Christian Díaz Orejarena (artista alemán de padre colombiano) en Otras rayas- Andere Linien (Golden Press, 2021), dibujó una sinuosa y divertida historieta para recorrer los llamados «Caminos de Lengerke» y repasar los vestigios de la colonización alemana en el siglo XIX en el departamento de Santander, los cuales fueron trazados por el «venerado» empresario alemán Geo Von Lengerke el héroe de La otra raya del tigre, la novela histórica de Pedro Gómez Valderrama. Su recorrido es el descubrimiento del país de su padre y la historia de una familia se me aferra a las herencias coloniales, a la explotación y el despojo que se ha extendido por más de dos siglos. Otras rayas es una narración gráfica sobre las rutas invisibles de la admirada colonización, un tránsito inverso a la historia de los alemanes en Colombia a través de un experimento dibujado para representar y cuestionar la visible.
Hablamos con Christian sobre su trabajo como artista y dibujante de historietas
Otras rayas- Andere Linien, el título de su libro alude a esas otras líneas que hacen parte de la historia de la colonización alemana en Colombia. ¿Cuáles son esas otras rayas que se hacen visibles en su trabajo? ¿Qué líneas de conexión que soportan este trabajo?
Conocí la colonización en Colombia en la región de mi familia paternal durante un viaje. Era una perspectiva nueva para mí. Con otros artistxs hice un viaje por los caminos de Lengerke en Santander en el marco de una residencia artística llamada «Viaje a pie» organizada por la «Galeria la Mutante». Esos caminos, también llamados «caminos reales » eran la conexión entre los pueblos santanderianos y el río Magdalena durante el siglo XIV, y hoy en día son rutas para turistas en la región. Empecé allí a discernir el acceso a recursos y a caminos de comercio sea pavimentados, de herradura o de agua, como líneas en el mapa mundial de extracciones, desde el sur hasta el norte global. A partir de este viaje conocí también perspectivas de luchas del presente en la región hablando con activistas contra la Hidroeléctrica de Sogamoso y participantes en el bloqueo de paro nacional en la ruta del cacao hacia Barrancabermeja.
Las líneas en mi novela grafica son metáforas visibles y textuales que conectan historias del pasado colonial con el presente – los caminos de comercio en el mapa colonial, las rutas de bienes de exportación hoy en día, son los senderos de los caminos de herradura en Santander del siglo XIV etc. En mí historieta atravieso esas líneas históricas de explotación a través de mi historia personal como colombo-alemán en Colombia. Utilizo la línea dibujada de múltiples formas para reflexionar sobre la temática y conecto con el motivo de las líneas historias de Colombia con historias de Alemania del pasado y el presente.
Usted ha mencionado que su motivación original era hacer una versión anticolonial de La otra raya del tigre, la novela de Pedro Gómez Valderrama sobre Geo von Lengerke, sobre todo los «Caminos de Lengerke ». ¿Por qué decidió trabajar con este propósito?
Naci y crecí como hijo de un inmigrante colombiano en Munich, Alemania. Durante mi niñez no pude conocer a Colombia y tenía una imagen más bien exótica del país de mi familia paternal.
Cuando viajé a Colombia la primera vez como adulto conocí Santander, Bucaramanga y Zapatoca – la región de donde proviene mi padre – como un territorio de múltiple colonización alemana. En vez de un mundo «exótico» tuve experiencias sorprendentes con familiares ultra-conservadores y mitos de alemanes mujeriegos y historias que admiran el desarollo económico traído de Europa.
Desde mi perspectiva Valderrama en La otra raya del tigre describe la historia de Geo von Lengerke en Santander admirando los logros de este comerciante colonial de Alemania. Conociendo a Santander y mi familia como artista colombo-alemán me sentí confundido en mi rol de doble identificación, ni de alli ni de acá, con mis privilegios de un extranjero y las paralelas que raramente tenía con esos señores alemanes del siglo XIV.
Así fue que al inicio, en broma, empecé a decirme: «Ah, voy a hacer una reinterpretación anti-colonial» de la novela de Valderrama contando mis experiencias conociendo a Santander y su historia colonial como alemán o colombiano chiviado de Alemania.
Lengerke en su historieta aparece como un asesino en masa y una especie de protoparamilitar, que dejó, dicen, más quinientos hijos sin reconocer. ¿Qué relaciones encontró entre estos procesos de colonización interna en Colombia, la herencia del despojo, la explotación a los pueblos con la expansión paramilitar de los últimos años en Colombia?
Investigando los textos sobre esa historia encontré correspondencias entre entre Lengerke y el Estado. Allí el alemán demanda la expulsión forzada de lxs indigenxs Yariguíes de los territorios que atravesaron los caminos de herradura utilizados para el transporte de mercancías. La práctica de aniquilar cualquier resistencia al desarrollo económico usando medidas violentas, para mí esto también una estrategia del paramilitarismo. En el intermezzo histórico de la historieta, en modo de exageración, planteo esa paralela en forma de humor negro.
La novela de Valderrama como usted bien lo sabe, tiene una adaptación a televisión, ¿se sustrae algo de ambas versiones, tanto en la original como la televisa en su libro? ¿Qué distancia marcó en su versión dibujada?
La historia de mi libro es una invención propia. Sustraigo desde el original la perspectiva de «un alemán en Colombia» y paralelizo mi perspectiva personal en el Santander del presente con la perspectiva colonial de hace dos siglos. La referencia al material histórico es nada más un punto de partida para una revisión crítica y polémica de esa historia colonial y para contar historias del presente desde mi perspectiva personal. Yo, desde mi formación, vengo más bien de las bellas artes. La afirmación de una reinterpretación de la novela histórica para mí en ese sentido es más un gesto, una idea conceptual, desde la que creció algo propio.
Otras rayas no es solo representación, también es viaje, su viaje a Colombia por el que se despliegan preguntas y descubrimientos. ¿Qué fue encontrando en este viaje y la investigación que realizó? ¿De qué forma cambió su idea de Colombia con este trabajo?
En los fragmentos históricos, como mencionado arriba, aparecen perspectivas a luchas contemporáneas. Son luchas por justicia en la distribución de tierras en Colombia, de la redistribución de riquezas, del derecho a vivir en paz. En las entrevistas que hice con activistas pero también en las conversaciones con mi familia conocí la complejidad y también la segregación de la sociedad colombiana. En el libro también hay escenas en Alemania. En un encuentro con un amigo que participa en una exposición de arte en un museo reconocido de Munich, allí me entero de que la compañía que re-asegura la hidroeléctrica en Santander también tiene colección de arte y patrocina la exposición. Irónicamente también aprendí mucho sobre la hipocresía de lo «nacional», de cómo funciona Europa históricamente y que es supremamente importante luchar por alternativas al capitalismo extractivista.
Hay algo además muy llamativo y son las formas, las líneas serpeteantes, formas y líneas que se enredan repetidamente y que aparecen copando muchas páginas. ¿Por qué el libro está trazado visiblemente con estas formas?
Para mí son esas formas una metáfora para los caminos. He estado en búsqueda de una forma simbólica que logre conectar las diferentes historias. Las líneas representan los caminos pero también son mutaciones de una escultura de arte en el espacio público en Munich, son una mutación de mí mismo como viajero artista blanco privilegiado, son las materias primas de la historia que se apoderan de la historia y empiezan a cantar. Los fragmentos en que aparecen esas formas metafóricas para mí son como un refrán que estructura la novela gráfica como una canción popular. Esta es la razón por la que llamo al libro una «Operetta de comic» – la visualidad de sus refranes es muy, digamos, acústico, ruidoso, surreal.
Usted trabajó en «Remixing Chalarka» un proyecto de investigación artística que realizó junto a Carolina Pinzón Rivera ¿Le influyó el dibujo de Ulianov Charlarla para hacer Otras Rayas?
Este proyecto no está acabado. Tiene que ver con nuestra admiración del trabajo del dibujante Colombiano Ulianov Chalarka. Juntos con el sociólogo Orlando Fals Borda y su equipo él realizó historietas sobre luchas campesinas en la costa de los años 70 del último siglo. Empezamos de hacer talleres audiovisuales con jovenes en Ciudad Bolívar (Bogotá) y Villa Jiménez (Montería) con la idea de reinterpretar esas perspectivas de lucha y resistencia al presente con miradas de los jóvenes.
Cuando empezamos ese proyecto mi novela Otras Rayas ya estaba casi terminada. Después de haber trabajado tanto tiempo en el estudio es más bien una forma de buscar camino más a la vida y la acción.
Bueno, además fuera de Colombia, ¿Qué otras historias alemanas o de otro lugar fueron material para este trabajo?
Hay la múltiple conexión entre Alemania y Colombia en paralelo a mi biografía: Las excursiones de conquista alemana en Colombia por parte de los Fugger y Welser de la ciudad bavárica Augsburgo (Amrosius Alfinger, Nicolas Federmann etc.). Y pues la mirada a las concesiones económicas de hoy en día.
The Walking Man, la escultura de Jonathan Borofsky aparece en la narración gráfica, moviéndose, pasando por la estructura de la narración. ¿Por qué decidió insertar esta escultura en la historieta?
Esa escultura icónica en el centro de Munich en Alemania está situada en frente de la sede de una compañía de seguros, dueña de muchos seguros a modo global e involucrado en megaproyectos como el de la Hidroeléctrica de Sogamoso en Santander. Utilicé esa figura, la figura del caminante blanco, y la cambio a través de la historieta a otras cosas, a fantasmas de resistencia, a líneas y voces críticas del coro de las materias primas históricas. La reinterpretación de esa obra me pareció interesante por la posibilidad de reinterpretarla de múltiples formas gráficas. Un juego divertido.
Usted ha realizado además en las presentaciones, lecturas performáticas con máscaras de marimondas, videos ¿Qué le aportan estas narrativas a Otras Rayas?
La marimonda como figura de resistencia afrocolombiana en la costa me pareció muy interesante. Su historia es una historia de apropiación: se la apropian lxs afrocolombianxs con la máscara Tucum del Camerún para inventar una burla de las clases privilegiadas y blancas. Se la apropia el carnaval comercial de barranquilla como mascota comercial e ícono de Barranquilla. En la historieta hay un intermezzo en que la marimonda aparece como una figura izquierdista sabelotodo que cuenta un poco de la historia colonial alemana en Santander. Me pareció chistoso reapropriar y repolitizar esa figura en este contexto.
Por último, ¿habrá edición de Otras rayas en español?
Estoy buscando un editorial que tenga interés en publicarlo en español. Así que si alguien sabe dónde y quién: Adelante!