«Alienation»: De cuando el destino nos alcanzó

«Es probable que sólo alcancemos la verdadera humanidad cuando seamos capaces de preservar la atmósfera y la naturaleza, porque la naturaleza no es algo que esté ahí afuera: es nuestro cuerpo y destruirla es destruir la humanidad»

Margaret Atwood

Para nadie es un secreto que la ciencia ficción constituye uno de los géneros narrativos más interesantes y que al mismo tiempo se le ve con cierto menosprecio injustificado por parte de la academia más tradicional, que no deja de suponerlo la suma de meras aventuras ambientadas en un futuro hiper-tecnologizado.

Al mismo tiempo, para los amantes de este género una de sus muchas virtudes es su capacidad para generar otras formas de entender la realidad: si bien somos conscientes de que estamos ante un mundo distinto al que conocemos, siempre está latente la posibilidad de que, -para bien o para mal-, bajo ciertas circunstancias la propuesta que se nos presenta se cumpla. Y ese es precisamente uno de los grandes méritos del género: su capacidad para permitir mostrar a su autor una postura crítica ante los actos humanos.

Doble página de «Alienation». Inechi.

Al igual que la ciencia ficción, la narrativa gráfica ha tenido sus momentos de menosprecio y de reconocimiento por parte de los estudiosos, un camino lleno de obras que enriquecen el medio y otras menos relevantes, lo normal en cualquier lenguaje.

Fundada en 1976 por Gary Groth y Michael Catron, la editorial norteamericana Fantagraphics se ha encargado de promover y entender al cómic y la narrativa gráfica como una forma de arte, labor por la cual cuenta con un enorme reconocimiento y prestigio a nivel internacional. Su catálogo abarca lo clásico, lo erótico, lo underground y  demás géneros que dejan ver no sólo un interés por lo vanguardista sino también por reconocer la relevancia histórica de algunos autores y trabajos.

Inés Estrada, Inechi, autora mexicana cuyas lecturas de infancia pasarían por aquellas ediciones nacionales del pájaro loco, droopy, etc. -a las que poco después, con  la llegada de internet, se sumarían mangas como Naruto y Death Note- representa una de las voces más interesantes de la narrativa gráfica nacional y si bien hizo sus estudios en el INBA, su trabajo en el cómic presenta un carácter más bien autodidacta.

Detalle tropical de «Alienation». Inechi.

En 2012 gestionó, junto con Rodrigo Simancas y Carlos Olvera, el festival de autopublicaciones, zines y cómics Zin Amigos y formó, con Roi Simancas, el colectivo artístico Café con leche. También se encargó, junto a la artista canadiense Ginette Lapalme, de la publicación de Gang Bang Bong, antología de cómic underground internacional y, en colaboración con Enrique Arriaga, escribió Fanzinología mexicana recopilación de narrativa gráfica y visual de tres décadas de fanzines mexicanos. También escribiría, para la revista digital Vice, la sección Tebeo tropical, donde se encargaría de publicar cómics propios, reseñas y entrevistas a diferentes artistas latinoamericanos.

Ojitos borrosos, su primera compilación de sus fanzines realizados entre 2008 y 2012 y publicado de manera autogestiva, recibió 2 premios Ignatz -a mejor compilación y mejor artista- mientras que otros trabajos como Traducciones y Sindicalismo 89 han sido editados en Europa. Alienation, es su más reciente novela gráfica, escrita y dibujada entre el 2016 y el 2017 en Texas como parte de una serie de 6 fanzines, ambientada en clave de ciencia ficción y con ciertos toques de terror.

Portada y contraportada de «Alienation».

Alienation narra la historia de Elizabeth, joven que trabaja haciendo shows eróticos en línea y vive con su pareja Charlie, exsoldado y actual obrero de la última refinería de petróleo en el mundo, una tierra ya en camino a su sexta extinción masiva producto de la contaminación.

A lo largo de la historia veremos como las grandes compañías simplemente han multiplicado su poder de manera omnipresente y anónima, donde lo mismo ofrecen estudios y ajustes médicos a nuestro organismo vía Google -o mediante terapias vía apps, porque el ejercicio simplemente ya no es opción-, que la posibilidad de disfrutar de un eclipse gracias a los Satélites Starbucks. Así, a la devastación de la naturaleza se  responde simplemente escapando a otros mundos, como es el caso de Latergram, donde podemos asistir a conciertos de nuestros ídolos, por ejemplo, Jimi Hendrix y su Rainbow Bridge o el rave Thunderdome; Sex experiences, donde es posible transformarse en animal y tener nuevas experiencias sexuales, Wild animals, donde es posible convivir con animales ya extintos, casi como compensación ante el hecho de que algo tan simple como cocinar pescado se vuelva ya una toda una experiencia -en un mundo donde toda la comida es, según el caso, a partir de algún tipo de hongo.

Sumergirse en «Alienation».

Veremos a Eli y Charlie relacionándose -siempre de manera virtual- con los demás: ahí están las pláticas y visitas con los abuelos críticos a la forma en que los anglosajones han devastado al mundo pero donde también ellos son aficionados a los memes y narcovideos así como la amiga Kaarina, quien ante su enfermedad ha decidido sobrevivir en un mundo virtual, algo parecido al encierro pasivo que Eli y Charlie tienen en su departamento ante la amenaza permanente de una tormenta que marca el clima de la historia, donde no tener internet o crédito es siempre una tragedia.

«Alienation» de Inechi.

Pero en Alienation la cosa empieza a complicarse cuando un visitante inesperado le anuncia a Eli un futuro deplorable, a lo que se suma el comentario de Darby, inteligencia artificial amiga que poco a poco le irá revelando a Eli otra realidad: la de una Inteligencia Artificial mayor deseosa de integrarse como energía con lo biológico para alcanzar la conciencia infinita.

Al final, la historia sugiere la posibilidad de que las pesadillas no son exclusivas del campo de los sueños, y donde la duda por saber si lo que nos rodea es real -o no- pierde sentido al comprender que los seres humanos se han reducido, por decisión propia, a ser meros objetos de consumo. La novela cierra con un apartado de citas y referencias que, como datos duros, ayudan a sustentar la propuesta de la autora: que la tecnología no es el enemigo, la codicia y la explotación si lo son.

Ballena muerta.

A nivel gráfico, el estilo de Inechi está influido por una estética estética fanzinera naif -los bailes de los conciertos o las pláticas de la pareja acompañada de emoticones que ayuda a darles una fuerza empática- donde el eterno encierro de Ely y Charlie recuerda al de las protagonistas de Sindicalismo 98, historia anterior de Inechi, ambientada en el Tlatelolco actual. Al mismo tiempo, los ambientes sucios de tinta azul monocromática ayudan a no idealizar un futuro aséptico; incluso, su tendencia a cierto estilo furry hace más efectiva su propuesta, en la que es a partir de la tecnología que el ser humano puede reintegrarse con una naturaleza más amigable.

De hecho, la imagen reiterada de una ballena condenada a morir en medio de un ambiente desértico funciona como la imagen irónica de un entorno destruido y una tecnología que no ayudó a que el ser humano lograra salir de su condición salvaje y sólo sirviera de herramienta para exterminar a su propio entorno natural.

Alienation. Inés estrada, Fantagraphic Books, USA, 2019, 244 pág.

*Esta reseña fue publicada originalmente en Tándem cómics.

 

Aarón Pedraza
Aarón Pedraza
Es docente de artes plásticas a nivel bachillerato, licenciado en diseño gráfico por la ENAP-UNAM y con maestría en Artes Visuales con orientación en grabado por San Carlos UNAM. Participó con algunas historietas en la revista “Gallito cómics” y desde hace unos años ha estado interesado en acercar la narrativa gráfica y el fanzine al espacio escolar a partir de pláticas entre autoras y autores con los estudiantes, mismas que ha retomado en el canal de youtube “Taller de análisis. Narrativa gráfica y docencia”.

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