Una entrevista mínima a Carlos Díez

Descubrir perfiles con moderada presencia en el medio de las gráficas, es un proceso de filigrana que nos sugiere el nombre de Carlos Díez Aranzazu, especialmente cuando se trata de alguien que ha sido cuidadoso de mantenerse al margen de la exposición mediática. Como si se tratara de alguno de los superhéroes que tanto nos intrigan, Díez maneja una doble personalidad: En su vida cotidiana, es el disciplinado profesor Magister en Historia del Arte de la asignatura Estética del Arte de la Universidad de Antioquia en Medellín. Asiduo escritor también, de artículos relacionados con la temática para revistas académicas especializadas. Como inquieto cultural que es, cuando su trabajo le permite pausas, estas las llena con un ocio creativo a través del cual ha explotado unas habilidades personales cultivadas a la par con sus intereses como docente. El dibujo ha sido el vehículo hacia una producción no muy abundante, pero de gran impacto en cuanto a alcance social; la cual incluye la inolvidable historieta La Reliquia (Editorial Eafit, 2014); un libro ilustrado inspirado en un cuento de un célebre escritor costumbrista y la colaboración ininterrumpida con sus trazos para el periódico Universo Centro desde su aparición en 2008 hasta hoy.

En la siguiente entrevista, Carlos Díez nos habla de sus inquietudes como creativo, sus influencias, entre otras opiniones mínimas

Un sector del entorno académico de Medellín, lo reconoce como un docente de amplia trayectoria y orientado hacia las artes en particular. Detrás de ese perfil definido, existe un apasionado investigador de los comics o historietas. ¿De qué manera llegaron dichas producciones a su vida?

Mirando los suplementos dominicales de la prensa local, en particular del periódico El Colombiano, en este medio se publicaba al Príncipe Valiente, Tarzán (de Russ Manning), El Fantasma entre otros. Esta separata se imprimía en colores y el coloreado era en ocasiones muy bueno; además de coleccionar los «colores», compraba, como todos, las revistas que llegaban de México, Argentina y Chile; posteriormente, gracias a la gestión de algunas librerías que importaban y libros de arte y cómics, es el caso de Rafael Esteban y las librerías Aguirre y Continental, ya desaparecidas, en las que se podía adquirir ediciones de comics mejor impresas.

Partiendo de esa afinidad, sería interesante conocer su punto de vista acerca de la denominación que se le suele dar al comic de «noveno arte», ¿qué piensa al respecto?

Si bien algunos consideran las historietas como un arte menor, lo cierto es que en alguna clasificación aparecen como el noveno arte, un término como otros, el cual si se quiere, ayuda a reconocer algo de ellas (podría ser la modernidad de un arte que existía solo en los impresos), su denominación es tan útil como las palabras: tebeos, cómics, novela grafica etc.

«La reliquia» Carlos Díez.

Abordemos su propio arte. ¿Podría afirmarse que su actividad en este medio ha sido autodidacta? ¿Cuáles autores de historietas (o incluso de literatura o cine), ha usado como referentes a la hora de moldear su trabajo grafico-narrativo?

Muchos… desde Winsor Mcay, Herriman, Feininger, Foster, Raymond, Hergé, Eisner, Drucker, Adams, Kirby, Breccia, Moebius, Corben, Otomo, Frank Robbins entre otros; otra cosa es que no se vean en el trabajo.

En prácticamente todos sus trabajos, predominan las técnicas aguadas, como la tinta china y acuarelas, ¿Siente que sus ideas fluyen mejor con ellas?

Son técnicas que las puedo manejar en una mesa o un escritorio, no se necesita un estudio o un taller.

En el periódico Universo Centro, se puede apreciar a un Carlos Díez desde una faceta mordaz a través de las caricaturas que publica allí; algo que tal vez pocos saben, ya que el seudónimo X10 actúa como mascara. ¿Qué lo motiva a hacer este otro tipo de manifestaciones visuales? ¿A qué se debe su apodo?

Si lee X10 suena por Diez, es el apellido en números.

Una página de la historieta «El niño que no sabía reír» de Carlos Díez en el periódico Universo Centro.

A propósito de sus trabajos de humorismo gráfico, una tira silente muy emblemática suya es «El niño que no sabía reír», en la que un pequeño introvertido pero ocurrente a la vez, expresa a su manera su visión de las cosas. ¿Considera a este personaje como una especie de alter ego?

Esa tira en realidad era sobre Uribe, pero, por un lado el personaje resulto más siniestro de lo que se pensaba, lo cual hace imposible tratarlo con alguna simpatía y por otro, parece que no se cogía la idea bien, la pregunta lo demuestra.

Una página de la historieta «El niño que no sabía reír» de Carlos Díez en el periódico Universo Centro.

Pasemos a analizar un poco su obra cumbre La Reliquia. Me ha surgido la misma inquietud generalizada entre los demás lectores, ¿Cuál fue la circunstancia en detalle que inspiró la historia?

La anécdota, detrás la historieta es la siguiente; cierto obispo de Medellín, por motivos no muy santos, fue apoderándose de los objetos valiosos que le pertenecían a las parroquias, el destino de estos objetos no se sabe. 

Portada de «La reliquia». Carlos Díez.

Una percepción personal y tal vez arbitraria, es que visualizo a La Reliquia como una mezcla entre Dick Tracy y Sin City, ¿Cuál fue el camino hasta ese escenario policial que logra transmitir?

Las dos referencias que citas son muy respetables, quisiera que se notaran más Caniff, Robbins o Breccia.

¿Cuál fue el mayor reto que le generó esta publicación, en cuanto a tiempo, diseño o personajes?

Terminar de definir los personajes se puede hacer en la medida que se desarrolla la historia, por lo menos en la etapa del boceteado y el dibujo. Para mí lo más demorado fue la entintada.

Otra de sus facetas es la de ilustrador, plasmada en una colaboración de 2015 para la editorial de la Universidad Eafit de Medellín de una versión del cuento Simón el Mago de Tomás Carrasquilla. En ella usted emplea la tinta china en todo su esplendor. ¿Sintió alguna presión al momento de desarrollar esta adaptación?

En realidad es tinta Parker, que es muy diferente a la tinta china, pues aquella se corre con el agua y produce efectos de reguero y manchas que le dan cierta apariencia al dibujo. No hubo presión pues fue un trabajo que quería hacer.

Ilustración de Carlos Díez para el libro «Simón el Mago» de Tomás Carrasquilla.

Seguramente usted debe tener material inédito en alguna carpeta que estará puliendo con la calma que lo caracteriza. ¿Vendrán más sorpresas gráficas para sus seguidores?

Estas son algunas imágenes de dos historietas, una se titula La Frontera y la otra es un trabajo sobre Ricardo Rendón y León De Greiff:

El poeta León de Greiff y el dibujante Ricardo Rendón por Carlos Díez.
Una página de una historieta con el poeta León de Greiff y el dibujante Ricardo Rendón por Carlos Díez.
Una página de la historieta «La frontera» Carlos Díez.
Otra de las páginas de la historieta «La frontera» Carlos Díez.

Raúl Trujillo
Raúl Trujillo
Ilustrador freelance y bibliotecólogo en formación. Ha realizado colaboraciones para el periódico Dela Urbe, de la facultad de comunicación de la Universidad de Antioquia y Revista Pérgamo de la Escuela de Bibliotecologia de la Universidad de Antioquia. Además ha sido seleccionado para exposiciones y muestras de caricatura e ilustración en Colombia en ciudades como Medellin, Rionegro, Pereira y Armenia. En el extranjero en Buenos Aires (Argentina) y Sinaloa (Mexico).

Dejar un comentario

Por favor escribe tu comentario
Por favor ingrese su nombre aquí

Leer artículos similares...