«Espero vivir el tiempo suficiente y poder decir, al final de mis días: “sí, aquí es a donde te lleva una vida artística”.»
De profundis, Oscar Wilde
A finales de siglo XX, el escritor británico Oscar Wilde fue declarado culpable de comportamiento indecente con los hombres, por cometer actos de «indecencia grave y sodomía», un cargo menor, por el cual recibió la pena máxima en virtud de la Ley de Enmienda a la Ley Penal del Gobierno Británico: dos años de trabajos forzados, que cumplió, en una cárcel, entre 1895 a 1897. Wilde, así como pasó con el genio hermoso de Alan Turing, quien fue obligado a castrarse químicamente hasta el suicidio, fue cancelado por unos comportamientos que eran indebidos para unos. La obra de cada uno no importó. Ambos, en su tiempo, fueron acusados, censurados y despreciados por lo que se consideraba inmoral. Por su «incorreción», o lo que, para unos, para los legisladores de la moral que siempre han existido, y ahora más, era incorrecto.

Luego de salir de la cárcel, Wilde se exiliaría en París adoptando el nombre de Sebastián Melmoth, ahí viviría sus últimos años, en cuartos de hoteles, amores y tragos de absenta, hasta su muerte. Este último breve periodo es el que, con belleza, representa el dibujante español Javier de Isusi en La divina comedia de Oscar Wilde (Astiberri, 2019) Premio Nacional de cómic 2020, en España.
La historieta de Isusi no es una biografía que describe el inicio, el ascenso y el descenso de Wilde, la historieta se ocupa de un lugar, es apenas una sumatoria de cuadros, de últimos días. Una colección de los testimonios de cuerpos cercanos a Wilde, un encuentro imaginado entre Arthurd Rimbaud y el rey de las máscaras como le dice a Wilde, o el paseo por la Costa de Nápoles en unos días de retiro. Como la anuncia el poeta Luis Antonio de Villena en el prólogo, este es un libro «bien informado» que no se guarda nada, con las menos ediciones posibles. Una celebración. Un homenaje a la vida sin censuras. El tono y las acuarelas son las justas para ver y leer el drama y la comedia del artista. La figura de Wilde, aunque decadente, se impone, enamora, vive. Ahí reside parte de la belleza en el libro. Wilde dibujado por Isusi es encantador.

Pero es más que eso, la historieta es una invitación a leer a Wilde, a pasar por sus páginas y reír con sus textos, volver al El fantasma de Cartenville, El retrato de Dorian Gray, al Gigante egoísta, La decadencia de la mentira, consultar sus ideas, sus ensayos, porque mientras se lee esa parte de su vida, ésta se cruza con su obra, imitándola, revisándola y repitiéndola.
Uno de los grandes detalles de esta narración es el escenario, el lugar donde todo sucede, lo que leemos pasa en un teatro, así se abre y termina la obra, de principio a fin, la representación de la vida de Wilde como, tal vez, él más la hubiese celebrado. El teatro que es también parte de su obra, que multiplica en páginas y viñetas, una obra en sí que se funde con su experiencia, una vida imitando el arte, su arte, que también es nuestro. Como lo escribió Carolina Sanín hace unos días en su cuenta de Twitter: «Siempre he pensado que la actuación es el arte que está en la raíz de todas las artes, y que no hay ningún gran artista que no sea un actor.» Acá Wilde como gran artista, es dibujado como un actor.
La historieta de Isusi no solo es narración; los detalles y los datos de la investigación han sido dispuestos para que el lector posible camine otras direcciones, para que reconozca a los personajes que hablan mientras son entrevistados dando su versión de Wilde, en la síntesis que puede ser esta historieta hay un gran fondo, con soportes que van de lo bibliográfico a lo biográfico.

Pero como toda obra de teatro, tiene un final, esta termina mientras cae el telón, en ese momento, como puede leerse en sus últimas páginas en una cita a Wilde, cuando el público aplaude y el cuerpo del artista se retira, queda dicho el significado de esta historieta: «Viniste a que te enseñara el placer de la vida y el placer del arte. Puede que haya sido elegido para enseñarte algo mucho más maravilloso. El significado del dolor y su belleza».