Existe una frontera demarcada entre contar y recrear. Lo primero está condicionado por la espontaneidad que el orador de turno introduce a su versión de los hechos. Lo otro en cambio, implica involucrarse en el escenario de los acontecimientos por la carga de responsabilidad social que los mismos contienen, lo que convierte al narrador en un portador de veracidad.
Bueno, y que mejor ejemplo de carga de responsabilidad social que revivir las hazañas de un prócer, aquella personalidad histórica que las naciones designan como Padre de la patria por sus servicios prestados en una gesta libertadora. Toni Torres congrega estos ingredientes en su reciente San Martin por Breccia (Loco Rabia editora, 2021), publicación que el mismo autor calificó en un reportaje como autentico rompecabezas, por el trabajo de rastrear y ordenar pacientemente por más de una década, pieza por pieza hasta lograr el cometido de legar para la posteridad una obra referente en el ámbito de la novela gráfica argentina que trasciende, sin duda, el formalismo del dibujo.
Al respecto, el libro no se queda encasillado en la concepción de boom mediático por el afán de llenar anaqueles a costa de un símbolo nacional de Argentina como lo es el General José de San Martín, héroe de las guerras de independencia hispanoamericanas que además de contribuir a la liberación de su país del yugo español, fue decisivo también en la emancipación de Chile y Perú; por dicha razón, suele compararse su talla revolucionaria con la de Simón Bolívar como emblemas de resistencia por parte de las nacientes repúblicas suramericanas durante este periodo de luchas en el continente.
De acuerdo a lo expresado por Torres, San Martín por Breccia tiene un origen de vocación pedagógica que se remonta al periodo entre 1964 y 1974 cuando el maestro uruguayo de la historieta Alberto Breccia, diseñó durante estos años de fecundidad creativa, ilustraciones por encargos para diversos entregables —varios pertenecientes a la revista Billiken— con enfoque académico que dedicaban sus ediciones a un público objetivo escolar, como puente facilitador para que el conocimiento de la historia patria argentina fuera más digerible a través del poder seductor de la imagen hacia las nuevas generaciones. Al parecer, fue de buen recibo por parte de las instituciones, algo significativo teniendo en cuenta que éstas siempre han sido cautas respecto a los recursos gráficos como herramienta de divulgación cultural.
Por supuesto, no hace falta recalcar quien fue Alberto Breccia (1919-1993), los lectores de Blast conocen de sobra su trayectoria. Además, ya se ha reseñado su perfil de manera muy completa en artículos anteriores en nuestra revista. Lo que vale la pena considerar en esta ocasión, es el mérito de Toni Torres como compilador de este fragmento de la obra de Breccia, asumiéndolo como iniciativa personal que lejos de pretensiones vanidosas, lo único que desea es poner en conocimiento público un material inédito del que poco se sabía de su existencia y que no merece quedar en el olvido; no solo por su valor artístico, sino por su peso como documento de consulta.
Como ferviente seguidor del trabajo de Breccia, Torres es cuidadoso a la hora de conseguir una armoniosa convivencia entre el virtuoso de los trazos y la simbólica figura guerrera. En ningún momento Breccia distorsiona a San Martín, ni San Martín opaca a Breccia; antes mejor, es acertado afirmar que es algo cercano a una misión cumplida exponer al alcance popular a dos personajes de las entrañas argentinas, conservando cada uno su respectivo espacio-tiempo. El guion que agregó Torres como elemento aglutinador de las viñetas, matiza lo que en un principio era un mar de dibujos esplendidos, pero sin mucha cohesión; aunque transmitían emociones, carecían de diálogos de fondo que le imprimieran una secuencia argumental.
Una vez resuelto este inconveniente, la obra adquirió carácter propio bajo la apariencia de una biografía de José de San Martin en formato historieta, tal como Torres perseguía. Sin embargo, debido a la complejidad del aludido, inevitablemente se tuvo que incorporar no solo gran parte del pasado político de Argentina que arrastra consigo, sino también las vicisitudes de otros protagonistas en la campaña libertadora que tuvieron que ver con él, como Manuel Belgrano, Bernardo O`Higgins e incluso la propia esposa de San Martin, María de los Remedios de Escalada, la cual tiene varias apariciones a lo largo de la obra como figura de apoyo afectivo.
Un último escollo en el camino, sería evitar las ligerezas en los mismos diálogos, pues se podría caer en la trampa de restarle solemnidad a los personajes. Sobre este asunto, en palabras textuales de Torres en una entrevista para el medio Barriada afirmó:
«…cómo no quería poner palabras mías en la boca de San Martín, me nutrí de sus cartas y discursos. Al fin y al cabo, si es algo que escribió o que proclamó, es algo que posiblemente pensara y podría haber dicho en cualquier charla, en cualquier momento».
Cabe destacar, que a la vez que los hijos de Alberto Breccia han emulado su actividad grafica directa e indirectamente, se han convertido en una especie de custodios del «gen» artístico familiar. Para Toni Torres fue un espaldarazo el hecho de que Patricia, Cristina y Enrique aprobaran el proyecto, conmovidos de que aquellos lejanos años de esfuerzo conjunto con su padre, dieran sus frutos hoy en día.
Dos aspectos para concluir. En el plano de lo estético, nada que controvertir sobre los juegos de luces y sombras que siempre acompañaron el dibujo figurativo del creador, entre otros, de Sherlock Time y el fabuloso remake de El Eternauta. Incluso en aquellos instantes de baja retribución monetaria, Breccia no abandonó la motivación por el detalle en los trazos de su rutina y para los encargos estudiantiles en particular, nunca desbordó los límites que la rigurosidad de textos de esta naturaleza le exigía.
En cuanto al propósito de constancia patrimonial que Toni Torres pretende con San Martín por Breccia, debemos resaltar su compromiso en el ensamble de esta novela gráfica de 96 páginas que retrata a una figura nacional desde su faceta intima—más allá de los amores y odios que despiertan esta clase de personajes—, logrando coherencia narrativa al recurrir a fuentes primarias como son los dibujos originales de la mano del mismo Breccia, los cuales la mayoría seleccionó directamente desde su archivo personal. Quizá, peca por exceso al atiborrar líneas de conversación en varios apartes; algo que puede generar sobrecarga en las viñetas, llevando al lector a desistir de una juiciosa lectura. Aunque se pone en riesgo el «oxigeno» visual de la obra, no se debe condenar a Torres por este pequeño desliz. De todas formas, la ardua labor de restauración de estas joyas, nos permite intuir que, hasta lo que no se ha previsto, es ganancia.
Toni Torres (Argentina). Dibujante, escritor, promotor, pero sobre todo, coleccionista empedernido de historietas. Ha incursionado en el mundo de la novela gráfica con buena aceptación, a través de varios títulos, entre ellos, Caballero Rojo; trabajo original de 1997 que realizó en compañía del dibujante Mariano Navarro que describe a un superhéroe argentino basado en el personaje de Titanes en el ring, el cual forma parte de una poderosa orden ancestral. Torres es conocido también por ser la cara visible del Club del Comic en la Capital Federal.