El experimentado escritor y guionista de cómics Óscar Pantoja en su más reciente entrega: Neruda Lluvia, montaña y fuego (Rey Naranjo, 2022) presenta una biografía dibujada sobre el poeta Chileno ganador de un nobel de literatura en 1971, acompañado desde lo gráfico por el ilustrador colombiano Esteban Millán, quien le agrega cada color, vida, belleza al guion de Pantoja y a la vida de Neruda.
En Neruda Lluvia, montaña y fuego la vida del ilustre autor va narrándose desde sus inicios hasta sus finales de manera paralela, un recurso propuesto por Pantoja desde su guion para que el lector no se pierda fácilmente. Millán, siguiendo las pautas, usa un color más gris para la adultez y la vejez, el cual tiene un sabor más político: de dolor, de enfermedad, y de vez en cuando un color rojo de esperanza que acompaña a Matilde, su pareja. Y un color más arena, más playa, que aparece cuando es niño, joven y joven adulto.
Hay excepciones de color en momentos especiales, que sobresalen, dotando de énfasis lo narrado. Por ejemplo, cuando Neruda va al bosque y encuentra bichos y aparece capturando la belleza que hay en ellos y la inspiración que le generan. O Cuando tiene 20 años y escribe 20 poemas de amor y una canción desesperada la página se estalla en rosado, y se hace de mucho color e imágenes en las que el mismo Neruda empieza adentrarse, además de esto, las imágenes y colores tienen que ver con los poemas, con su vida y lo gráfico. Una escena en la que esto se entrelaza bellamente sucede cuando se muestra la época en la que probó las drogas, pues también, algo en él, explotó, exploró y no solo se iluminó la página, sino algo en su ser.

Estas son las lógicas que se proponen para entender la obra sin tantas palabras que la expliquen, sino más con un trabajo que se va haciendo de la mano del lector que de a poco irá estando atento a lo que se narra. Lo bueno de crear una lógica es que también se puede llevar al extremo y hasta romper ese sentido que se ha construido.
Los cuadros en el cómic sirven para muchos fines: Atrapar ideas, escenas, personajes, entre otros. Pero también, si se rompen, sirven para hacer sentir que eso que es importante, eso que se riega y sale, es inabarcable en una ilustración y sale a flote a la realidad. Este detalle también ocurre aquí, aparecen muchas formas de narrar, de atrapar los momentos, como decía, pero también de salirse de ellos. Cuando Neruda levanta una piedra los bichos se riegan por fuera del cuadro del cómic y casi que por fuera de la página hasta la realidad, o cuando Neruda atrapa un insecto de morado brillante y se sale de las manos y vuela al cielo no lo puede atrapar ni un cuadro negro, solo un fondo blanco, infinito y abierto como el cielo.

En el contenido vamos al pasado y a ese presente de Neruda en medio de la enfermedad y la tensión política. Neruda siempre fue un rebelde, me atrevo a decir, no quería la política que profesaba la mayoría, tampoco lo que su padre quería para él y lo que Neruda pensaba de sí mismo. «Emprendí la más grande salida de mí mismo». Cuando era muy joven el padre deseaba que su hijo fuera todo un «hombre», masculino, y el hecho de que Neruda escribiera lo alejaba de los estándares de masculinidad del padre. Es por esto que el padre destruía su poesía. Las inconformidades por las que pasó Neruda lo hicieron experimentar situaciones complejas, conflictos internos, mentales y físicos, además por la misma rebeldía sintió profunda hambre y vio su casa en llamas, momentos que le apretaron su estómago y su garganta. Pero para la literatura habrá valido la pena, porque al final todo explotó dentro de él por primera vez a sus 20 años cuando escribió su poemario más conocido.

En un segundo momento de su escritura, uno de los más importantes fue cuando no salió de sí mismo, sino cuando vio la realidad «como tener los pies en la tierra» se puede leer. Pasa del joven que siente a profundidad el mundo pero que igual siente una represión emocional, a un adulto reflexivo que no solo escribe, sino también toma partido en la política y que, por eso, desde el principio hasta el final de este libro, la política suena en la radio.
Neruda es un poeta presente en su país, en la poesía y en este cómic que abarca de manera magistral casi todas sus aristas. Es por eso el valor de Neruda Lluvia, montaña y fuego que además de rescatar estos valores y esta belleza, es una obra que queda enmarcada en la mente de los lectores y que los hace ahondar por los trazos y las líneas de cada página construida con narrativa, gráfica y poesía, varias técnicas que juegan en la mente y no nos dejan ir hasta terminar de leerla.