Cuando hablamos de un artista, generalmente hay una tendencia a identificarlo desde otros referentes. Esto puede ser un desacierto si se encasilla el trabajo del autor y no se logra vislumbrar a cabalidad su propuesta. Sin embargo, también puede constituirse como un acierto si se quiere entender la raíz de la producción artista, casi como una radiografía, para hallar ese elemento que hace de su trabajo algo singular, único y excepcional.
Pablo Vigo es uno de los autores de historieta argentina contemporáneos cuya influencia por parte de los artistas norteamericanos es más contundente. Su estilo está atravesado a simple vista, para muchos, por el movimiento alternativo de finales de los 80’s. Sin embargo, sus trazos y el tratamiento narrativo de sus personajes responden a dos influencias mayores, aunque para los expertos del cómic todo termine en la obviedad de señalar la cercanía con autores como Chris Ware, Charles Burns o Daniel Clowes, a quienes el mismo autor sin duda declara como parte de sus referentes junto a Gabrielle Bell, y Seth, este último, su historietista favorito.
«Hace tiempo, cuando era chico, di con una reedición del primer número de Spiderman, en el que empezó a trabajar John Romita Sr como dibujante. Algo en el valor (el pincel grueso) de la línea se quedó conmigo, además de estar enamorado de la aplicación plana del color. En ese momento no lo podía explicar con palabras, pero te digo que a pesar de entender que lo que veía era un artefacto de otra época (porque en ese momento la moda del dibujo que se veía en la tele o en las revistas era otra, y estoy hablando de mediados de los 90´s), lo reconocía como quinta esencia del cómic. Y de hecho, hoy en día, al lado del tablero de dibujo tengo constantemente dos libros medio baratos con historietas de John Romita Sr, quien lo empezó todo para mí y la manera en la que tengo de encarar el dibujo», relata Vigo.
Pablo Vigo se apropia de todo esto y construye su propio estilo, tanto en la técnica que usa para dibujar sus viñetas, como en la autenticidad con la que crea y desarrolla sus personajes.
Desde las historietas que dibujó para la revista Doppelgänger (2013 – 2016), recopiladas posteriormente en el libro Lo Salvaje (Maten al Mensajero, 2017), hasta la reciente colección de Dusko, 5 historias (Maten al Mensajero, 2021) y su Doble Función, Dusko (Maten al Mensajero, 2022) conservan una conexión a nivel visual con estos referentes y a nivel narrativo como veremos más adelante.
Una enumeración rápida y análoga que evidencia la influencia que atraviesa a Pablo Vigo para dibujar sus historietas sería básicamente: la disposición -en su mayoría- clásica de las viñetas, junto a la clara línea gruesa y sin modulación, rellenos a tope, los detalles en la expresión de sus personajes y la disposición tipográfica en cada historieta.
Si la técnica del dibujo en Pablo Vigo encuentra su influencia en los referentes mencionados anteriormente, la construcción narrativa responde al slice of life del manga que leía de chico:
«Desencantado con la historieta a la que tenía acceso, me empecé a encontrar con el manga. Este aspecto más “contemplativo” de los escenarios y el tiempo es super común en el manga. Y fue cuando leí el Volumen 4 de Macross 7 Trash de Haruhiko Mikimoto que se empezó a construir esta idea de: ¡Ah!, es así como tengo que contar algo!», explica el artista argentino.
Desde el espacio por los que transitan sus trazos, que en su mayoría son escenarios urbanos de la Ciudad de Buenos Aires, hasta la psicología que le impregna a sus personajes, porteños hasta la médula, hacen parte del engranaje de un estilo propio, elaborado casi con lupa y que se completa con el dulce artificio que Vigo hace con la ficción.
En las microhistorias que construye hay un desplazamiento desde el género policial, la comedia, hasta el terror. Pablo Vigo no deja al azar los elementos que elige para la anécdota que quiere contar con cada personaje. Con minuciosidad elabora nodos visuales, que sirven como pistas para el desarrollo de cada historia y que están dados con planos detalles y objetos aislados.
Las historietas de Vigo están compuestas por fragmentos de vida que le otorga a sus personajes. Son fracciones de la vida de personajes cuyos nombres muchas veces desconocemos y en los que se representan pequeñas tramas de la cotidianidad. Más allá de la pincelada que el autor nos deja como abrebocas para un final, cada historia queda abierta a la interpretación del lector, quizá también porque sus personajes siguen con vida y probablemente los veremos de nuevo en otra de sus obras.
A pesar de no que no existen los finales, el desenlace que nos muestra Vigo no es siempre el de la conquista. Si bien hay quiebres narrativos, los personajes responden siempre a un contexto de lo marginal, lo raro, lo anormal. Las personalidades que expone Vigo evidencian defectos, fracasos, carencias, problemas. Ante todo son humanos, reales. Cada uno atraviesa lo justo y su extensión en páginas responde a eso.
En este intento por desentramar todas las funciones de Pablo Vigo, autor estrella del catálogo de la editorial argentina Maten al Mensajero, podemos concluir que sus historietas tienen algo único e irrepetible: son viñetas que por la construcción de sus elementos a nivel visual, logran el ritmo de una narración cinematográfica; y que por su elaboración minuciosa a nivel narrativo, revelan el lado b de la particular y compleja personalidad porteña en relación con la ciudad, con los otros y con su propia mente.
Muy buena la nota 🙂