El pasado es un santo inmaculado

El pasado 17 de febrero, en la librería La Valija de Fuego de Bogotá, se hizo la presentación de historieta Gólgota (Tyto Alba, 2022), basada en un cuento de Ricardo Burgos, dibujada por Giovanny Castro y Alberto Rodríguez. Esta historieta fue el proyecto ganador de la beca «Publicación de libro ilustrado: álbum, cómic o novela gráfica » del Ministerio de Cultura en 2021. En la librería, se escucharon las voces de dos de los tres autores del libro, los cuales contaron detalles de su proceso de creación, su pasado y las razones para hacer una obra en la que la historia se propone como un santo inmaculado al que simplemente se le adora y se espera poder tocar, así sea por una milésima de segundo de nuestra propia vida.

Una de las páginas inicial de «Gólgota».

La historia arranca allí, en El calvario, o el Gólgota, en la imagen de ese pasado lejano que parece más una ficción que nos contaron en las misas, que una realidad ya acabada y marcada como un registro guardado. Y termina allí, en el mismo lugar en donde inició, porque el mundo gira bajo el determinismo del pasado. Luego del inicio, nos presentan dos escenas más, de otros tiempos, igual de lejanos, un regreso al 2019 y otro cien años después, los tres son igual de imposibles, pero establecen a la perfección el inicio, nudo y desenlace de la vida. El personaje central, Aurelio, un millonario, es el centro de atención, y el punto clave de lo que se cuenta. Él, en lo narrado, nos recuerda constantemente, nuestro deseo por cambiar el pasado: el grandioso, el personal, el nacional.

Las señales de cambio en la ciudad amurallada.

En esta narración gráfica se plantean tres ideas concretas que se desarrollan en los diálogos de sus personajes. La primera sucede cuando se muestra una constante reflexión sobre el regreso a aquellas épocas o escenas históricas (la empresa encargada de los viajes, tiene destinos concretos: Jerusalén, China o La Revolución Francesa). En este punto, logramos entender que estas fechas, momentos o espacios, tienen un significado propio, que se puede leer en los pequeños fragmentos que se escribieron por medio de las palabras. Incluso, en una escena, nos cuentan cómo los registros del futuro no concuerdan con ese 2019 en el que se encuentran, mostrando cómo la misma historia escrita es simplemente verosímil más no cierta.

La segunda se plantea en el plano de la metaficción cuando se cuela una reflexión sobre lo que se puede escribir al soñar el futuro. En las palabras de los empleados de la empresa Monocuco, que es el nombre de la empresa tecnológica que agencia los viajes, y las voces de los aspirantes que quieren viajar en el tiempo, ellos nos hablan de los viajes intergalácticos, la capacidad de ensoñación, la ilusión de la vida y la realidad en la cual siempre nos vemos inmersos, el conocimiento de otros seres que no sabemos si somos nosotros mismos volviendo al pasado. Pero lo único que queda de cierto es, según lo narrado, el fetiche por algo sui generis: creernos con la capacidad de hacernos a nosotros mismos porque ni siquiera dios puede hacer bien su trabajo.

Los paseos de Aurelio antes de su plan.

Y la tercera, la planeación necesaria y la capacidad de observación de todos los para lograr un plan perfecto. Aunque esto se trata de una ilusión mas que nos mantiene atados al control, se entiende que siempre hay una ruta de escape, y así le sucede a Monocuco, tratando de demostrar que el pasajero no tendría contacto con la realidad a la que visita. Así le sucede también a Aurelio que después de muchos planes en su propia empresa, de experimentos, de ejercicios, de constante evaluación, ve por un instante cómo olvida un factor que le hace cambiar todo su plan: olvida que Jesucristo era un ser humano, y como tal, es alguien que puede modificar un plan maquinado del que no tenía conocimiento y haciendo su recorrido (del que no sabremos nada) termina por lograr que Aurelio recapacite y lo devuelva a su tiempo.

Portada de «Gólgota» con Aurelio en traje y la torre del reloj de Cartagena de fondo.

En cuanto al formato de la historieta, la organización horizontal se aleja de la forma común que conocemos en algunos cómics, concentrando muchos aspectos no solo en los personajes sino también en el espacio que se dibuja, como si este fuera un personaje adicional. Ver a una ciudad de Cartagena ultratecnificada, manteniendo esa mezcla entre la identidad paradisiaca y la asociación a la ciudad futurista, son algunos de los detalles vibrantes que resaltan en los paisajes dibujados.

Aurelio en vísperas de su plan.

Así mismo es importante resaltar el dibujo que proponen Castro y Rodríguez, ya que, en palabras de ellos, el trabajo fue completamente hecho a cuatro manos, con páginas coloreadas por los dos, en un trabajo grupal en el que compartieron todo lo hecho en las páginas para darle vida a los personajes y a la historia.

Gólgota es una narración, que como dicen sus autores, brinda: «una posibilidad de darle un respiro a un género que se está volviendo una moda en Latinoamérica pero que necesita otro impulso adicional aquí en Colombia – si hubo un gótico tropical, puede haber una ciencia ficción tropical».

 

Título: Gólgota.

Autores: Ricardo Burgos, Giovanni Castro y Alberto Rodríguez.

Páginas: 118

Editorial: Tyto Alba

Carlos Gutiérrez
Carlos Gutiérrez
Licenciado en Lingüística y Literatura de la Gran Colombia, docente de Lengua castellana en un colegio de Bogotá, los dibujos, las historietas "Observaciones de un Zorro" o skecht que se me ocurren los publico en @Mundo_fanzine, lector amateur de cómics y novelas gráficas.

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