El 10 de agosto pasado, Deriva Ediciones anunciaba al mundo el arribo de un nuevo libro de Damián Connelly. Me prometiste oscuridad 2 llegó no solo con el (supuesto) cierre de la historia, sino con el impulso de la primera parte, que supo romper récords absolutos en la industria estadounidense.
Con Me Prometiste Oscuridad, Damián Connelly se dio un gusto: hacer una historia en la que rendir tributo a sus lecturas favoritas, pero sin copiar. Siendo él. Haciendo algo con su firma personal. Es muy probablemente esta la clave que permite entender el éxito que tuvo la historia en Argentina y, por sobre todas las cosas, en Estados Unidos. Una obra que se conecta con décadas de historieta alternativa, sin que por eso se parezca a nada que haya sido publicado antes.
Durante la primera parte, Damián se dedicó a cimentar meticulosamente un universo entero, con nombres, con poderes, con «buenos», con «malos» y con «peores» incluidos. Durante esta segunda parte, en cambio, hizo implosionar todo lo levantado en manos de un «fin del mundo» que va, que viene y que -como pareciera dar a entender- seguirá en próximas entregas.
Hablamos con el autor acerca del nacimiento de la obra, el impacto que generó en les lectores (al sur y al norte del continente) y lo que se viene ahora que ya estamos impregnados de su oscuridad.
Me Prometiste Oscuridad llega a su segundo tomo, siendo una historia que tuvo un recorrido muy interesante ¿Cómo fue ese viaje y cómo llega a lo que es hoy?
La historia de MPO fue concebida originalmente para ser contada en tres tomos y con muchas más páginas. Es más, todo estaba escrito ya, pero tuve que aceptar y hacer las paces con mis limitaciones (y mi brazo) para poder llegar a un acuerdo que sea justo para ambas partes, ja. Al final, reduje la obra a dos tomos, cerrando la historia principal, que era la de Yuko y Sebastián y sus peripecias con la oscuridad.
Fue la primera vez que tuve que trabajar cumpliendo deadlines muy justas (hablando de la primera edición en USA por Sumerian Comics). Pero tuve la suerte de que me asistiera Athos Pastore -una de las mentes detrás del catálogo de Deriva– y todo fue mucho más fácil, llegamos sin problemas a cada una de las fechas. De paso, ya sabiendo que iba a salir en Argentina, dejamos todo ordenado para que después solo hubiera que reletrear y cambiar el tamaño. La verdad que fue de gran ayuda porque después el laburo de Deriva fue muy rápido y creo que nos quedó un libro muy lindo y prolijo.
En una vidriera como la estadounidense, donde es tan difícil pelear por un lugar, llegás al éxito. Esa recepción tan positiva es para muches el santo grial, ese gran anhelo, pero es también un desafío cuando decís «bueno ¿Y ahora?» ¿Cómo viviste el proceso hasta llegar a dar un siguiente paso?
La verdad no fue algo que me haya vuelto loco. Sí es raro tener tanta exposición. Lo que pasó con You promised me darkness -nombre con el que se publicó la obra en Estados Unidos- creo que no pasa muy seguido y no sé si volverá a pasar. Pero no es algo que me desesperé. Al contrario, es un incentivo para crear mejores y nuevas obras. Además, todo el revuelo de ventas y repercusión de YPMD creó un grupo de lectores bastante fuerte y de esos que siguen todo lo que haces, y para mí, eso es un sueño, es mi propio santo grial.
Sos un autor muy hábil en la construcción de universos y panteones de héroes, como ya lo demostraste en historia como La extraña desaparición de Barnabas Jones ¿Qué caminos particulares tomaste en el caso de del universo de MPO? ¿Qué rol ocupó el formato que tuvo en uno y otro país?
Fue un camino largo, porque los personajes aparecieron alrededor del 2001 (hace 22 años) y quedaron guardados hasta que yo me sintiera seguro para darles vida. El formato de publicación no influyó tanto porque justamente ya lo había pensado así cuando salió la primera versión en digital, por entregas en formato issue, por Caja de Insectos. Pero es normal que los que trabajamos en Argentina pensemos más en formato novela gráfica, por los costos y los tiempos. Pero en esta ocasión, con el formato de publicación digital, me di el gusto de trabajar serializado, que es mi formato preferido. Después lo de USA fue muy orgánico porque la base ya estaba planteada.
Concluye -o eso nos querés hacer creer- el universo MPO. Entonces, la pregunta es «¿Y ahora?»
Ahora estoy medio en proceso de reinvención de mi trabajo. Cambiando el estilo de dibujo, aprendiendo mucho, solidificando bases, jugando un poco… En medio de eso, estoy escribiendo dos series para el mercado americano y empezando de a poco mi nuevo libro para el año que viene, que será de historias cortas más con un tono realista con algunos toques de terror. Creo que será mi trabajo más personal hasta la fecha. Más que todo porque siento que tengo muchas cosas que contar, que antes no me pasaba y me recostaba en la ficción más extrema.
Gracias a MPO tenés dos grandes comunidades lectoras, Estados Unidos y Argentina ¿Cómo es moverte en una industria donde sos el chico nuevo del barrio y otro en el que sos un vecino querido por todes?
Ja, ja, ja, no sé dónde soy más querido realmente. En USA me pasó que mucha gente enseguida me abrió los brazos y se volvió muy fiel a mi trabajo. Acá siempre me cuesta un montón, puede ser porque mi estilo y mi trabajo no es para todo el mundo y acá el público es más acotado. Pero la verdad es que allá ya voy por mi cuarto libro y no sé si habrá un techo más alto. Ojalá que sí. Y si no, ya me conformo con el lugar que ocupo en el indie USA, soy el chico dark que le dió un lugar para jugar a los +30 darks /góticos/ generación Vertigo estadounidense.