«Desapego Trip» de Iván Riskin

El asombro

La nueva obra de Iván Riskin, Desapego Trip, publicada por Editorial Paradojas es y no es una deconstrucción de la historieta. Es y no es. En cada página la historieta se construye y deconstruye a sí misma y a sus personajes. En cada página se nos recuerda que éstos son «representaciones gráficas», que son «imaginarios» y/o «fantasmas». Pero la obra no es una parodia. Con este gesto de autocrítica no se busca enfatizar que el cómic es meramente reproductivo y ficcional. Sería fácil romper la cuarta pared de la historieta, decir que es un dibujo y ya. Ese gesto sería tan fatídico como aburrido. Desapego es más bien un viaje de reconstrucción y de resurrección. Paranoid Boy quiere encontrar sus cejas. Éstas son el símbolo de su imperfección e incompletitud. Es un objetivo bastante modesto. Un personaje podría buscar muchas cosas, podría carecer de muchas cosas. Un par de cejas no parece ser algo demasiado esencial, especialmente porque Paranoid Boy es capaz de expresar todas sus emociones sin ellas: llora, se asquea, se enoja, etc. En todo caso, las cejas están íntimamente conectadas con la expresión de asombro. Se podría decir que son un órgano del asombro, que sólo de modo secundario adoptan la función de expresar enojo o confusión. Es cierto, el asombro y el miedo están emparentados, pero solo en el asombro las cejas se expanden de manera pura y distendida. En ese sentido, el viaje del Desapego es un viaje del asombro. La poesía del libro está en este asombro puro construido en blanco y negro. Como se sabe, el asombro mismo es un vislumbrar algo que se encontraba ensombrecido y en filosofía es uno de los afectos centrales que conducen al conocimiento. Bajo la forma de una Bildungsroman deconstructiva, el viaje de autoconocimiento de Paraoid Boy está marcado por el asombro de una indistinción. No se trata de un viaje de lo oscuro a lo claro, ni de lo claro a lo oscuro, sino que precisamente, la metodología de Riskin consiste en desarticular todo maniqueísmo y todo aquello que puede ser un punto de partida.

fragmento de Desapego Trip – Iván Riskin.

 

La materialidad

En un texto anterior analicé el concepto de lo post-digital en el cómic argentino. Desapego es un excelente muestrario de técnicas post-digitales. Por «desapego» se entiende, por lo general, el desapego de lo material, el desapego de las cosas mundanas. En el caso del cómic de Riskin, el desapego nos reconduce a la materialidad por medio de un continuo gesto de abstracción. Los personajes nunca aparecen completos. Como la Gelassenheit heideggeriana, el desapego es un estado de apertura. En el caso del Desapego trip, se trata de un proceso de continua resignificación. El amigo imaginario de Paranoid Boy solo se diferencia de él por la ausencia intermitente de una de sus piernas. Por el resto, ambos personajes se encuentran en un proceso continuo de desaparición. Son continuos esbozos. Pero la abstracción de los personajes no conlleva una transición hacia lo etéreo. Lo que resurge una y otra vez en las páginas de esta obra es la materialidad de la hoja, trabajada pasionalmente con diferentes técnicas de entramado y escaneo. Como dice el autor en una nota final, el predominio de las tramas no fue algo premeditado. La híperabundancia de tramas es lo contrario al desapego. Se trata, por el contrario, de un apego muy fuerte por lo material. De este modo, mientras los personajes se disuelven, el fondo, el papel, les arrebata el protagonismo. Así como en la cultura mochica se habla de la llamada «rebelión de los objetos» durante la cual los objetos inanimados se sublevaron frente a los seres humanos, podría hablarse aquí de una «rebelión de las tramas». La trama es un elemento repetitivo y neurótico, es el ruido de fondo de la acción principal. Pero allí donde el lugar de la acción principal permanece vacío, la trama asume su lugar.

Desapego Trip – Iván Riskin.

 

En la estética post-digital, la materialidad de lo digital es resignificada. En este caso, la trama enfatiza la artificialidad ya sea por repetición de un mismo patrón o por reproducción fotográfica. Los fondos escaneados, la textura de las hojas de papel o de la tinta de algunas escenas contrasta con las líneas simples que construyen a los personajes. Pero este énfasis en lo material y lo artificial, como dije antes, no tiene como único objetivo recordarnos que estamos leyendo un cómic. La textura posee una belleza en sí misma. La amplificación y reproducción de estas texturas sirve, pues, más bien, para expandir nuestra percepción sobre el cómic como medio. No sólo percibimos las líneas y las letras, las superficies grises o negras, también percibimos los entramados y la rugosidad propia del papel, su profundidad. El cómic se transforma en un dispositivo epistémico, se transforma en un dispositivo de conocimiento. He ahí el asombro. No se trata de un asombro puramente conceptual o intelectual. Más bien se trata de un asombro perceptivo que tiene como objeto generar un auto-asombro sobre lxs lectorxs. El auto-conocimiento solo es posible porque hay un giro epistémico que destruye y reconstruye la materialidad del cómic.

Desapego Trip – Iván Riskin.

 

El olor a memes

¿Qué es un meme? Por un lado, el meme posee todos los elementos del cómic: imagen, texto, viñeta. Por otro lado, el meme representa la muerte del cómic. En cuanto una viñeta se convierte en meme, su significado se separa del significante, su origen se vuelve borroso y su singularidad se ve destruida. La reapropiación del meme como método tiene que ver en condensar el significado, en generar significado en base a la repetición y en base a la extrapolación de referencias populares. Éstas son condiciones esenciales del meme, pero requieren de un principio ulterior. El meme, para ser tal, debe poder ser meme de sí mismo. Ésto es lo que permite que un meme sea repetido hasta el infinito. Cuando Paranoid Boy dice «Quiero oler no-cosas, como el olor… a memes», la frase misma se convierte en un meme. Paranoid Boy mismo da cuenta de su ser-meme y su ser-no-cosa. Si el viaje de auto-conocimiento de Paranoid Boy y su amigo imaginario es un viaje de desapegarse del sí mismo, de dejar atrás todos los pre-conceptos, Lo cierto es que también es un viaje de volverse meme. No solo Paranoid Boy, lxs lectorxs mismos sobreviven al viaje del desapego a costo de convertirse a sí mismxs en memes. Lo poco de interioridad que podemos rescatar en el mundo del realismo capitalista parece ser una frase de un libro de auto-ayuda. «Antes quería entender el mundo. Sólo quiero sentirlo». En el mundo del realismo capitalista, donde nada puede escapar a la lógica del mercado, el entendimiento no es posible, solo el asombro. Esta frase-meme revela la profundidad filosófica de Desapego en tanto expone la paradoja de existir, como nosotrxs, lxs amigxs imaginarixs de Paranoid Boy, en un mundo carente de sentido.

Desapego Trip – Iván Riskin.

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Fernando Wirtz
Fernando Wirtz
Estudió filosofía en la Universidad de Buenos Aires (Argentina) y se doctoró en la Universidad de Tubinga (Alemania). También realizó estadías de investigación en Japón. Actualmente trabaja en un proyecto de postdoc sobre filosofía japonesa. Entre sus intereses se encuentran la teoría del cómic y la filosofía del cine.

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