Surreal Comics es una editorial surgida en el año 2013 en Bogotá-Colombia. Inició como una página web destinada a divulgar los cómics elaborados por sus propios miembros. Posteriormente al incorporarse Julián Naranjo, se concreta un proyecto del que se empieza a consolidar desde entonces, la línea experimental que la ha caracterizado; siempre más perfilada a resaltar el mensaje de los mismos autores en cada publicación, que adherirse a géneros o modas, pero sin dejar de lado su preocupación por facilitar al público el acceso a este tipo de lecturas. De ahí la razón de que oscilen en un entorno híbrido entre lo análogo y lo digital. En 2015 ganan una beca distrital para proyectos editoriales con la que se lograron editar 4 obras de artistas locales, siendo uno de sus periodos más prolíficos. Ya son alrededor de 20 títulos publicados, fieles a la filosofía de apoyarse en talentos emergentes colombianos y brindando sustento así, a algo que Surreal Comics misma ha denominado como el arte más popular e invisible de la historia: la narración gráfica.
En esta ocasión hablamos con su editor general el escritor Rodrigo Lucio.
Puede afirmarse que desde el principio Surreal Comics tuvo claro su nicho en el campo editorial, pues su origen fue una página web destinada exclusivamente a cómics ¿Cómo describen estos inicios, teniendo en cuenta que la cultura de la narración gráfica en Colombia daba señales de consolidación simultánea?
Claro, nuestro objetivo nunca fue tan amplio como para abarcar el mundo editorial. La idea era hacer comics. Sencillos, cortos, de fácil producción y adquisición. Comenzamos como una web hasta que, publicando de a una página por semana, se alcanzaba el fin del capítulo y se imprimía. Con esa idea, nos reunimos varios interesados: Andrea Lucio, Juliana Acevedo, Felipe González Corredor y yo (Rodrigo Lucio). Yo hacía los guiones pensando en sus habilidades y referentes. Ellos tres venían de las artes plásticas y fue interesante ver lo que podían agregar o cambiar de las ideas más estereotípicas de lo que es un comic. Por un rato, la pelea fue esa, la producción en sí. La página se hizo popular y eso ayudó a contactar con el público. Luego, vendiendo en ferias, nos dimos cuenta poco a poco del mundo del cómic en Colombia. Yo conocía a Larva y ya. Ellos nada. Vimos que ya había muchos artistas ahí, hace rato, trabajando, y uno no se enteraba a menos que estuviera metido en el medio. También en ese momento empezaron a salir editoriales nuevas y alguna que otra novela gráfica. Creo que no parecía que nada se estaba consolidando, sino que había gente que estaba apostando por la narrativa gráfica por su cuenta, como un medio de expresión. Más que desde el punto de vista comercial o de industria editorial, como un espacio abierto de exploración.
Si bien la orientación de su contenido es ciencia ficción, se percibe una apuesta ecléctica en el conjunto de su producción ¿Cuáles son los parámetros que siguen al momento de elegir a un autor para un nuevo proyecto, tanto en el plano visual como en el narrativo? ¿Cuántas publicaciones promedio surgen por año?
Yo no diría que nuestra orientación es la ciencia ficción, aunque sí nos gusta mucho y tenemos una buena variedad de historias dentro del género. Nuestro enfoque es algo más amplio, tiene que ver con el artista y el proyecto, más que con la línea editorial. Buscamos historias de autor. Algo propio. Esto abre otro tipo de preguntas. El estilo, el género o los temas no tienen que adaptarse a nada, sino que deberían ser muy del autor y hacer algún gesto interesante. Por eso tenemos historias de ciencia ficción, pero también historias urbanas, políticas y de humor negro. Lo importante es el gesto. En los años más activos, hemos publicado 4 y 5 revistas, otros años solo una o ninguna. Tiene que ver con la actividad de los autores más que con alguna cuota de publicaciones de la editorial.
El canal natural de Surreal Comics para conectarse con sus seguidores y enterarse de tendencias es internet ¿Funciona de igual manera a la hora de desarrollar un modelo de distribución? ¿Cuál es el impacto real de esta circunstancia entre la comunidad de lectores?
El internet sirve para todo. La gente me dice «mándame uno» y yo se los mando. Así funcionan muchos negocios ahora. Y claro, no estamos en las grandes superficies, pero esa no es una meta que nos interese en este momento.
Toda editorial, aunque sea pequeña, posee un engranaje de elaboración que permite su existencia en el medio; en el caso de Surreal Comics, como la editorial independiente que ha logrado permanecer en el tiempo ¿Son equitativos los porcentajes por conceptos de autoría, edición, publicidad y publicación de cada agente participante?
No, negociamos con los autores un pago que se hace al entregar su trabajo, antes de publicar. No después con las regalías. Así que depende de la negociación por páginas. Es más fácil de manejar y es mucho más cómodo para el autor, que no tiene que pensar en las ventas, sino que se preocupa por su trabajo. El resto de las cuentas las maneja la editorial internamente. Y nunca alcanza para pagarle a un editor lo que trabaja un autor.
Surreal Comics es una editorial propia de un entorno nativo digital y tal vez por ello, pueden evaluar mejor el desempeño de la lectura en internet ¿Consideran que la industria editorial colombiana ha estado a la altura en el proceso de transformación de los hábitos lectores por cuenta de las nuevas tecnologías, principalmente en la década que terminó? ¿Cómo influyó la pandemia?
No creo que estemos en condiciones de evaluar la transformación de la industria. Obviamente no se pueden capitalizar las nuevas tecnologías tan fácil, la industria va a hacer lo que pueda, pero siempre va a llegar tarde. Y me gustaría pensar que la gente leyó más en pandemia, pero seguro vio más Netflix.
Siempre se ha manifestado que en Colombia existe una tendencia hacia la apatía entre los propios artistas, ¿existe también esta supuesta situación entre las editoriales o ahora hay mayor cooperación en cuanto a asuntos de autoedición?
La apatía es normal en un lugar en que no hay nada interesante sucediendo. Eso duerme a las personas tanto que cuando ven algo interesante, prefieren ignorarlo y seguir pateando el piso. Pasa en todas partes. No hay que obsesionarse con eso, sino mejor celebrar lo que sí está sucediendo y seguir haciendo que pasen cosas nuevas.
A propósito de su última creación, Antología Gorgona, la cual es una especie de sumario de toda la producción surgida hasta el momento en el seno de Surreal Comics, han recibido el acompañamiento de instituciones, entre otras, como la del Centro Cultural Gabriel Garcia Marquez para su lanzamiento ¿Cuál sería su balance respecto al apoyo por parte de estos aliados?
La Antología Gorgona es una compilación de algunos de los cómics que hemos hecho algunos de los autores de la editorial en los últimos años, en paralelo a Surreal Comics. No todo hasta el momento. Son cómics más cortos, de 4 a 10 páginas, tipo Metal Hurlant, la mayoría publicadas en el exterior, en revistas como Heavy Metal. Su lanzamiento no fue publicitado mucho, pero es de esperarse.
La mayoría de sus obras están disponibles en la página oficial para consumo libre, ¿ha afectado esta decisión en las ventas de los productos físicos?
Al principio lo pensé, pero luego me di cuenta que en la medida que la gente reconocía las historias de internet, más querían tener la copia física. Aún así, no pasa tanto como uno quisiera. Creo que esa es una preocupación más para DC y Disney.
Surreal Comics, pese a las limitaciones, se ha sostenido en el mercado editorial autogestionado en Colombia por casi una década, incluso lograron obtener una beca distrital en 2015 ¿Qué importancia tiene el apoyo estatal dentro de su trabajo? ¿Cuál es el papel de las redes de bibliotecas en el ecosistema de la historieta en Colombia?
Creo que los apoyos están bien, pero siempre se van a quedar cortos en un país en que se necesita tanta generación permanente de cultura. Y aún más importantes, la distribución en bibliotecas. Es esencial para acercar nuestro trabajo, y la narrativa gráfica en general, a las personas que no salen en las estadísticas de compra y por eso, pueden parecer casi invisibles. El internet mismo es un poco así. Es bueno que haya elementos gratuitos al alcance de cualquier persona interesada.
Su enfoque en la dinámica nacional es muy marcado, sin embargo, ¿han considerado abrirse al mercado internacional con la intención de posicionarse como marca? ¿Qué opinan de los eventos que aglutinan a creativos de diferentes países, como por ejemplo las ferias o las residencias para artistas (dibujantes e ilustradores)?
En el ámbito internacional hemos decidido generar más acción como autores. La competencia es demasiado fuerte para salir como editorial. Por eso sacamos con Carlos Dearmas, La cámara oscura del Olimpo, en España en el 2020, con la Editorial Valnera. La idea es tener nuestra editorial para publicar una gama de cómics cortos y medianos, y que, con los autores con que podamos trabajar bien, se pueda sacar luego novela gráfica con editoriales más grandes. Ahí sí, mirando hacia el ámbito internacional. Lo más difícil es producir buenos proyectos. Las ferias y las residencias son buenas ideas. Juntar artistas para ver qué pueden generar es una buena receta para crear nuevas perspectivas. También puede que no, no hay garantías, pero la posibilidad ya lo justifica. En ese tipo de espacios he conocido mucha gente y artistas con los que trabajo. Poder hablar de los proyectos o las ideas que uno está trabajando con artistas del medio siempre va a ofrecer algo de información valiosa, que sería muy difícil de encontrar en otra parte.
*Esta entrevista hace parte del «Informe crítico sobre las publicaciones impresas y digitales de historietas en Colombia, en la década de 2010 a 2020». Proyecto ganador del Programa Nacional de Estímulos 2021 del Ministerio de Cultura de Colombia, en la línea «Fortalecimiento a la creación y circulación de contenidos de crítica cultural y creativa».