En Argentina, cada 10 de diciembre se celebra el Día de la Restauración de la Democracia. Una forma de construir memoria y recordar aquel sábado de 1983 en que Raúl Alfonsín iniciaba su mandato como presidente constitucional, luego de siete años y medio de lo que fuera la más cruenta dictadura cívico-militar vivida en nuestro país. Por ello, cada diciembre -dependiendo del partido en el poder y del signo político de quien escribe- es un mes de balances. Balances con tonos más festivos o más tristes, según lo que mande nuestra conciencia.
No voy a mentirle a ustedes, querides lectores. La Argentina de Javier Milei ni siquiera es una nación triste. Es una nación agresiva. Una patria en la que el individualismo es casi una ley de la selva, donde nos quieren hacer creer que no hay ya vecines, amigues, familiares ni hermanes. Ahora, hay competidores.
Una lectura que busque interpretar el año que atravesó la industria de historietas en este país no puede darse sin contemplar el contexto político-ideológico y económico en el que sucede. Porque, por un lado, la historieta está afectada por el plan económico de este gobierno liberal. Y, por el otro, porque es la misma historieta la que ha sabido responderle a este fenómeno del «sálvese quién pueda» que Milei, sus funcionarios y sus seguidores buscan implantar.
Económicamente, en Argentina se vivió un incremento absurdo en los costos de vida. Una situación a la que les trabajadores enfrentaron con salarios congelados, jubilaciones recortadas, menos derechos laborales y con el miedo de ser elles también parte de les cientos de miles de despedidos y despedidas en las calles.
Entonces, la historieta vivió un año con una clase media y media baja -de donde sale el grueso de sus lectores- con menos plata en el bolsillo y con los precios de las publicaciones rozando los veinte dólares. Si para 2023 éramos de los países con los precios más bajos en lo que refiere al coste de los libros, revistas y fanzines de historieta, ahora cerramos un 2024 ubicándonos entre los países más caros de la región. Por eso, las primeras víctimas fueron los libros, que dejaron de venderse en los principales eventos, en las librerías y en las tiendas virtuales. Siguieron los fanzines y las pocas revistas que se editan en el país. Por último, cayeron los stickers, último referente del «se vende bien» que quedaba en pie.
Ante este panorama, lo que se espera para 2025 es un contexto de trinchera. Se deberá correr el fin monetario, en pos de sostener un ecosistema cultural en peligro. Porque no se está vendiendo nada. Y acá está la clave para entender la respuesta que empezó a moldear el conjunto de la historieta. Quienes forman parte empezaron a juntarse, a conversar, a charlar para encontrar una manera colectiva para sobrevivir a esta gran trampa que significó la llegada del nuevo gobierno. Mientras el presidente que se identifica con un león quiere imponer su ley, la historieta vuelve a construir su «héroe colectivo» y el «che, armemos algo el año que viene» es uno de los comentarios que más se escuchan al pasar.
Los diálogos se dan en «los eventos»: ferias, festivales, presentaciones y muestras que son la vidriera de la historieta nacional. No solo de su presente, sino también de su pasado. Entre las ferias, el colectivo Distrito Comix sigue creciendo. Volvió a la Casona de Flores a fines de abril y en octubre ocupó las salas del Centro Cultural Kirchner con Hoy Viñetas, un encuentro de historieta, ilustración y animación en secuencia que, además de reunirnos en un espacio majestuoso, recordó la importancia de un Estado presente en el desarrollo cultural de una nación.
Para el universo de festivales, fue un año agridulce. En abril se dio la última edición de V.L.P., el festival creado por Agus Casot que fue realmente una revolución para la historia del arte gráfico secuencial argentino y que, hasta que llegue el momento en que alguien tome la posta, será notoria ausencia en el calendario nacional. En agosto llegó la decimotercera edición de Crack Bang Boom en Rosario, Santa Fé. Nuevamente, una fiesta federal imperdible y un espacio de encuentro emocionante.
A estos cierres y continuidades se sumaron presentaciones, charlas, ferias y festivales repartidas por todo el país. Movidas que, pese a la baja en ventas, siguen nutriendo el campo cultural de cada una de las provincias, ciudades y barrios en donde se organizan.
La difusión en redes sociales y prensa gráfica, por su parte, tuvieron un gran referente: Joan, de ComicRacord. Es para destacar su dedicación y la gran creatividad para entender los nuevos formatos a la hora de hacer periodismo especializado. A él se sumaron los trabajos de un histórico como es Andrés Valenzuela, al frente de la columna especializada para un medio tradicional como es Página/12, la enorme labor de Jules Tosello en Notas al Pie y la vuelta de Edu Benitez con la -necesaria- sección especial de historietas en Indie Hoy.
En el universo podcast, La Historieta Rebelde sigue analizando los grandes temas alrededor de la historieta actual y estrenó nuevo formato, sumando co-conductores y agregando nuevas columnas espaciales.
El campo editorial, como ya conté más arriba, hizo frente a los embates económicos e ideológicos. Hotel de las Ideas repite un gran año y sigue demostrando a fuerza de títulos por qué es la mejor editorial de historietas en Argentina. Historieteca combinó la novela gráfica con el humor gráfico para conseguir un 2024 redondo, sostenido a fuerza de novedades y reediciones. LocoRabia sigue a buen ritmo y a su catálogo en papel se le suman cada vez más historias desde su propuesta digital de lectura libre y gratuita. Historieta Revólver se animó a dar el siguiente paso y publicó seis libros a lo largo de los últimos doce meses, repartidos entre reediciones y novedades pensadas para les lectores más cercanos al «lenguaje columbero». Deriva llegó a cuatro novedades y se mantiene como la editorial que más está buscando por fuera de lo que marca la norma.
2024 fue también un año de crecimiento para las plataformas digitales. A la ya nombrada LocoRabia E-Zines se suman G Cómics Online y Croma Cómics como las más constantes en cantidad y periodicidad. Pero acá me voy a tomar el atrevimiento de decir que WebCómic Mutante -proyecto del cual soy parte- sostuvo calidad, cantidad y diversidad. Aunque es necesario un análisis más complejo para entender el crecimiento de este formato entre las preferencias de les lectores, es llamativo el modo en que logró posicionarse como un medio con identidad propia y no ya como una preview de libros que después saldrán en papel.
Este panorama no busca ser un detalle preciso de todo lo que pasó este año. Es más, subrayo su no exhaustividad, sus huecos sin llenar, las cosas que olvido poner o desconozco. Mismo problema/virtud tiene este listado de las que, para mí, son las mejores historietas argentinas publicadas en Argentina durante este 2024. No están todas, no leí todas, no están en orden alguno. Son mis favoritas del año, esas que mejor me acompañaron en este año difícil.
Q (Santigo Musetti, Historieteca)

Santiago Musetti convoca el cuerpo y el espíritu de uno de los mayores escritores rioplatenses, Horacio Quiroga. En Q, asistimos al primer encuentro entre el autor y la selva misionera, su entorno característico. Quiroga enfrenta sus fantasmas en esa profundidad asfixiante, hasta lograr salir al claro siendo ya un hombre nuevo. Con pinceladas breccianas y una narrativa atrapante, Musetti logra el que es, para mí, el libro del año.
La Rebelión: historias del Cordobazo (Ian Debiase, Hotel de las Ideas)

A 55 años del Cordobazo, uno de los mayores levantamientos populares del siglo XX en América Latina, Ian Debiase imagina algunas de sus historias mínimas. Apoyándose en relatos en primera persona y en un largo trabajo de archivo, reconstruye aquellos días de mayo de 1969, sus sensaciones, sus momentos de justicia social y poética. Una obra espejo que, medio siglo después, nos devuelve el reflejo de este presente que pide lucha.
Las mujeres de mi vida (Maitena, Sudamericana/Penguin Random House)

Ocupando cinco salas del cuarto piso del Centro Cultural Kirchner, en octubre de 2022 inauguró la muestra retrospectiva «Maitena. Las mujeres de mi vida», a cargo de la curadora Liliana Viola. Un viaje por la vida de las obras de una de las más importantes humoristas gráficas de la historia argentina. Tal potencia tuvo la exposición que Maitena decidió dejar su exilio creativo, volver a las tiras diarias y editar junto a Sudamericana una recopilación de algunos de los trabajos que pudieron verse en la muestra.
El otro lago (Daniela Ruggeri, Maten al Mensajero)

«Amiga, sos Roald Dahl, pero con conciencia de clase y de género», es lo que le dije a Dani cuando hablamos sobre su obra. Ruggeri continúa con lo hecho en El diablo en la Torre Nueve (Barro Editora, 2021), ubicando las aventuras de un grupito en geografías no hegemónicas de Buenos Aires. Esta vez, les Little Rascals locales nos llevan a las profundidades del lago Lugano, en Villa Soldati. El género fantástico en su máximo esplendor.
Dora: La ciudad muda (Ignacio Minaverry, Hotel de las Ideas)

Minaverry es ya uno de los artistas más importantes de la historia de la narrativa gráfica nacional y Dora uno de sus personajes icónicos. En Dora: La ciudad muda, las pasiones, las búsquedas y los traumas de Dora y Geneviéve, pareja que se formó en entregas anteriores, entran en conflicto. Ubicada en una Roma que asiste al fin del neorrealismo italiano, Minaverry nos trae la entrega más «telenovelesca» de la serie. Nuevamente, Dora nos permite transitar ciudades alejadas en el tiempo y sumergirnos en el clima de su época.
Satén Rosa Rosa (Paula Boffo – Deriva)

Cuerpos húmedos se chocan en cada página de esta antología kinky. Deriva reúne los trabajos de historieta erótica e historieta porn0 de Paula Boffo hechos en los últimos años, a los que se suman portadillas e historias inéditas. Pau rompe con la extensa tradición de historieta erótica hecha por y para varones cis para explorar fantasías preciosas que nos dejan en un mood caluroso y electrizante.
La hermandad de las flores (Mai Diorio/EOS Chandre, WebCómic Mutante)

Mai Diorio y EOS formaron una dupla creativa potente y brillante. Juntes, ganaron uno de los cinco premios de la Convocatoria Abierta 2022 de WebCómic Mutante con La hermandad de las flores. Finalmente, en este 2024 vio la luz esta aventura de supervivencia, de magia y de sororidad atrapante. Una obra de tonalidad suave y tierna, rota por los momentos de drama y acción. Una dupla que comprendió a la perfección cómo llevar el lenguaje al nuevo formato web.
Dear Patagonia (Jorge González, Sector Ediciones)

Dear Patagonia era una de las figuritas difíciles dentro de una colección, ya de por sí, difíciles de completar como es la de Jorge. Sector Editorial rescata de ese lugar esta obra majestuosa y hace realidad el sueño de muches de poder tenerla y leerla. En Dear Patagonia están los largos silencios del autor, el lugar privilegiado que se da a la soledad, las tensiones y los conflictos, la explosión gráfica puesta al servicio de cada una de esas sensaciones.
Inspector Bull (Carlos Albiac y Horacio Lalia, LocoRabia)

La fuerza de un clásico es incomparable, más aún cuando se encuentran dos potencias del tenor de Carlos Albiac y -me pongo imaginariamente de pie- Horacio Lalia. Ahí radica gran parte de la importancia de las reediciones. Se las suele llamar «rescates editoriales». Creo que efectivamente son eso. Pero no para salvar a la obra del olvido, sino de un lugar aún más peligroso: ese en el que una obra conocida por muches no se consigue. Inspector Bull recupera el género que en Internet llaman «policial detectivesco», pero que en Argentina conocemos como «policial», a secas, sumándole elementos del «policial negro». En una oscura Londres que todavía se adapta a los cambios de la Segunda Revolución Industrial, el inspector de la Scotland Yard, Bull, debe resolver enigmáticos, sangrientos y, en algunos caso, terroríficos casos policiales.
Sundari (Facundo Nehuen López, WebCómic Mutante)

Historias de una profundidad filosófica como ya no se hacen en manos del gran heredero de la historieta de aventuras en Argentina. Facundo Nehuen López agotó su tirada de fanzines en la última edición de la Crack Bang Boom, luego del éxito de su publicación en WebCómic Mutante. La cosmovisión indú se sumerge en un manejo magistral de los blancos, los negros y las escalas de grises que muestra Facundo. Acá está el presente pero, sobre todo, el futuro de nuestra historieta.