Hay un subtítulo en la portada, en la parte inferior de forma horizontal «Historias absurdas para personas absurdas». No es lo que más se destaca porque en la portada, inclinada y con la sonrisa de un pajarraco, de un pico amarillo que le sale de una cabeza con escaso pelo, está el cuerpo de una abuela, desnudo y mórbido. Es el número uno de El ave errante comix firmado por «Desperfecto» uno de los integrantes de Sarcófaga «La mejor editorial del mundo» como uno de su personajes lo afirma. Sarcófaga es un colectivo editorial con un propósito claro: «Todo esto lo hacemos con la única intención de brindarles placer y disfrute a sus manías y gustos más aberrados» como lo dijeron en un artículo para Cartel Urbano.
Las escasas páginas del libro son a la vez atractivas y repulsivas, impresas en serigrafías que le dan impactos a esta publicación policromática de colores fluorescentes y sin muchos detalles de fondo. No hay acá la ambición oportunista de la novela gráfica, o la adopción de ese título que reviste cualquier trabajo a medias; las historias absurdas son un poco más que eso, pequeñas acciones que no llevan a nada, y que lo único que hacen es provocar. No enseñan nada, no sirven para nada, no educan, en fin, historietas en su fase «peligrosa» e incorrecta, como lo hizo Julie Doucet, Mike Diana, Simon Hanselmann, Johnny Ryan o Mattioli, y tantos otrxs, con historietas poco amigas de las conservadoras formas institucionales que han ido moldeando una versión de los cómics bastante triste y aburrida que solo genera estancos estéticos. Lo cual, es refrescante en un ambiente donde los comix han ido perdiendo carácter, transformándose en los buenos chicos, correctos y ñoños que la cultura ha invitado, como si las etiquetas de validaciones anecdóticas fueran la manera más efectiva de hacer historietas y de este manera ser aceptadas por más lectores fuera del nicho habitual.
Son seis los relatos aberrantes, en los que siempre hay mierda, detritus, pedazos de órganos, más mierda, y más mierda, sin contar las historias centrales, que son los locos apuntes de un boquinche exitoso y los otros dibujos interiores que están adheridos como fanzines; ilustraciones de cuerpos deformes, cuerpos vomitivos, cuerpos de varias cabezas como si fueran fotografías familiares incrustadas en las páginas. El primer relato, presentado en un encabezado con letras en mierda y cucarachas es: Me enamoré de un bollo de mierda, ahí la secuencia de pocas viñetas muestra a un hombre con los pantalones abajo haciendo una deposición hasta que se enamora de lo que ha expulsado, sin embargo, su cercano amor con la materia le provocará una absurda muerte. Otro de estos pocos digeribles relatos es Abuela, un encuentro sexual entre un nieto y su abuela que termina por consumir el cuerpo del joven, ya que no hizo caso a las peticiones de la mujer. En esta historia, como en la demás: Asuntos de pareja, El desechable, Redención, las imágenes repulsivas se mezclan con los colores y las sensaciones que producen; que pasan de lo fétido a lo indigesto, esto gracias a las representaciones directas y el énfasis en las imágenes, que son cruzadas por las licencias y las palabras que usan los personajes.
Si bien estas historias son un camino al abismo, el detalle no está tanto en lo que se cuenta, sino cómo se cuenta y los materiales que han usado en Sarcófaga, a pesar de lo absurdo y lo explícito, el libro resalta por los cuidados en el diseño y la impresión, lo cual hace que El ave errante comix sea un trabajo para revisar y de hecho emular, sobre todo para el caso de otros proyectos que tienen ambiciones distintas, que siempre se quedan colgados en la promesa de la portada y la anécdota educativa y didáctica, porque un libro de historietas es también un objeto de diseño, un aparato gráfico, donde se integran forma y contenido, en el que los juegos con las tintas, narran y las texturas derivadas de la impresión deberían ser algo más que dibujos insulsos.
Punto aparte, leer esta serie de relatos gráficos es una invitación a revisar los otros trabajos de esta editorial como lo son: Daniel el travieso rompe un vidrio, una de las últimas entregas de la editorial, un libro infantil con 24 páginas serigrafiadas de «apuñaladas y cortaduras»; Jesucristo es mi copiloto un libro que reúne dibujos divertidos sobre Jesús en situaciones extrañas de copiloto y; Zona de confort, Familia o No me gusta la violencia.
El ave errante comix
Sarcógafa editores
Por desperfecto
32 páginas
2018
¡Son hermosos esos cómics!