En Colombia la producción de historietas ha ido en aumento en los últimos años, además del trabajo editorial de sellos independientes como Cohete cómics y ReyNaranjo, se suma el apoyo por parte de los estímulos creativos como la Beca del Ministerio de Cultura para novela gráfica, las becas de la Fundación Gilberto Álzate Avendaño, el apoyo de instituciones como el Instituto Alexander Von Humbold y el Centro Nacional de Memoria Histórica que se han fijado en el cómic para divulgar sus trabajos.
Esto ha hecho que algunos proyectos de cómic sigan, con distancia, el camino que el cine ha recorrido desde hace unos años abriendo espacios para lo testimonial, hacer memoria y narrar el conflicto. Es por eso que los cómics de no ficción, de reportajes, históricos y algunos con el traje didáctico, ocupan parte de algunas novedades que este año han circulado con la etiqueta narrativa e histórica. Además de esto, algunos trabajos de investigación e iniciativas académicas han encontrado en este género del cómic, que por fortuna no tiene limitaciones estéticas, un espacio de experimentación y operación para narrar historias que circundan sus objetivos y propósitos.
Esta lista no recoge todas las publicaciones de cómic en Colombia, quedan por fuera publicaciones como Cielo Rojo un trabajo del colectivo LECHE. Esta selección tampoco opera como una lista a los “mejores del año” (algo que resultaría insulso por la mínima producción) lo que pretende es, divulgar estos trabajos que en muchas ocasiones quedan marginados por el periodismo cultural nacional, sin olvidar que, carecen de una estructura de circulación y canales de distribución, corriendo el riesgo de quedarse, muchas de ellas, a la sombra de posibles lectores, perdiéndose incluso para futuras investigaciones. Dicho esto, la lista es un mapa de lecturas, un espacio de divulgación que no pretende dar valoraciones críticas sino servir como punto orientador para los lectores.
Como escribió Pablo Guerra recién para la Revista Arcadia “Este ha sido un año sorpresivo para el arte secuencial del país debido a varios reconocimientos internacionales: Lorena Álvarez fue nominada a dos Premios Eisner (el Óscar del cómic) como Mejor autora integral y Mejor cómic para jóvenes por Luces Nocturnas; Basura, de Miguel Vallejo, recibió el accésit del Premio de Novela Gráfica Ciudades Iberoamericanas 2018; y Dos Aldos, de Henry Díaz y Pablo Guerra, su servidor, ganó la medalla de oro del undécimo Premio Internacional de Manga de Japón”. Estos reconocimientos sin duda estimulan el trabajo editorial en Colombia y ponen el foco en un sector, sin muchos lectores y muchas veces despreciado.
Por último, se espera que para este año se editen las becas de la Alcaldía de Medellín, ya que, hasta la fecha no se conocen los resultados de los estímulos de los últimos años.
La fuerza del campo: Marchas cocaleras de 1996
Kevin Nieto Vallejo, Carlos Arturo Duarte, Paola Jurado. Mincultura. Pontificia Universidad Javeriana de Cali.
En esta historieta se cruza el trabajo de investigación y la reflexión sobre los movimientos sociales en los años 90 en una de las tantas regiones de Colombia que ha sufrido las consecuencias del abandono estatal, las migraciones internas producto del desplazamiento forzado, y las violencias derivadas del conflicto y el narcotráfico. En Las marchas cocaleras de 1996, los campesinos colombianos son los protagonistas al tiempo que son desplazados y arrinconados por el gobierno y los grupos ilegales a la espera de una reforma agraria que nunca llega. Estas marchas muestran a través de un lenguaje gráfico y dibujo didáctico una narración expresiva que presenta los problemas y atropellos que el campesinado colombiano ha sufrido por años, quedando en medio, y a la deriva, de la economía y el cultivo de la hoja de coca. La fumigación indiscriminada motiva a que las organizaciones sociales y la protesta sean el único camino de conversación con el gobierno. Este cómic es a su vez documento histórico que recrea la marcha para no hacer de este hecho un episodio olvidado.
Francisco José de Caldas, un camino a las estrellas
Álvaro Vélez (Truchafrita) – Gabriel Jaime Gomez Carder. CIS-Universidad de Antioquia.
Esta historieta hace parte de un proyecto de la Universidad de Antioquia que trabaja por divulgar la memoria y el conocimiento científico del neogranadino Francisco José de Caldas. Un camino a las estrellas se suma al proyecto, desde este lugar, con una narración gráfica del historiador y dibujante Truchafrita que estructura una historieta a todo color, dirigía sobre todo al público joven, aunque esto último es solo una convención. Con la conocida línea clara de Truchafrita y la limpieza de la página, se va contando viñeta a viñeta, las dificultades y contexto del virreinato que vivió Caldas. Sin caer en el exceso explicativo a pesar de la advertencia didáctica, esta historieta nos adentra en detalles, descubrimientos y herramientas en una línea de tiempo, donde la formación del científico prospera, a pesar de la precariedad, con el paso de los años. Los detalles en los paisajes, los salones de estudio, la curiosidad intelectual del joven sabio por la ciencia, la investigación y el conocimiento quedan acá registrados con cuidado del autor que pone a rodar además su formación en historia.
Desprendimientos
Ed Muñoz. Fauna Nociva (México)
Producto de una beca de circulación en el año 2017, Desprendiemientos tuvo una nueva edición, esta vez, a cargo de la inquietante editorial mexicana Fauna Nociva. En estas desgajadas operaciones gráficas Edward Muñoz representa el paso del tiempo como la consecuencia de un desprendimiento natural, los quiebres y rupturas son los dispositivos que transitan en sus representaciones gráficas. La memoria y la idea transitoria del amor, son a su vez los mecanismos disolventes que Muñoz usa acá para cruzar su línea de dibujo con la poesía. Las sugerentes variaciones que van desde las sensaciones de un último beso, la última fotografía y otros episodios, se articulan en una síntesis gráfica para dejar en evidencia cómo todo lo que somos, o creemos ser, se desintegra con el paso del tiempo.
No me gustan las peceras
Laura Guarisco. Taller La Chimenea, Un nuevo error Medellín.
Una mención especial para los diferentes trabajos finales del taller La chimenea que dirige Luis Echavarría en Un nuevo Error, que este año arrojó resultados diversos y de lograda factura, no solo en la parte técnica, sino en las variaciones gráficas. No se incluye una mención a todos como sería debido. Por tiempo y espacio se resalta el trabajo de Laura Guarisco y su historieta No me gustan las peceras. Si bien este es uno de los primeros trabajos de la autora venezolana, la cuidada factura de esta historia personal está movida por los distintos tonos azules que le dan el uso de los lápices de colores. Las viñetas y las sensaciones creadas por estos tonos nos sumergen en un episodio traumático que tiene como eje central la belleza y el encierro de los peces. En esta pequeña historia, Guarisco logra en pocas páginas expresar detalles y recuerdos, sin el abuso conocido o el dibujo espeso en limitaciones que otras autoras latinoamericanas han usado sin reparo. Algo que oxigena sin duda el camino de fórmulas y repeticiones sin muchos referentes que esperamos pase la página.
Antoñín
Pavel Molano. Fundación Gilberto Alzate Avendaño.
Siguiendo la línea de las historietas que transitan en algún lugar de la ciudad de Bogotá, Antoñín de Pavel Molano es una refrescante narración que hila distintos ángulos y costumbres mientras Antoñín, un joven bogotano del barrio Las Nieves, persigue tranvías desde que su adoraba hermana se esfumó con uno de sus tantos pretendientes. A pesar de la poca extensión de esta historieta, Molano inserta detalles que recrean a la Bogotá de los años 30, con la circulación de los tranvías, las comidas, jergas, y la inauguración del estadio “El Campín”. Las texturas y los colores, además del buen ritmo y trabajo de composición hacen de esta pequeña historieta un aparato de precisión que le permite al lector hacer un viaje por las costumbres y los episodios históricos de la capital colombiana, a principios del siglo XX.
La Palizúa. Ustedes no saben cómo ha sido esta lucha
Investigación Nury Jatsu Martínez. Guion Pablo Guerra. Dibujo Camilo Aguirre. Centro Nacional de Memoria Histórica.
A través de varias décadas, esta historieta documental narra el testimonio de la lucha campesina que ha sobrellevado La Palizúa, una comunidad campesina ubicada en tres municipios del departamento del Magdalena. Con guion de Pablo Guerra y el dibujo técnico e informativo de Camilo Aguirre, se muestra el despojo y la lucha por la tierra en un territorio aislado de Colombia. Los testimonios y el paso del tiempo dejan en evidencia un problema reiterado y una lucha que en este país parece siempre tener continuidad, aglo que hace de esta historieta, un documento histórico que visualiza y dignifica el trabajo de una comunidad. Como pasó con Caminos Condenados, editado por el sello Cohete cómics, esta publicación cuenta con referencias bibliográficas y documentos que soportan el trabajo presentado.
Sin mascar palabra: por los caminos de Tulapas
Investigación: Comunidad de Isaías, Edinso Culma Vargas, Sofía Natalia González, Lorena Romero. Guion: Pablo Guerra. Dibujo: Camilo Vieco. Centro Nacional de Memoria Histórica.
[…] a la lista del año anterior, las publicaciones de este año se destacan por la diversidad temática y una variedad de estilos e […]