Carlos Granda, dibujante antioqueño, es lector, divulgador, creador y promotor de la cultura del cómic tanto en nuestro país como en el exterior. Es director asociado de la Corporación Cultural Salón de Cómic Medellín y creador del evento FICCO (Festival Independiente de Cómic Colombiano). Ha trabajado con el mercado norteamericano de cómics para editoriales como: Markosia Enterprises, Zenescope Entertainment o Black Mask Studios, en proyectos como Worst Case Scenario, Charmed, Grimm Fairy Tales, Guardians, The Jungle Book y Escape From Monster Island entre otros productos. Uno de sus trabajos más valorado es el cómic Pirouette realizado junto al escritor Mark Miller, publicado con la editorial Black Mask Studios.
También, Granda tiene su propia editorial en Colombia llamada Comicfan, y ha publicado la antología de cómics de terror Phantasmagoria y un comic de su autoría llamado Terrores Nocturnos en 2019. Además, Granda tiene su propio canal en YouTube Granda Comics desde donde transmite sus conocimientos y trata de ampliar la mirada sobre la cultura del Noveno Arte. Carlos Granda ha trazado una ruta donde se ha enriquecido enormemente su dibujo y narrativa, llevándolo a codearse con otros creativos en un medio tan competitivo como el cómic más mainstream.
En Revista Blast le preguntamos varias cosas acerca de sus influencias, su perspectiva del cómic en Colombia y sobre las obras realizadas para el mercado Norteamericano. Aquí la entrevista.
Usted lleva más de 16 años dedicado a la creación y promoción de historietas en Medellín y en Colombia. ¿Cuáles son los cambios sustanciales que ha visto respecto a la producción y divulgación de la historieta en Colombia? ¿Ha evolucionado el medio?
Pues obviamente el cambio más grande que he visto está relacionado con la popularización del internet y el crecimiento de las redes sociales, en donde antes los cómics recibían sólo promoción local, y el público al que podían llegar era verdaderamente limitado, en donde hace unos años incluso revistas que habían logrado hacerse de un nicho de lectores fieles y buena popularidad en alguna ciudad, en otras partes del país nunca se llegaba a saber de ellas. Pero el internet (las redes sociales especialmente) han logrado que creativos que antes nunca hubieran tenido una voz ahora puedan encontrar un público, no sólo acá en Colombia sino también en el exterior.
También el crecimiento de los medios digitales han logrado que más y más gente haga cómics y encuentre plataformas donde publicarlas en la búsqueda de lectores. Y no solo veo cada vez más creativos interesados en la creación de cómics y un aumento en los títulos disponibles, sino también un incremento en la calidad del material que se saca, ya que los creativos tienen acceso a más herramientas y material educativo sobre el tema. Y observando el resultado que ha tenido el Crowdfunding de cómics en USA, creo es una de las formas como el cómic Colombiano podría obtener un rápido crecimiento sostenible en los siguientes años.
Usted ha trabajado con editoriales extranjeras como Black Mask y Zenescope Entertainment. ¿Cómo fueron sus primeros acercamientos para trabajar con editoriales extranjeras y qué tan difícil es para un dibujante colombiano entrar en el competitivo mercado superheroico?
Bueno, primero que todo debo aclarar que el cómic de superhéroes es sólo un género en el medio de cómics de Estados Unidos y no es el sector en el que yo me desenvuelvo. En 10 años de trabajo en el extranjero solo he trabajado en dos cómics de Superhéroes: Arachna que se realizó por medio de Indiegogo y se distribuirá en Octubre de este año, y Geek Girl que se publica principalmente en el Reino Unido. En Estados Unidos mi trabajo ha sido principalmente en los géneros de Aventura, Ciencia ficción y Terror. Ahora, mi entrada al medio Norteamericano se dio luego de un viaje que hice a Nueva York en donde visité varias tiendas de cómic (parada obligada para mí) y allí a diferencia de lo que nos muestran las series de televisión o el cine, pude ver que todo tipo de personas leen cómics, no sólo Nerds o Geeks y definitivamente no solo hombres o adolescentes. Para ese momento (2006) yo me encontraba un poco desilusionado con el medio del cómic local, ya que encontraba algunos obstáculos que en verdad impedían que el cómic local llegara a un mayor público (principalmente la distribución o más bien la falta de mecanismos de distribución para material local), pero luego de ver cómo era la cultura de cómic en Estados Unidos de primera mano y poder ver la cantidad de títulos, editoriales y géneros de los cuales en verdad acá nunca nos enteramos que existían, me surgió la idea que si el mercado colombiano no podía ofrecerme un trabajo seguro y entradas monetarias fijas haciendo cómics quizás el mercado norteamericano si podría hacerlo.
Los siguientes dos años los pasé estudiando los estilos vigentes del cómic Norteamericano y puliendo mis habilidades artísticas y narrativas con la idea de hacer que mi trabajo fuera indistinguible del trabajo que se estaba produciendo en USA.
En el 2008 Asistí al Comic Con de Nueva York donde empecé a mostrar mi portafolio a diferentes editoriales, conocí varios escritores y artistas que miraron mi trabajo y me dieron tips de cosas que podía mejorar y para la siguiente vez que asistí al evento tenía un trabajo más sólido y un portafolio mucho más acorde a lo que esperan los editores cuando ven el trabajo de artistas nuevos y en ese evento uno de los editores que vio mi trabajo fue Raven Gregory de Zenescope quien me preguntó si estaría dispuesto a hacer 4 páginas de muestra tomadas de uno de los cómics que ellos hacían. Yo le dije que sí, y al regresar a Colombia tenía en mi correo una muestra de guion con 4 páginas del cómic Charmed #8 (la versión en cómic de la serie de televisión), yo trabaje en la páginas, las envié y a vuelta de correo, lo que Raven me escribió fue básicamente: «Nos gustó tu trabajo, si estás dispuesto nos gustaría que siguieras con el resto de la revista, no como prueba sino como dibujante de la serie».
Luego de acabar ese número de Charmed creo que mi trabajo les gustó lo suficiente como para ofrecerme el trabajo de dibujante de Grimm Fairy Tales que era una de las series principales de la editorial, de esta dibuje 6 números y luego pase a crear un título nuevo con el escritor Mark Miller que fue The Jungle Book.
Ahora… El ser colombiano o Latino o no estar en los Estados Unidos en verdad tiene poca relevancia en que tan difícil es entrar al medio del cómic, simplemente es un medio muy pequeño en comparación a la cantidad de personas que quieren entrar en él. Hay muchos factores que influyen en que tanto éxito puede tener un creativo al intentar entrar al mercado norteamericano como dice C.B. Cebulsky: «Entrar al mundo del cómic es como escaparse de una prisión, una vez que alguien encuentra una forma de hacerlo, ese camino se cierra por completo».
¿Cómo fueron sus inicios como dibujante de historietas?
Cuando era pequeño me encantaba leer cómics y en esa época (los 80´s) se podía conseguir muy fácilmente cómics en Medellín. Habían muchos puestos de revistas e incluso algunos sitios alquilaban e intercambian revistas viejas. En esencia un día leyendo esas revistas de Superhéroes, la pequeña Lulú, Periquita, el Pato Donald, se me ocurrió la idea que alguien tenía que hacer esas historias y esos dibujos… ¿Por qué no podía ser yo? Como casi todo niño pequeño a mí me gustaba dibujar, y entonces deje de hacer dibujos «porque sí» y empecé a imitar lo que veía en los cómics: poniendo una imagen tras otra para contar una historia.
Mis primeros cómics los hice de niño cuando tenía 7 u 8 años y eran adaptaciones de historias que me gustaban mucho, sacadas de los cuentos de Tomas Carrasquilla, las historias de Sandokan de Emilio Salgari, extractos del Testamento del Paisa y por supuesto mi propia versión de Superman.
Mi primer trabajo profesional en cómics fue como colorista de la revista Los Hombres de Acero en 1999.
En el medio norteamericano ha trabajado en proyectos como Geek Girl, Pirouette, junto a Mark Miller y en títulos como Charmed, Grimm Fairy Tales y The Jungle Book entre otros. ¿De cuál trabajo de estos que ha realizado para este mercado se siente más orgulloso y por qué?
Todos (bueno…casi todos) los cómics que he realizado tienen algo de lo que me siento orgulloso, pero voy a resaltar tres. Curiosamente los tres han sido con el mismo escritor.
El primero sería The Jungle Book, principalmente por dos motivos, porque era una miniserie nueva y se sintió bastante bien que la editorial confiara en mí para desarrollar esta nueva historia que finalmente tendría mis créditos no solo como dibujante sino también como creador. Lo segundo es que este libro se hizo para Zenescope Entertainment, una editorial que principalmente está dirigida a público adolecente y que es conocida por sus mujeres voluptuosas y sexys. Para el libro de la selva, ya habían solicitado varias portadas para empezar la publicidad de la serie mucho antes de que empezara yo a trabajar en ella, por eso los personajes principales fueron diseñados por otro dibujantes y su estilo estaba acorde al estilo del material de Zenescope, donde Mowgli por ejemplo en la historia iba a ser una mujer curvilínea de grandes pechos y movimientos seductores.
Yo le pedí al editor que me dejara cambiar un poco las cosas, dándoles a los personajes humanos características físicas que los asemejara a los animales que los habían criado y especialmente con Mowgli le dije que me parecía que ella debía ser más atlética que seductora, que su cuerpo debía ser estilizado y ágil, el editor aceptó y esto fue una de las cosas que recibió más comentarios positivos cuando empezaron a llegar las reseñas de la revista, ya que en verdad era algo diferente de lo que se veía en los demás títulos de la editorial.
Pirouette, aun creo que artísticamente es uno de mis mejores trabajos, y junto con el guion de Mark y el color de Champe hacen que el título sea en verdad algo especial, el personaje de Pirouette me encanta y su historia (o debo decir su tragedia) me parece inolvidable y una anécdota curiosa con este cómic es que cuando salió originalmente fue nominada en uno de los sitios de reseñas de cómics más populares como uno de los mejores cómics de terror del año, compitiendo con títulos como Batman y The Walking Dead… y ¡Pirouette ganó!
Finalmente el año pasado tuve la oportunidad de participar con 8 páginas en una recopilación de más de 350 páginas celebrando el 35 aniversario de la banda Megadeth. Este libro fue publicado por la editorial Heavy Metal, y aun no puedo creer que uno de mis trabajos fue publicado por esta legendaria editorial.
En su canal de YouTube, Granda Comics, en unos cuantos videos habla del movimiento y expansión que ha tenido la historieta independiente en una ciudad como Bogotá. ¿Qué le hace falta a otras ciudades del país para que emerja una producción más fuerte?
Desafortunadamente para esta pregunta no tengo una buena respuesta, como dije antes, el cómic ha tenido un gran crecimiento gracias al internet y las redes sociales, sin embargo acá en el país parece que el medio está atado de manera irrevocable a los eventos, y sin duda alguna en Bogotá es donde más eventos se realizan.
Yo no soy una persona que crea que depende del gobierno y ayudas gubernamentales para que la «industria» del comics arranque, creo que como cualquier otro medio de comunicación o de entretenimiento el crecimiento está relacionado con los contenidos que se produzcan y la relación que exista entre esos contenidos, los creativos y el consumidor. Y parece que en nuestro medio no hemos podido encontrar ese equilibrio de historias que los creativos quieran contar y el público quiera leer. Tengo la firme creencia que el cómic funciona como los memes, una vez surja una historia que se vuelva viral y genere por su contenido la necesidad en los lectores de compartirla a sus conocidos, y que estos la compartan más y más esto es lo que hará que la industria surja al general una conciencia «colectiva» de la existencia de la historieta local y sus contenidos.
Ahora, la cosa es que aun si se llegara a producir esto, la expansión del medio de cómic se encontraría con un muro enorme que evitará su expansión, y es el tema de la distribución, acá en nuestro país la venta de cómics no ha encontrado la forma de masificar y en la mayoría de los casos es el mismo, artistas (o equipo creativo) quien tiene que encargarse de la promoción, venta y distribución del material, lo cual ocurre casi exclusivamente en eventos, por lo cual el alcance o exposición al público es bastante limitado, además debido a que por lo general las ventas son también muy limitadas y toda la inversión económica debe hacerse básicamente a riesgo sin la seguridad de un retorno los tirajes que se realizan son muy pequeños, típicamente de 500 a 1000 unidades. Es casi como la pregunta de qué fue primero, si el huevo o la gallina: el cómic no se produce en grandes cantidades porque la gente no sabe que hay cómic colombiano y la gente no sabe que el cómic Colombiano existe porque la producción es muy limitada.
Como los tirajes son de tan pocas unidades (desde un punto de vista comercial) no hay forma de acceder a canales tradicionales de distribución para librerías, almacenes de cadena, droguerías u otros sitios donde sería ideal tener producto a la venta, ya que generalmente para suplir la demanda de las empresas de distribución se exigen un volumen de producto que se encuentra fuera del alcance de los creativos independientes.
Usted es un fuerte amante de la cultura Geek y el universo superheroico. Hace ya varios años hemos sido testigos del fenómeno denominado como Comic Book Movie Age donde los superhéroes se apoderaron de las pantallas de cine. ¿Hasta qué punto puede ser nocivo para la historieta, el hecho de que solo consuman mercancías en torno a estos y se deje de lado la variedad infinita que pueden brindar las historietas?
Si debo ser honesto, creo que los cómics pueden ser una muy buen afluente de inspiración y material para la creación de serie de TV y películas (como lo dijo Jim Lee hace poco en donde básicamente justificó la existencia de DC Comics como una fuente de material original y propiedades intelectuales para otros productos mediático de mayor distribución), no creo que haya algún aspecto nocivo frente al hecho que la gente está consumiendo contenido inspirado en los cómics, ya que la mayoría de la gente que ve estas películas o series nunca hubieran leído los cómics que sirven de inspiración para dichas producciones, así que no se trata de que la gente deje de leer cómics ya que pueden acceder a los personajes de otras maneras. La cosa es que la gente que ve estas películas y series nunca se acercara a los cómics, no es que las películas han hecho que los cómics se vuelvan más o menos populares. Los cómics tienen un nicho de lectores muy específico que en verdad no cambia por influencias externas sin importar lo que cambian en la cultura popular.
Y quizás uno de los motivos por los cuales las películas poco influyen en el mercado de cómics es por la desconexión que existe entre las casa productoras de cine, televisión y las editoriales de cómics. En donde por ejemplo al momento más popular de las películas de Marvel, donde Iron Man, Capitan America y Hulk estaban vibrantes en la cultura popular, si alguien que vio las películas se acercara a una tienda de cómics vería en los cómics del momento que estos personajes no se encontraban en las páginas de sus cómics, sino que en ese momento estaban siendo reemplazados por otros personajes que simplemente tenían el mismo nombre de los personaje en la pantalla.
¿Siente que en estos años, a la par del surgimiento de nuevas propuestas editoriales y formas de narrar en historietas, también se ha fortalecido la crítica en el medio del cómic colombiano? ¿Cuál es su opinión frente a la crítica y al análisis en los medios sobre historietas?
Desde mi punto de vista, la crítica es algo necesario, así como se hacen críticas al cine, la televisión, la literatura, ¿Por qué debería ser diferente con los cómics?
Para mí la crítica es algo vital a lo que se debe exponer y enfrentar a los creativos para que crezcan, quizás estamos acostumbrados a ver el cómic como algo artístico o bohemio, pero la verdad es que el cómic, como cualquier otro medio narrativo, también puede ser sujeto a un escrutinio sobre su estructura, técnica y desarrollo desde el aspecto artístico y argumental. Quizás hay proyectos experimentales o conceptuales que se acercan más a obras de arte abstracto, pero por lo general el cómic se crea para transmitir una idea o una historia mediante arte y si esa es la meta, pues existen formas objetivas de analizar si está logrando su cometido.
¿Cómo ha sido su experiencia en proyectos como Phantasmagoria, Phantasmagoria Terror y el cómic Terrores Nocturnos?
Son dos experiencias totalmente diferentes casi que en todos los aspectos:
Phantasmagoria fue un proyecto en que yo quería experimentar publicar acá en Colombia básicamente para «ensayar que tal me iba», pero no quería hacer lo mismo que veía en otras publicación de cómic colombiano del momento, en donde la tendencia era la publicación de cómics en formato en revista individual haciendo énfasis en la calidad de producción del cómic; papel de alta calidad, portadas con laminados, reservas de brillos y cómic a full color. Lo que resultaba en un producto de alto costo. Yo quería hacer algo similar a algunas publicaciones japonesas en donde cada tomo es más como un libro en donde se recopila el trabajo de varios creativos con historias individuales, con una producción más económica en blanco y negro y papel reciclado como un bonus ecológico (que luego me entere no la hacía para nada mas ecológica), además yo escogí para la publicación siete de los que considere eran los mejores creativos de cómic que yo conocía para hacer historias dentro de la publicación, todo con la idea de ofrecerle más al lector por su dinero. La publicación la financié yo junto con un inversor, y debo decir que tuvo muy buena acogida y el tiraje se vendió en su totalidad, desafortunadamente al momento de hacer el segundo número algunos de los artistas tardaron en entregarme la continuación de sus historias, y en esta espera un mes se convirtió en dos, luego seis, con esto el inversor perdió el interés yo ya estaba en otros proyectos y la publicación quedó en el limbo.
Phantasmagoria Terror surge directamente de FICCO, o al menos la versión de FICCO que se formó en Medellín, que tomó un rumbo diferente de la versión principal que se hace en Bogotá. En esa ciudad FICCO es un evento completo con varias actividades (talleres, ventas, exposiciones) durante el año todo entorno al cómic local. FICCO Medellín se volvió más un semillero de creación, en donde se realizaban reuniones periódicas con el objetivo de desarrollar historias como ejercicios para el aprendizaje de la creación de cómics en todos sus aspectos: Phantasmagoria Terror es una recopilación de ocho historias que surgieron de esas reuniones, es una mezcla interesante en donde se encuentra material de creativos que ya han tenido experiencia publicando historias y otros, para los que este es el primer cómic que han realizo sin ninguna experiencia previa. Esta publicación sigue el mismo modelo del Phantasmagoria con un par de diferencias; esta vez sí decidí ser más tradicional en cuanto a la calidad de producción, para que la publicación fuera más homogénea con el material que se puede encontrar de otros creativos, pero a diferencia de la Phantasmagoria original en esta publicación cada historia es y será autocontenida. De modo que si en el futuro un artista no puede entregar su historia para la publicación no habrá historias incompletas, simplemente se le cederá el lugar a otros artistas.
Otro punto interesante es que el dinero para la publicación se obtuvo mediante Crowdfunding Vaki, poniendo a prueba esta plataforma como una opción para los creativos en donde pueden usar la plataforma como una opción de «preventa», en donde ya no es necesario que la inversión recaiga en los bolsillos del creativo, eliminando uno de los obstáculos típicos del cómic local. Desafortunadamente la publicación aún depende de los eventos y con la crisis del año pasado y en la que aún nos encontramos los eventos no son una opción, por lo que la publicación una vez más está pausada.
Terrores Nocturnos fue un cómic que puede realizar mediante una beca de creación cultural de la alcaldía, aparte de eso la publicación fue un proyecto completamente propio, que surgió de una visita al campo a los parientes de mi esposa, allí había algunas personas bastante supersticiosas que utilizaban el miedo para educar a sus hijos, algo que mi esposa me contó que también le había pasado a ella, de allí surgió la historia de escribir un libro para enseñar a los niños a abandonar los miedos irracionales, explicando el papel del miedo en sus vidas mediante metáforas en una historia en donde el protagonista que sirve de avatar para el lector emprende un viaje fantástico donde debe enfrentarse a sus temores motivada por una fuerza mayor que la hace más fuerte y la ayuda a conquistarlos.
Este fue un proyecto muy personal además de presentar un gran reto, ya que debido que su publicación dependía de dinero estatal estaba atado a un cronograma muy estricto, por lo que finalmente tuve que realizar las 112 páginas del cómic en menos de un mes, fue una experiencia agotadora, pero que me enseño mucho y del cual salió una publicación a la que le tengo mucho cariño, y que en verdad creo que cumple con el objetivo que yo esperaba en los lectores.
También ha estado a cargo del proyecto editorial de Rocco Cómics. ¿Cómo ha sido esa experiencia?
Es (o fue) una muy buena experiencia. Yo no creé el proyecto, debo decir que yo llegue a él cuando totalmente formado. Rocco lo creo German Scheffelaar, un inmigrante argentino que ama los cómics y al ver que acá en Colombia no habían cómics colombianos (de nuevo una percepción muy típica de la gente que se interesa en el medio por la falta de visibilidad del material existente) decidió crear una publicación para «empezar a mover la bola».
Similar a Phantasmagoria, la idea era publicar varias historias de diferentes artistas, con la diferencia de que Rocco contó con el apoyo de Rocco Gráficas (la litografía en donde trabajaba German) y la Cooperativa Confiar que creyó en el proyecto, gracias a estos dos inversores la revista se pudo producir de una manera que se distribuyeran de forma gratuita.
Yo conocí a German luego de la publicación del número 1, para el número 3 ya éramos amigos, para el 5 número ya estaba yo colaborando y en el número 8 empecé a tomar la dirección de la revista como editor. No porque yo desplace a German, sino que a él le surgió una oportunidad de trabajo en el exterior, así que al irse me cedió la responsabilidad de la edición de la publicación.
Al ser una publicación gratuita, Rocco es una oportunidad única como vitrina para los creativos de cómic del país para poder llegar a nuevos lectores, que quizás no se arriesgan a comprar un cómic de un autor que no convencen pero que con gusto reciben una revista que les mostrara lo que se están haciendo en medio los artistas locales. Desafortunadamente, por motivos de la pandemia y la relación que tiene la publicación con los eventos en este momento también se encuentra pausada de forma indefinida.
¿Cómo surge la idea de crear el Festival Independiente de Cómic Colombiano (FICCO) y hasta el momento cuáles han sido los resultados?
Yo llevo casi 20 años participando en eventos de literatura y cultura popular impulsando la creación y lectura del cómic local, desafortunadamente el cómic local siempre es tratado como el niño feo o la oveja negra en dichos eventos como si fuera caridad tener la presencia del cómic local en estos eventos (lo entiendo desde el punto de vista comercial, ya que el cómic local no genera para nada las ganancias o público que generan otros productos para dichos eventos). FICCO surge como una necesidad. La meta era darle al cómic colombiano el protagonismo que nosotros (ya que FICCO no lo cree solo) creemos que se merece. La idea era crear un evento que fuera única y exclusivamente sobre cómic colombiano, en donde no se vendieran figuritas de Dragon Ball, o camisetas Batman ni Cosplayers de Harley Quinn vendiendo sus fotos o actores de doblaje para atraer público. El protagonista debía ser el cómic colombiano, así sólo asistieron 10 personas. Y básicamente así fue. Al inicio, el primer FICCO se hizo en una Biblioteca en Bogotá, liderado por Champe Ramírez y consistió en una gran mesa redonda en donde diferentes creativos, experimentados y novatos hablaron sobre creación de cómics. El segundo FICCO se hizo en un local que nos prestaron en donde se hicieron charlas y algunos creativos empezaron a vender sus cómics y así poco a poco con cada versión el evento crece cada vez más, ahora se hacen charlas, presentaciones, asesorías editoriales y en el último evento más de 40 creativos ofrecieron sus publicaciones al público. También se han realizado otros eventos como las 24 horas de cómic, el año pasado el evento se realizó de forma virtual, y como ya lo mencioné antes, acá en Medellín FICCO es más un semillero de creación con una publicación propia.
En este momento el director general de FICCO es Santiago Suescún quien tomó las riendas luego de que Champe se retirara, y al no poder yo hacerme cargo del evento en Bogotá al encontrarme acá en Medellín.
¿Cómo ha continuado trabajando en medio de la Pandemia 2020?
Pues sé que el año pasado y lo que va de este ha sido muy duro para muchos, pero en verdad para mí ha tenido poco efecto. Normalmente yo viajo todos los años a Estados Unidos a realizar nuevos contactos en el ComicCon de Nueva York, cosa que no puede hacer el año pasado, pero afortunadamente a través de los que he formado relaciones con varios escritores y editores, adicionalmente que ya cuento con un catálogo de trabajo publicado y presencia en línea que me trajo nuevos clientes el año pasado de modo que en el 2020 mi trabajo no se vio interrumpido, además desde que empecé a trabajar en el mercado Norteamericano todo mi contacto con escritores y editores ha sido por correo electrónico, ni siquiera video llamadas, sino texto únicamente, lo cual es bastante típico en este momento cuando se habla de contacto entre creativos en el medio de cómic Norteamericano, y aunque a principios del año pasado sí hubo algunos problemas en la industria en términos de distribución y producción las cosas se normalizaron rápidamente, así que para mí poco ha cambiado. En este momento me encuentro trabajando en tres proyectos diferentes que iniciaron el año pasado: Amerikhan para la editorial Black Mask, que es una mirada a un escenario hipotético de Estados unidos en donde el fascismo se ha convertido en el modo de gobierno y en donde un grupo de disidentes intenta marcar las diferencia a pesar de los traumas que han vivido en ese futuro distópico. Arachna es un cómic de Superhéroes, donde la protagonista sufre de una personalidad doble, de día es una estudiante de modas típica, mientras que de noche se dedica recorrer las calles como una justiciera con poderes arácnidos enfrentándose a criaturas mutantes y científicos locos. Y finalmente está Geek Girl, que en este momento me encuentro trabajando en el número 8 del volumen 3.
Por último, ¿qué proyectos tiene en mente Carlos Granda en torno a la creación y promoción de historietas a futuro?
Bueno, en el ámbito local espero retomar con las reuniones creativas de FICCO Medellín, lo que llevaría a una nueva publicación de Phantasmagoria, también espero que se pueda retomar la publicación de Rocco.
En el exterior mi meta es empezar a producir mi material original para el mercado Norteamericano con al menos dos historias: Escarlata que es una historia de fantasía Épica en la que una Joven guerrera debe descubrir los secretos de su pasado mientras se enfrenta a criaturas fantásticas, guerreros y místicos poderes y Moonlight Galáctica que es una serie de historias de ciencia ficción sobre una patrullera y aventurera espacial. Esto, espero lograrlo mediante la plataforma de Crowdfunding Indiegogo. También estoy a la búsqueda de una editorial para publicar Terrores Nocturnos en Europa o Estados Unidos. Y obviamente seguiré en mi canal contando mis experiencias a los fans y creativos del cómic.