«Crear debe ser divertido y emocionante o no vale la pena crear»: Mónica Quant

Nacida en Toluca, Estado de México Mónica Quant vierte de emocionalidad sus narraciones gráficas, dibujos e ilustraciones, que en muchos casos están atrapadas por el horror coporal. Su primer libro Un Día Más, una representación tóxica de lo que se siente sentirse ajena y extraña en una monstruosa ciudad, fue publicada por Editorial Fauna Nociva (2019) en México, historieta que será publicada en Colombia por Mapache cómics. Además es fundadora y gestora del proyecto de imprenta comunitaria «Basura Infinita» desde 2020, que se enfoca en la impresión de cómics y fanzines. En 2019, ganó la Beca Jóvenes Creadores en la categoría Narrativa Gráfica por Orlando Quant: Entre el Agua, la historia de su abuelo, quien fuera fundador de un movimiento guerrillero en Nicaragua.

Para los lectores que no conocen su trabajo, en el que hay ilustración, autoedición, diseño, historietas y más. ¿Cómo lo definirías?

Creo que es una exploración de la narrativa autorreferencial. Después de un largo tiempo enfocándome a dibujar me di cuenta que mis ejercicios gráficos eran solo un medio para expresar lo que quería contar: El destino siempre fue la narrativa, un esfuerzo personal de autoconocimiento.

Ahora con eso más claro pienso en todo lo que hago como si fuera un espejo: Lo que vivo y cómo lo siento a veces me resulta muy abrumador y transformarlo en una secuencia de imágenes me ayuda a procesarlo un poco, conocerme a mí misma. Si bien me encanta el cómic y siempre será mi principal enfoque, me parece que esta búsqueda me obliga a irme trasladando entre medios y expresiones. Alguna vez la gente me ha dicho que a pesar de los varios medios y diferentes estilos gráficos con los que experimento siempre son capaces de reconocer mi trabajo por las emociones que se ven en él, si es así, considero que estoy cumpliendo mi principal objetivo, que es dejar una parte de mí en cada cosa que produzco.

Usted tiene una amplia formación en ilustración y animación. ¿Qué tanto le ha servido ese tipo de formación, respecto técnicas y recursos en el dibujo de sus historietas?

Como bien lo debes saber, los cómics son mucho más cercanos al cine y a la animación que tal vez a cualquier otra expresión artística. Parece ser que es muy común en el medio confundir la habilidad de dibujar con la capacidad de contar una historia, lo que creo que ha restringido las temáticas, algo similar al cine de alto presupuesto: Muchos efectos y muy poco guion. La narrativa gráfica sufre de una aridez inmensa en su enseñanza (francamente en todos sus ámbitos). Al fin y al cabo saber contar una historia es lo que hace la diferencia entre un buen o un mal producto y lo que aprendí sobre animación e ilustración fue un buen acercamiento, pero no lo suficientemente especializado.

Aunque no estoy por completo de acuerdo con el término «novela gráfica» como intento de dignificación de las historietas, es verdad que a veces se ha dejado de lado el aspecto literario del medio, no me había dado cuenta de esto hasta que yo intenté hacer el trabajo titánico de hacer un cómic de largo aliento. Me parece que si bien en mi formación he recorrido varios callejones y he dado vueltas alrededor del asunto principal, lo increíble del cómic es que se nutre de cualquier arte: Pintura, ilustración, cine, literatura y animación pueden ser siempre fuentes de referencia directa gracias a la multidimensionalidad que contar una historia requiere.

«Un día más» :cómic ganador de la 2ª convocatoria de publicación de cómic lanzada por Fauna Nociva.

Hay algo de manga Shojo, manga de horror, de animaciones y otras variantes narrativas y gráficas vertidas en sus narraciones e ilustraciones. ¿Qué ha encontrado en este tipo de dibujo e influencias para hacer sus cómics sobre la vida cotidiana, lo extraño y la muerte?

Siempre me ha atraído el drama (jaja) tanto en la vida real como en las historias, pero sobre todo, el que surge en la narrativa interior de cada uno de nosotros. Me parece que es algo con lo que cualquier persona se puede identificar, es una constante en la condición humana, la inestabilidad del ser. Me parece que es la manera más sincera de acercarse a una historia, poniendo en juego una parte propia en las páginas, un proceso para el que necesito sincerarme conmigo misma alrededor de lo crudo de mis propios pensamientos.

Portada de «Un día más» Fauna Nociva.

Desde que empecé a tomar el dibujo más en serio me preguntaba por una manera de representar la violencia sutil del día a día sin recurrir a cosas obvias, una fijación que es herencia de mis gustos en manga y animación. Cuando una mujer llora, no solo está demostrando tristeza, también hay furia, frustración, dolor y desesperación; cuando una pareja pelea, para el transeúnte puede ser un espectáculo incómodo, pero para los participantes, las sensaciones pueden equivaler a algo de vida o muerte: ¿Cómo puedo representar eso sin diluirlo? Probablemente dibujar a alguien derritiéndose, o a dos personas transformarse en truenos crea un acercamiento más certero que solo mostrarlos llorando.

Sus padres son arquitectos. ¿Hay algo en esas convivencia con la arquitectura en familia que ha tomado para sus dibujos?

Es gracioso porque a pesar de que ellos no pudieran ejercer la profesión de manera libre, su influencia siempre ha sido muy obvia. Mi papá y mi mamá apartaron tiempo para contarme historias durante toda mi niñez: Antes de dormir, yendo a la escuela como cuenta cuentos o solo mientras jugábamos, además de poner el ejemplo con sus propios intereses (mi papá ha dibujado desde que es adolescente y es coleccionista de cómics, mientras mi mamá ha sido siempre muy creativa, amante de las manualidades y abierta a escuchar). No sé si el plan era que yo me dedicara a esto (jaja es muy poco probable) pero si me dieron una base privilegiada para empezar a crear historias y dibujos que las acompañan.

Una composición de Mónica Quant.

¿Podríamos decir que el horror corporal en sus historietas es una manera de representar el amor, lo romántico deformado, las emociones y lo que se siente en esos estados?

Creo que lo explicaste mejor de lo que yo lo he hecho antes (jaja). Recuerdo que una vez describieron un cómic mío como una historia de amor y me escandalicé: Nunca quise hablar de una relación amorosa si no de lo que se siente traicionar los instintos propios o sucumbir a ellos arriesgando la esencia propia. Quería hablar de lo complicado de la traición, de lo difícil de la comunicación y del desconecte entre el deseo y el cuerpo. Cualquier relación, amistosa, familiar o romántica, más estructurada, se convierte en una bomba de tiempo. Pero el drama exterior por más divertido que resulte se queda corto en contraste al mundo interior de un personaje, que es donde realmente se lleva una batalla. Soy muy egoísta, y aunque mis pensamientos son muy románticos, nunca hablan del amor por sí mismo. Porque el amor es muy poco claro, tanto así que a veces tiene más sentido explicarlo con el cuerpo.

La historieta latinoamericana es un gran archipiélago, en muchos casos no alcanzamos a conocer y leer lo que se está publicando en cada país. ¿A qué dibujantes mexicanos se siente cercana? ¿Qué historietas/editoriales/proyectos recomendaría?

Es muy triste lo desconectados que estamos entre nosotros sabiendo que nuestras narrativas tienen tanto potencial de alimentarse entre ellas. Tengo la gran fortuna de haber encontrado a muchos camaradas interesados en seguir creando narrativa interesante con gráfica que constantemente me inspira y lucha por ser única y genuina. Hernán Gallo, John Marceline, Tamara Dávila (cumbiasborrascosas) (mi compañera del colectivo GRUPO SHAMPOO y una de las autoras más prolíficas que conozco), Gala Navarro, Berenice Medina, Iurhi Peña, Apolo Cacho, María Magaña y Rocío Ameyali, todos grandes exponentes de los cómics alternativos, una demográfica audaz e innovadora. Además de siempre recomendar a dos proyectos que se han encargado de promover el cómic en México: S.A.R.A, Beibi Creizi, y Fauna Nociva, ambos proyectos que se han encargado de generar propuestas ante un vacío de publicación que editoriales más grandes se niegan a abordar, y a los cuales coincidentemente, les debo mucho por el apoyo que me han prestado desde el inicio.

Ilustración de Mónica Quant.

Hablemos un poco de Un día más (Fauna Nociva, 2019) que es la recreación de lo que pasa con las relaciones nocivas, las amistades frágiles y la depresión en una especie de futuro distópico. ¿Cuáles fueron los insumos e influencias para dibujar esta historieta?

Hice este cómic a la mitad de un punto de quiebre personal hace ya bastantes años y mi interés siempre ha sido darle seguimiento, pero gracias a que mi salud mental nunca ha vuelto a caer en ese declive, regresar a esa narrativa ha sido algo difícil. En ese entonces por todo lo que me sucedía emocionalmente tuve un brote de dermatitis atópica muy fuerte y recordé cuando me mudé a la ciudad, y la dureza del agua me ocasionó lesiones en la piel. Imaginaba que la ciudad me rechazaba, que solo la gente que se transformaba en algo tan voraz como este lugar podía vivir aquí; que tenías que convertirte en un monstruo o regresar por donde viniste (a la fecha puedo decirles que en efecto, logré convertirme en monstruo).

Me parece que el sentirse ajeno es el sentimiento que predomina en la historia, no tanto el amor. Tuve varias referencias cercanas para hacer esta historia: Tomine, de Junji Itto, Oyasumi Punpun de Inio Asano y mi eterna referencia: Clamp, que no solo es influencia en dibujo sino también en el exceso de drama (jaja). Años después, me preguntarían si mi influencia era Black Hole de Charles Burns que ahora encuentro muy chistoso que no lo fuera.

Ilustración Digital. Portada alternativa de Mi cómic «Un Día Más» editado por Fauna Nociva. Julio 2019.

Hay otra historieta con la que ganó la Beca Jóvenes Creadores 2019 en la categoría Narrativa Gráfica: Orlando Quant: Entre el Agua. ¿Este es un proyecto terminado? ¿Podría contarnos un poco de qué va?

Entre el agua es la historia de mi abuelo, un fundador del movimiento guerrillero en Nicaragua en los años 60s. Cuando inicié el proyecto, a los 29 años, me di cuenta que él tenía la misma edad cuando partió a entrenar con la milicia. Me ha resultado ser una muy extensiva y por momentos estresante y dolorosa la exploración de la historia familiar. ¿Cómo convertir a tu propio abuelo, que ayudó en tu crianza y uno de tus mayores héroes desde la niñez en un personaje después de explorar todos sus errores, sus batallas y sus victorias? Sobre todo cuando las atas con tu historia personal y la vida de todos tus demás familiares. Es algo que requiere mucho más que sólo dibujo y empeño, requirió también, terapia (jaja). Además de que se interpuso un dilema moral: ¿Cómo represento un pedazo de historia clave de Latinoamérica sin enaltecer sus defectos como movimiento y sin por error traicionar mis propios principios sociales y políticos? ¿Cómo abordo el intervencionismo estadounidense sin caer en el nacionalismo propagandístico o peor aún, en parecer pro-imperialista? ¿Cómo está atada Nicaragua a mi identidad siendo mexicana, latinoamericana? ¿Cómo elaboro este guion sin que termine pareciendo una crónica histórica? Todo esto resultó en un proyecto enorme que me rebasó en su momento. Hoy la re-estructuración de la historia está en curso, con muchos más recursos y abordada desde una visión mucho más informada. Aunque el proyecto está en pausa, me gusta pensar que está madurando con claridad y propósito.

Una historieta de Mónica Quant.

Desde este año ha estado estudiando la Maestría en Narrativa Gráfica de AVE, Guadalajara. ¿Cómo ha recibido la formación académica con el enfoque directo en Narrativa Gráfica? ¿Qué rescata de lo aprendido hasta ahora?

Los espacios como esta maestría me parecen un enorme esfuerzo por tratar de documentar, profesionalizar y extender el conocimiento sobre la narrativa gráfica en Latinoamérica. Hasta el momento me resulta impresionante cómo parece ser que esta disciplina tiene relativamente pocos recursos enfocados solo a ella y tenemos que constantemente explorar estudios de otras expresiones artísticas para empezar a crear teoría sobre cómo funciona el cómic a pesar de ser algo tan popular e incluso más antiguo que el cine, y por esto la encuentro muy interesante y emocionante.

Dicho esto, creo que hay un elemento que se explora más a un nivel autoral que aún no tiene casi lugar en la conversación y es la exploración y experimentación con el medio como una expresión estética y no solo comercial. No soy particularmente partidaria de tomar decisiones basadas en el público y la demanda de cierto tipo de historias fáciles de consumir. El enfoque de «al fin y al cabo es un negocio» me parece un vicio de la industria del entretenimiento que no es necesario que guíe lo que cada autor deba producir si ha decidido tomar ya uno de los caminos más rocosos de la producción artística como lo es la narrativa gráfica.

La narrativa gráfica latinoamericana debe buscar sus propios cánones e identidad en vez de esforzarse fervientemente en copiar modelos sajones, europeos o japoneses de éxito monetario, después de todo, la riqueza de nuestra gráfica es extremadamente extensa e interesante, ¿por qué esforzarse a copiar si podemos, sin ningún problema, generar nuevos caminos nosotros? Claro que con esto no quiero parecer una purista, siempre hay influencias en el trabajo de todos y aún más en esta época, pero negarse a acceder a la esencia de la identidad latinoamericana más allá de temáticas superficiales (como la autoexotización, la explotación de clichés sobre la violencia y la exposición superficial de las tradiciones) debería ser una prioridad, no la producción de obras que puedan alcanzar a masas extensas de público sólo por producir números agradables.

Podría discutir como la existencia de materiales más accesibles pueden funcionar como un cuello de embudo para producción más especializada, pero no encuentro tanto impulso a la exploración personal del medio o a la propuesta de nuevos formatos de historia. La complejidad del mercado editorial de la narrativa gráfica debería ser algo muchísimo más explorado dentro de los espacios académicos.

Es claro que usted explora muchos registros, estilos y formas, y no le gusta quedarse en una zona segura. ¿Hacia a dónde apunta el futuro cercano de Mónica Quant en narrativa gráfica?

Yo misma me hago esta pregunta. Explorar nuevos estilos gráficos fuera de la norma de los que puedo ser capaz es una de las cosas que más me divierten, y creo que mi propia educación está enfocada a expandir esta parte de mi formación. Todo esto y seguir poniendo un énfasis en la calidad emocional de las historias que produzco, aprendiendo mucho más sobre guion me apasiona muchísimo. Por el momento, estoy elaborando una serie de cómics basados en historias personales de la búsqueda de la identidad, ambos con ayuda de recuerdos personales, una llamada: «Juventud» y otra llamada «Perro Cubo» ambas están más orientadas hacia el humor y algo más tranquilo, algo que tengo como objetivo para crear nuevas experiencias narrativas. También estoy emocionada en por fin poder echar a andar mi micro editorial para fanzines y publicación y seguir promoviendo la creación de nuevas revistas y que la gente esté atraída hacia crear sus propios cómics. Además de que Un Día más será publicado en Colombia por Mapache Cómics ¡Qué emoción!

A parte de esto quisiera crecer en otros ámbitos que enriquezcan de manera diferente el valor estético de mi obra: La pintura, el mural, el arte callejero etc. He llegado a la conclusión de que crear debe ser divertido y emocionante o no vale la pena crear.

Mario Cárdenas
Mario Cárdenas
Estudió literatura en la Universidad del Quindío. Ha escrito en diferentes medios sobre cómic y literatura. En sus ratos libres se dedica a tomarle fotos a "Caldera" su Bull terrier.

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