De la revuelta a la venganza

Agente Malintz (Cohete comics, 2022) es la nueva publicación ganadora del Premio Distrital de Narrativa Gráfica Ciudad de Bogotá, fue concedido en el 2021 al trabajo conjunto de Miguel Vallejo (Gusanillo) y Rodrigo Lucio, el primero, un dibujante ya famoso en el circuito bogotano del comic independiente que, con sus rapidógrafos y tintas, constantemente escribe y dibuja como si una adicción imposible de parar lo mantuviera en estado de posesión. Aunque esta vez, solo se mantiene en la labor de los lápices y cede los diálogos al otro autor, al director de la Surreal Cómics, el cual crea una historia que, bajo el manto de la Ciencia Ficción, se va tomando todo el espectro de la realidad colombiana en una narrativa gráfica.

La premisa de la historia implica la construcción de dos ideas que en ningún momento se relacionan directamente, pero que dan la visión de un mundo con tonos de ópera espacial, en la que la metáfora del enemigo extranjero aún funciona como chivo expiatorio para ocultar las amargas verdades. A lo largo de los 13 capítulos vemos la evolución y crecimiento de la agente Malintz y las reflexiones sobre la tecnología y la ciencia por parte de la doctora Fuentes. Las dos, como lo mencioné anteriormente, son dos caras de la misma moneda, que, sin encontrarse, llegan a la misma resolución: la soledad y el tránsito de esta vida sin la compañía de alguien, nos permite forjar el carácter indomable que requiere este tipo de sociedad.

El comienzo es el final, pues vemos a un ser que pareciera venido de un espacio exterior todavía no explorado y con unas ansias de sangre dispuestas a ser calmadas en nuestro planeta. Un vengador transformado en ser sobrenatural como si de una simple decisión divina o por el azar se tratara. Los siguientes dos capítulos son el arranque de sus decisiones: la pequeña Malintz, criada y educada por un hombre llamado M. se pregunta por la posibilidad de vencer o morir en el intento. Y entre los flashbacks de su infancia y adolescencia vemos una metáfora de las protestas de los últimos tres años cuando creímos o caímos en un estado de paranoia al gritar que se estaban metiendo en el conjunto o estaban saqueando cuadras que estaban oscuras y silenciosas. Caímos con una serie de mensajes e imágenes que nos llevó a salir con palos de escoba, bates o armas (en un país donde es ilegal el porte de las mismas) para defendernos del «extranjero» que nos viene a robar la paz que no tenemos.

Página de «Agente Malintz».

Así, el grupo de Malintz, conformado por Anna y Nina, descubre la verdad oculta en el lado oscuro de la luna. Mientras que, en la tierra, por medio de la televisión asistimos a una «Guerra de los mundos» con seres gigantescos robóticos, que esparcen un gas que mata a todo lo que está cerca, Nina informa que el gobierno miente y los Defensores del Pueblo son los «extraños» que, sin importar los bandos, fingen una invasión que silencia a todo el mundo. Ante esto, la revuelta se justifica, las personas «antisistema» se convierten en una forma de cambio, en una organización que se encarga de desenmascarar la miseria en la que vivimos y que preferimos mentir y ocultar con un tapete de supuesta justicia.

Detalle espacial de «Agente Malintz».

Al mismo tiempo, la doctora fuentes se embarca en una serie de búsquedas para comprender al universo y su funcionamiento, para tratar de averiguar de qué trata todo esto, de qué trata la existencia, de qué sirve pasar tanto tiempo en la tierra y vivir con los otros. Sus memorias, sus pensamientos y sus diálogos son una mezcla de lenguaje técnico con metáforas sobre el universo que nos llevan a pensar solo una cosa: siendo una mínima parte del universo, nos vemos abocados a comprender que el fin del mundo puede estar cerca o lejos y que no importa si desaparecemos porque al fin de cuentas, él seguirá andando.

Página interior de «Agente Malintz».

El último acto de la segunda historia propone dos giros de tuerca: uno en el presente lejano y otro en el pasado. En uno, M. solamente era un hombre más que realizaba trabajos de «limpieza social» y tuvo el «infortunio» de destruir un lugar en el que habitaba una niña de ojos grandes y a la que también se debía «desaparecer», aunque es imposible sostener un arma con fuerza en contra de alguien que es inocente. Decide, como «El Profesional», adoptarla y comprender que en un futuro pagaría su deuda con la sociedad y reconocerá una redención en la cual podrá cubrir la mancha con la que había vivido siempre.

«Agente Malintz».

Bajo esa premisa, el otro giro constituye el tópico de «hay un traidor entre nosotros», uno que impide que la verdad llegue a manos de quienes pueden desenmascarar al imperio y la revuelta fracasa. Paso seguido, Malintz ejecuta una carrera contra el tiempo para salvar a su maestro y los recuerdos van llegando como una cascada imposible de detener y que predice lo que a los ojos de los mortales es lógico: jamás se puede salvar a quien se ama. Con esto, Malintz da paso a la venganza, da paso a la idea de que es mejor convertirse en un vigilante y no en un héroe reconocido por el pueblo, porque la «oveja negra» ya no tiene la fuerza necesaria que tenía antaño, ahora, se hace más sencillo pensar que los intereses personales de destruir al enemigo son más eficaces para llegar al fondo de la dominación y lograr un resultado, aunque sea uno pequeño y aunque a los ojos de los demás se sea otro infernal enemigo extranjero que genera miedo o pánico.

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En cuanto a los aspectos técnicos, los dibujos rápidos y abocetados de Gusanillo mantienen ese tono de expresividad en donde el papel importante lo tienen solo los personajes centrales, así que los escenarios espaciales, espacios del laboratorio, el diseño de las naves o de los pulpos enemigos y los ciudadanos, soldados o personajes secundarios no logran el detalle creativo que hubiera merecido ser conocido para proponer una estética futurista colombiana que pudiera tener un posible sello propio. Los diálogos siguen la línea del periplo heroico más o menos hasta la mitad, cuando el maestro ha terminado su función debe marcharse con la finalidad de que la pequeña vigilante que surge de las cenizas pueda continuar su tarea sola, tomando sus propias decisiones. Lo anterior, hace que únicamente desde la segunda mitad del comic podamos ver el sentido global de la historia y que termina restándole importancia a lo que sucede con la doctora Fuentes, lo cual, así como sus reflexiones, no termina llegando a algo en concreto.

Agente Malintz – Rodrigo Lucio y Gusanillo

Cohete Comics – 123 pp.

Carlos Gutiérrez
Carlos Gutiérrez
Licenciado en Lingüística y Literatura de la Gran Colombia, docente de Lengua castellana en un colegio de Bogotá, los dibujos, las historietas "Observaciones de un Zorro" o skecht que se me ocurren los publico en @Mundo_fanzine, lector amateur de cómics y novelas gráficas.

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