La historietista argentina Femimutancia llega las bibliotecas chilenas con esta reedición de Piedra Bruja, uno de sus primeros libros publicados. La Doctora en Lingüística, Paloma Domiguez Jería analiza la estructura subterránea de esta gran obra, las búsquedas y resoluciones que podemos encontrar en edición a cargo de Desastre Natural.
La historia de cómic latinoamericano, y me atrevo decir del medio en general, ha estado marcada por una mirada androcéntrica, en la que, por muchos años, fueron los hombres hetero cis los que creaban el contenido e imponían las reglas sobre lo que valía la pena publicar o no. Esto, en los últimos años, se ha estado revirtiendo con el exponencial aumento de autoras y autores que ponen en jaque la heteronorma. Creadorxs que, a partir de sus narraciones gráficas, no solo visibilizan temáticas anteriores no consideradas o incluso menospreciadas, sino que también le dan una frescura a géneros que ya tienen cierta tradición en el cómic, como la autobiografía o la ciencia ficción.

Uno de los géneros que ha renacido de la mano de estes creadores es lo que en inglés se le llama «Coming-of-age» o, en castellano, «novela de aprendizaje». Estas narraciones se centran en niñxs y/o jóvenes que experimentan diversos obstáculos y vivencias que dan paso a una transición a la madurez. Así, autoras como Alison Bechdel –Fun Home (Houghton Mifflin Harcourt, 2006; Literatura Random House, 2008)-, Mariko y Jillian Tamaki –Aquel Verano (First Second, 2014: La Cúpula, 2020)-, Tillie Walden –¿Me estás escuchando? (First Second, 2019; La Cúpula, 2022)- o Alexa Paulette y Rebeca Peña –Ensayo de la vida real (Desastre Natural, 2021)- reinterpretan el género, mostrando voces que el patriarcado ha silenciado y, a la vez, desarrollan una narración visual simbólica y metafórica cautivante.

Dentro de este universo podemos ubicar Piedra Bruja de Femimutancia. La historia se centra en Noah, un brujx adolescente no binarie que se embarca en un viaje de descubrimiento personal junto a su amiga cabra Phillip. Específicamente, busca enfrentarse a los espíritus familiares: uno que constantemente cuestiona su accionar y la desalienta y otro que la fuerza a ser servicial, sin importar su bienestar.
En Argentina, el libro fue autoeditado en 2019 por Femimutancia y se agotó rápidamente. Luego, fue incorporado al proyecto editorial y académico de Feminismo Gráfico, también de Argentina, para su lectura libre y gratuita. Felizmente para lxs lectorxs chilenxs, este año, 2023, acaba de ser publicado por Desastre Natural, una de las pocas editoriales independientes chilenas que se ha interesado en fomentar literatura y cómics para un público infantil y juvenil con una posición crítica frente a la visión binaria del género. Espero que este solo sea el inicio de la publicación de lx artista en otros países.

Así, la novela gráfica, utilizando códigos de la fantasía, desarrolla una narrativa profunda y personal sobre lo difícil que es lograr el desapego familiar: por una parte, los espíritus simbolizan ciertos roles de género impuestos, generalmente hacia las mujeres, desde el núcleo familiar, actitudes que muchxs de nosotrxs internalizamos como naturales, pero que en realidad son conductas sociales y culturales normalizadas. Así, los espíritus persiguen a Noah por todos lados, lo que le dificulta poder ser una persona autónoma y crecer con libertad. Por otra parte, hay otros seres, como Phillip o el ser ancestral que le ayuda a buscar la piedra bruja, que le ayudan a mirarse a sí mismx. Porque la introspección es la clave para poder conocerse y reconocerse, saber que no estamos determinadxs por nuestros orígenes y que las personas que vamos conociendo en el camino nos pueden ayudar a identificar esos sentimientos que nos incapacitan; nos permiten reconstruir nuestro ser.
Tal vez una de las cosas que más me gustan de Piedra Bruja es que no es una historia que da cuenta de un proceso cerrado de autoconocimiento, sino que evidencia más bien que este proceso es cíclico. En este sentido, a diferencia de historias más clásicas en el que la meta es solo vencer a los espíritus familiares y lograr un final feliz, esta narrativa gráfica da a entender que siempre habrá fantasmas en nuestras vidas. Que podemos enfrentar uno, pero luego aparecerá otro. En otras palabras, los fantasmas nunca se acaban, los fantasmas nos habitan, pero saber identificarlos y enfrentarlos hace que la vida sea más fácil.