las mujeres y jugar con ellos de todas las maneras imaginables posibles. Mientras el hipismo estuvo en auge, Crumb fue autentico y transgesor. En una época de experimentación y grandes cambios, Crumb, desde los comix, habló claro y fuerte elaborando un arte expresivo y demoledor. Tildado de misógino y pervertido, Crumb abrió las puertas del cómic a nuevas formas y senderos. Sin Crumb no habría un Clowes, un Joe Matt, Un Chris Ware, un Charles Burns o esos otros locos agresivos que son Johnny Ryan o Mike Diana.
Conocí a Crumb como perfectamente podría contar Mike Diana que tuvo su primer encuentro con los cómics underground: a través de las últimas páginas de la popular revista Heavy Metal, donde vi anuncios de cosas como Weirdo, una revista demencial cuyas portadas eran como echar dinamita en la retina.A partir de ahí comencé una indagación profunda sobre ese maniático que saturaba mis ojos y cerebro de tanta espesura. Tuve que escarbar en cuanta chatarrería o basurero estuvo a mi alcance para encontrar algo de él para leerlo.

Hoy en día y gracias a ciertas herramientas modernas y librerías contrahechas, he logrado hacerme con comix de este «demonio de la tinta» y en verdad que amo demasiado a este «asqueroso bastardo». Me da ganas de vivir cada trazo suyo. Porque si dicen que dibujar es trabajar con la «línea de la vida», para mí Crumb es excesivamente vital y de eso es que habla toda su obra.