Cuadernos Gran Jefe, los diarios en cómic de Truchafrita

«A dibujar, se aprende. Se aprende mediante el esfuerzo, mediante la dedicación laboriosa, mediante la acumulación de errores que acaban conduciendo a un resultado mínimamente satisfactorio», escribió José Luis Múnera en ese libro corto titulado: Oficio de dibujante (Astiberri Ediciones). Aprendiendo con esfuerzo, dedicación y en solitario ha sido como se ha consolidado el trabajo del historietista colombiano Álvaro Vélez (Truchafrita), quien además de dibujante es un experto lector de cómics que escribe sobre cómics y ha sido el motor de unos de los fanzines de largo aliento en el país: la gacetilla Robot y los Cuadernos Gran Jefesus diarios.

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Con una presentación autobiográfica del autor, algunas referencias a su obsesión por leer y dibujar cómics, la fascinación por escuchar música y coleccionarla, una idea fantasiosa por una banda, y un recuerdo en la escuela, empezaba en 2004 la serie Cuadernos Gran Jefe, diarios de Truchafrita, una serie de cómics sobre cómics, cosas sin importancia y muchas historietas autobiográficas, algunas imperdibles, apuntando a la infancia, al planeta de la nostalgia.

Los Cuadernos Gran Jefe, diarios de Truchafrita son una serie de revistas producidas y editadas por TruchafritaUna revista de cómics, una revista de autor. La edición número trece incluirá, esta vez una nueva versión autobiográfica de Truchafrita, un homenaje al oficio del dibujante, todo esto, en la vida de ese personaje hedonista que vive pegado a los lápices como forma de alegría, que se debate y resiste aún en crear cómics y ser feliz. La serie ‘Gran jefe’, que en sus primeras ediciones era un fanzine, ha ido aumentando en las últimas ediciones en tamaño y formato.  A pesar de la expansión y la inclusión del color para algunas historias, conserva la esencia y las referencias a los temas favoritos del historietista: ver televisión, dibujar, leer, escuchar música, beber y otros placeres.

Los cuadernos pueden leerse por separado o de forma integral. Cada una de las ediciones está en dos fronteras visibles: el aburrimiento político en la adultez y la felicidad de la infancia. En la serie circulan historias de amor, los días en una escuela, las primeras peleas, el recuerdo y el amor por el padre. No obstante la línea autobiográfica, estos ‘diarios’ son una caja de recuerdos en la infancia de un niño en la Medellín o Colombia en los años 80. No es la Medellín referenciada y hundida en la violencia (aunque hay un ruido de fondo sobre ello), sino una Medellín con otros recuerdos; la infancia como patria, donde aparecen una serie de historias como la vida contada por los televisores y el misterio temprano del cierre de emisión a las doce de la noche, la vida entre mangas y rastrojos, la posibilidad de jugar al fútbol, soñar entre árboles y fabricar avances tecnológicos como los aviones y globos de papel o los robots con cajas de cartón.

Con similitudes al trabajo de  historietistas como el noruego Jason, al nostálgico Tom Gauld de Golitah y Un Policia en la Luna o las variaciones silentes de Jim Woodring, los diarios de Truchafrita son su obra mayor, en la que ha madurado un estilo producto del trabajo, la vocación y la terquedad de veinte años. Su trabajo tiene línea de dibujo limpia que le ha permitido crear mundos para cada uno de sus personajes, para sus Funny Animals, que son a la vez, parte y contraparte del mismo Truchafrita.

En la serie también hay comentarios sueltos sobre el dibujo, editoriales como relatos, la imaginación como evasión a la pasmosa realidad, los sueños, referencias a libros y lecturas, debates sobre política filosofía o historia; discusiones sueltas entre Truchafrita y Chimpandolfo, exposiciones sobre gustos y temas, con la mirada de Topo y Robot. Cuadernos Gran Jefe, además, es una forma de argumentar y dar opinión a través del cómic, de la conversación en dibujos entre tragos, bares o parques de la ciudad.

Con una precisa habilidad para contar historias, Truchafrita ha hecho de esta serie uno de los trabajos en cómic referencia en Colombia y Latinoamérica, donde además de mantener el pulso afinado durante tanto tiempo, Los cuadernos son un homenaje al cómic seriado, hecho por entregas, por capítulos coleccionables, series con mayor o igual valor que la reciente explosión de novelas gráficas, y que Truchafrita se ha encargado de sacar con determinación, con alegría para narrar visualmente sus ideas.

 

Mario Cárdenas
Mario Cárdenas
Estudió literatura en la Universidad del Quindío. Ha escrito en diferentes medios sobre cómic y literatura. En sus ratos libres se dedica a tomarle fotos a "Caldera" su Bull terrier.

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