Pulga, el mito de Lio Messi en clave manga

Luciano Saracino y Lea Caballero presentan Pulga, un recorrido mitológico a través de la vida de Leo Messi en clave manga. En un país donde el fútbol es casi una religión, una historieta messianica con las caídas y resurrecciones de uno de sus máximos héroes.

Leo está sentado, con la mirada fija en un punto inexistente. Afuera hay noventa mil personas esperando la entrada de los protagonistas, entre los que él ocupa un lugar central. El Estadio Icónico de Lusail está a veinte kilómetros de la lejana Doha, capital de Catar, y en minutos se convertirá en el escenario de la final de la Copa del Mundo. Leo se pone de pie y camina hacia el campo de juego. Lo escoltan De Paul, Enzo Fernández, Di María, Otamendi y «Dibu» Martínez. Antes de entrar, toma la mano de una niña, Nicole, quien lo acompaña hasta la cancha. Ese contacto rompe la temporalidad y el diez argentino viaja hacia su propia infancia, al inicio de ese largo camino que lo llevó hasta ese 18 de diciembre. Así comienza esta histori(et)a.

Luciano Saracino es uno de los más prolíficos y galardonados guionistas de historieta de nuestro país. Trabajó con algunos de los más grandes dibujantes argentinos y sus libros han llegado a manos de lectores de varias partes del mundo. Lea Caballero, por su parte, es dibujante y uno de los máximos referentes del manga nacional, una variable con tintes locales del estilo del cómic nacido en Japón. Juntos, encararon el desafío de crear un manga inspirado en la vida del mejor jugador de la historia del fútbol mundial, Leo Messi. Fruto de ese trabajo, nace Pulga, editado por Planeta Cómic.

Pulga llega con el desafío de transformar a la persona Messi en el personaje Messi.

Pese a ser un país donde el fútbol es casi un fenómeno religioso, son pocos los ejemplos de historietas creadas en Argentina que toman este deporte como punto de partida. En el mundo editorial japonés, en cambio, pueden encontrarse ejemplos de obras que lograron un éxito avasallante. Sin dudas, Captain Tsubasa, conocida en Argentina como Supercampeones, de Yōichi Takahashi, es la referencia directa para el público nacional, gracias a la adaptación al animé que transmitió primero Telefé y luego la señal de cable Magic Kids. Este canal también acercó la serie Slam Dunk, versión audiovisual del manga de Takehiko Inoue que se concentra en el básquet. En los últimos años, aparecieron nuevos referentes de este subgénero, como el manga Haikyu!!, que se centra en el volley, The Prince of Tennis, enfocado al deporte de raquetas, y Blue Lock, el último gran suceso en mangas futbolísticos y cuyo creador, Yusuke Nomura, trabajó en el diseño de las camisetas que la Selección de Japón llevó al mundial de Catar.

Todos estos títulos son un manual de instrucciones sobre cómo hacer una obra con el deporte como escenografía. Y aunque Pulga recupere recursos de todas ellas, también se distingue. «En todas estas series, el deporte se utiliza como vehículo para contar el drama de la vida de los personajes», explica Lea Caballero, dibujante del libro. Pero las grandes colecciones de cada una de estas historias (Slam Dunk tuvo 276 capítulos en formato revista, luego compilados en 31 volúmenes, y Blue Lock ya lleva 270 episodios publicados), permiten contar las vicisitudes, los problemas y el desarrollo de cada uno de sus personajes, sean principales o secundarios, creando un público lector fidelizado a través de los años.

Saracino y Caballero tuvieron también que resolver este desafío. Sabiendo que no contaban con una extensión de páginas y volúmenes como la de estas grandes series, recurrieron a lo biográfico. «Utilizando las técnicas de este tipo de historias, con ese dinamismo particular, elegimos contar algo que normalmente verías en una película o un libro sobre la vida de alguien y no en una serie de deportes o un manga», explica el dibujante. Aún quedándose a las puertas de poder contar un arco completo, como la participación en un torneo o un entrenamiento de verano, Pulga entra en esa gran genealogía de mangas deportivos desde lo emotivo, desde una narrativa que muestra el desarrollo del personaje, su épica y los sueños que lo llevan hacia lo más alto.

Pulga narra el desarrollo en la vida de este personaje, desde la transformación física que experimentó Leo para lograr tener la altura promedio para un jugador hasta ser el futbolista que cambió la historia de este deporte. A eso, los artistas sumaron algo de la épica que exige el género, un elemento que está en todos los grandes referentes del manga deportivo. «La narrativa también se mueve a partir de la ilusión y la motivación de un nene que sueña con ser campeón y estar en lo más alto», cuenta Caballero. Al final de Pulga, Leo levanta la tan ansiada Copa del Mundo, al igual que Oliver Atom en el final de Captain Tsubasa, serie que terminó casi al mismo tiempo en que salió el libro de Caballero y Saracino, el 24 de abril pasado, después de cuarenta y tres años de publicación.

Las hazañas de Leo Messi juegan a la par que las de Hanamichi Sakuragi y Oliver Atom.

La elección de este camino narrativo, mucho tuvo que ver la relación del guionista con el jugador. Un vínculo lejano, pero constante, de más de veinte años, desde aquellos primeros partidos en Barcelona, hasta el tobillo hinchado del 14 de julio. Saracino es «maradoniano de carnet», hincha de Argentinos Juniors y vecino de La Paternal. Pero, en algún momento, apareció Messi. «Hasta en eso la historia es perfecta, porque comienza como un mito», dice. Para todos, Leo apareció con alguien diciendo «che, hay un pibe jugando en España, que la rompe y que es argentino». Saracino quedó enganchado en esa mitología, hasta volverse él mismo uno de sus escritores. Escribió el libro Quiero ser campeón mundial, guionó el Espacio Messi del Museo del Deporte de Santa Fé y escribió también Pulga. Según sus palabras, «siempre como un observador decidido a contar lo que ha visto».

Llevar la vida de un deportista al manga implicó un desafío extra: la exigencia de volver a esa persona de carne y hueso una especie de ser sobrenatural. En el caso de Messi, siendo él un ser de otro planeta, esa transformación fue casi natural. Para Caballero, «la historia real de Leo parece no solo escrita por un guionista, sino por el mejor guionista de la historia». Todas las pruebas y desafíos que enfrentó a lo largo de su vida y de su carrera hicieron que la dupla no tenga que ponerse a inventar, porque estaba todo ahí, en cada uno de los partidos en los que se calzó los botines. «Solo tuvimos que ensalzar y exagerar alguna parte, pero no inventarlas», cuenta Lea.

Para su guionista, Luciano Saracino, este manga tiene la capacidad de adaptarse a distintos lectores, sean chicos o grandes. Porque, como explica, «es la historia de un héroe». En este camino, lo heroico no está solo en el triunfo. Para Lucho, «el héroe es aquel que se cae, se levanta, se quiebra, baja al infierno, vuelve, fracasa y los sigue intentando hasta conseguir lo que desea». En Pulga, la historia de Leo cobra dimensiones mitológicas. Y esto genera un impacto distinto en quien lo lee. Mientras los más chicos y las más chicas se fascinan con las jugadas, el adulto llora en las quiebres que sufre el héroe, en cada una de sus caídas. Porque, para Saracino, «el pibe sabe lo que es hacer un golazo y el adulto sabe lo que es quebrarse».

El monomito es en Pulga un simple reflejo de la vida de Messi.

A la hora de dibujar las hazañas de Leo, Caballero descubrió algo que fue fundamental para encarar este proceso de convertir al jugador en un personaje. «El estilo de juego de Messi es muy especial», sostiene. El artista explica que «el dramatismo y lo frenético en él vienen antes del gol, en esa elegancia que tiene para definir los tiros». Aunque el ganador sea aquel equipo que más goles haga, para el dibujante de Pulga creer que anotar es lo más importante es erróneo. Puede que sea lo necesario para ganar, pero no es lo que más importa durante los 90 minutos de juego. Y Messi es prueba de ello. «Su juego es lo que más se disfruta y los goles son solo el cierre bello para una jugada previa, para un pase o un dribbling mágico», sostiene Lea.

En Pulga, Messi apila rivales, los pasa por encima y la pelota nunca se le escapa. Y acá se distancia de Steve Hyuga y de Tom Misaki. De hecho, los supera. Como explica Lea, «las referencias que tenemos en el manga son las súper técnicas en Los Caballeros del Zodiaco, los poderes en los personajes de Dragon Ball o los súper tiros de Oliver Atom, pero en Messi la espectacularidad no está ahí, en el gol, sino que viene en la jugada previa». La metamorfosis de persona a personaje está en esa habilidad única que, de tan fantástica, no precisa de técnicas especiales. «Hubiera sido un error hacer que haga chilenas o que rompa la red, haciendo todo superpoderoso, cuando en realidad eso no iba a ser fiel a la manera que tiene él de jugar», argumenta y agrega, «en Messi, la jugada es la marca de su espectacularidad y el gol su cierre».

Además de mangaka, Lea es hincha del Globo de Parque Patricios. Hacer un manga de fútbol no representa para él lo mismo que hacer cualquier historieta y lo deja en claro. «Siempre tuve la idea de hacerlo, elegir una campaña de Huracán, como la del Metropolitano 73´ o la del Clausura 2009, que te permiten contar la victoria de uno de los mejores equipos de la historia y la frustración también siendo uno de los mejores de la época moderna», cuenta. Pero, como explicó antes, ese trabajo requiere de muchos capítulos, de muchos personajes, de hacer una historia coral, en varios volúmenes. La idea de hacer la biografía dibujada de Messi por pedido de una editorial como Planeta Cómics resolvió el problema de la falta de tiempo, el desafío de crear personajes desde cero y la necesidad de darle a cada uno de ellos una personalidad distintiva que sea creíble con respecto a lo que pasa dentro y fuera de la cancha. Por eso, para Caballero «Pulga fue una oportunidad de oro».

Los héroes, los antagonistas, la victoria y la derrota son las claves detrás del paso de Leo Messi al lenguaje del manga.

Pulga busca no solo contar la vida de Leonel Messi, sino también transmitir la pasión con la que sus autores viven este deporte. Para su dibujante, «el fútbol es un deporte y es también un arte». Cuando Huracán juega de local, en el Palacio Tomás Adolfo Ducó, Lea es uno más entre el público. Como él mismo cuenta, «disfruto y la mayoría de las veces también sufro, pero cuando se dan esas jugadas, esos toques y esos goles, yo siento que estoy en el teatro, viendo una obra de arte».

Pulga se editó antes de la última Copa América. En su último partido, la final contra Colombia, hubo una escena protagonizada por Leo que parece sacada de un volumen de Captain Tsubasa. En el minuto 62:47, corre detrás de Luis Díaz, se cae, rueda, gira hacia el banco y automáticamente pide la asistencia médica. Luego, la salida y el llanto que se transmitió por las pantallas gigantes del Hard Rock Stadium de Miami. Un quiebre más en el camino del héroe. Para Luciano Saracino, encargado de la pluma de Pulga, «esa escena es, por supuesto, digna de ser contada y, como toda escena digna, la vamos a contar». Con Messi, como ya sabemos, siempre hay lugar para una gambeta más. Y alguien tiene que estar ahí para contarla.

Nota publicada originalmente en El Grito del Sur.

Demian Urdin
Demian Urdin
Estudiante de Antropología Social por la Universidad de Buenos Aires, especializado en el estudio de la Historieta Argentina como construcción patrimonial. Ganador de la Beca de Investigación Boris Spivacow II de la Biblioteca Nacional Mariano Moreno de la República Argentina en el año 2018, donde analizó los procesos históricos de desarrollo del fanzine de historietas y su incorporación al Archivo de la Historieta y el Humor Gráfico Argentinos de esta misma institución. Ha realizado diferentes investigaciones en clave museológica acerca del trabajo del Museo del Humor de la Ciudad Autónoma de Buenos Aire. Es, además, columnista para diferentes medios gráficos y radiofónicos argentinos donde indaga en el mundo de la historieta, los cómics, las series, el cine y los videojuegos. Fue co-creador y co-conductor del ciclo de entrevistas “Guion y Dibujo: Diálogos de Historieta”. Actualmente, dirige el proyecto de difusión de la historieta latinoamericana "Grafo: Culturas Dibujadas".

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