El 2020 prometía ser un año muy productivo para las publicaciones de cómic en Colombia, las cuales vienen creciendo desde hace un par de años, sobre todo por el trabajo de diferentes autores que se autopublican, y el trabajo de las editoriales como Cohete cómics, Rey+Naranjo, La silueta, Ave Negra cómics, La bruja Riso, Go Up cómics, Surreal cómics, Casa Tinta, la nueva línea de historieta de Tragaluz Editores, Tyto alba editores, Planeta cómics y Panamericana Editorial, solo por mencionar algunas. Todo esto, sumado a las distintas publicaciones surgidas gracias a los estímulos y becas de creación de cómic.
Debido a las consecuencias económicas y sociales generadas por la pandemia del COVID-19, el sector cultural ha sido uno de los más afectados, dejando en evidencia su ya conocida fragilidad. Entre las muchas ramas del sector está el editorial, tanto el formal como el alternativo, en este último, están la mayoría de producciones de cómics en el país. Como se sabe, dentro de la cadena comercial del libro, se han presentado afectaciones en la creación, edición, promoción, circulación, ventas en librerías y espacios para ventas directas de cómics y fanzines. La cancelación de la Feria del Libro de Bogotá 2020 fue uno los primeros golpes que afectó la promoción de las publicaciones de cómic, sobre todo algunas que fueron lanzadas en el último semestre de 2019, como Pánico (Rey Naranjo) de Ana López y Emilia (Cohete cómics) de Pablo Pérez y Lina Floréz, las cuales iban a tener su presentación con el público de la ciudad de Bogotá. Así como sucedería con las muchas novedades de cómic que se tenían preparadas para la feria.
En este escenario, las diferentes ferias y festivales autogestionados, u organizados con algunos apoyos públicos y privados como El Faire, Entreviñetas y su Mercado Entreviñetas, ferias de fanzines como La Subterránea en Cali, La Mula de Pereira, La Revueltería en Medellín, el Festival de cómics sin fronteras en Pereira, Calicómix o el Festival de cómic independiente (Ficco) han empezado a replantear sus formas de trabajo, sobre todo de manera virtual, como una opción para no frenar de golpe sus procesos. Este tipo de trabajos, alternativos, independientes y autogestionados han sido claves para la movilización de autores, el diálogo con los públicos a través de un trabajo que no cuenta con las ventajas y la intermediación habitual en la cadena comercial del libro. Como afirmó Pablo Guerra, editor de Cohete cómics consultado para este especial «La autopublicación es clave para la producción de cómic en Colombia y es claro que la ausencia de ferias y festivales presenciales afecta especialmente a este segmento de creadores. Hay iniciativas de instituciones locales en Bogotá, Medellín y Barranquilla que pueden ayudar en alguna medida pero creo que sería bueno ver qué alternativas se pueden generar para que la autogestión no se congele y entender cómo pueden aportar los gobiernos distritales y el nacional». Así mismo, Miguel Duque integrante del equipo organizador de Entreviñetas y responsable de los mercados editoriales de la organización en Bogotá en 2017, 2018 y 2019, agregó otra de las nociones claves en el ecosistema creativo del cómic en Colombia «Los festivales, ferias y mercados son significativos para el sector del cómic en Colombia. En primer lugar, por los ingresos económicos que traen a sus autores, colectivos y editoriales participantes, pero en un nivel también estratégico, por las relaciones de intercambio profesional que nutren».
A partir de este panorama hablamos con algunos autores, editores de libros de cómic y organizadores de ferias y festivales sobre el estado actual de un ecosistema de trabajo en crecimiento, para reunir opiniones sobre las afectaciones, los planes e ideas que en el sector se están tomando.
Santigao Suescún es director de Ficco, un festival de cómic colombiano que además de charlas y presentaciones se ha ido convirtiendo en una vitrina para la exposición y comercialización de cómics y fanzines en Colombia. A pesar de que el festival se realizó hace unos días de manera virtual, y contó con una nutrida programación a través de diferentes plataformas y con el apoyo de diversos aliados, para Suescún «la verdadera y más grande preocupación que teníamos, eran los artistas que asisten y que dependen del evento para poder vender y, sobretodo, mostrar sus proyectos al público. Como es bien sabido, hay muy pocos espacios al año que ofrezcan exclusividad para la historieta y los fanzines». Esta preocupación del director de Ficco, como lo anotaba Miguel Duque de Entreviñetas, evidencia que una gran mayoría de las producciones de cómic en Colombia dependen de estos espacios para su subsistencia debido a que no existe una estructura organizada para la comercialización que logre canalizar gran parte de las creaciones. Muchos de los trabajos de cómics, en su mayoría son iniciativas independientes y sin el trabajo de estos espacios, sus formas de circulación se ven afectadas de forma directa. Teniendo en cuenta que no siempre las publicaciones de cómic llegan a librerías.
Este año el Festival Entreviñetas cumple 10 años desde que se realizara su primera versión en la ciudad de Armenia, en este tiempo sus organizadores han podido ver de cerca la transformación del sector a través del trabajo realizado en conjunto con artistas, editoriales y promotores, es por eso que para Miguel Duque las decisiones en medio de la crisis, es importante afrontarlas en varias direcciones «Desde el momento en el que se declaró la emergencia social y se notificaron las primeras restricciones para el encuentro de personas, reconocimos la complejidad que afrontamos y la posibilidad de ver dos de nuestros programas del segundo semestre del año cancelados o aplazados: el Mercado Editorial y el Festival Entreviñetas, ambos en Bogotá. Sin embargo, a pesar de la inmensa incertidumbre, estamos trabajando arduamente para cumplir con nuestra misión de conectar personas e ideas desde el cómic para cultivar una sociedad más informada, inspirada, solidaria y participativa, incluso durante este tiempo de profunda desconexión humana. Decidimos trabajar en dos niveles. El primero, más urgente, ha consistido en apoyar desde las diferentes áreas de nuestra capacidad organizacional a artistas y organizaciones del sector del cómic y el dibujo que se han visto en graves situaciones de emergencia o con afectaciones a su bienestar. El segundo tiene que ver con un análisis prudente de los escenarios posibles antes de tomar la decisión de cancelar o aplazar».
Por su parte El Faire, una plataforma creada para la visibilización de diferentes lenguajes de expresión visual, entre las que está la historieta, seguirá su camino a pesar de las dificultades en lo que será su sexta edición, la cual no se realizará de forma presencial. Luis Echavarría dibujante de historietas de Medellín e integrante del equipo organizador de El Faire expresó una de las preocupaciones compartidas con los demás organizadores «Esta pandemia ha afectado este tipo de eventos de manera absoluta. No queda sino replantearse de qué otra manera se pueden redireccionar los esfuerzos para que el trabajo acumulado no se pierda ahora». A lo cual, desde El Faire, tal y como lo hizo Ficco, adoptarán una versión digital para no ampliar los impactos ya generados, como dijo además Echavarría «Por nuestra parte nos negamos a parar y vamos a replantear la feria de manera digital. Aun no tenemos todo muy claro, pero celebramos lo que acaba de hacer Fiesta del Libro de Medellín y debemos aprender de lo que hicieron bien y en las cosas en las que fallaron. Propusieron algo grande en un tiempo muy reducido. Vamos a hacer lo mejor posible con las herramientas que tengamos a la mano. No sabemos cuál va a ser el resultado y puede tener por seguro que extrañaremos tener la feria física, pero tomamos la situación como una oportunidad más de experimentar y ojalá empujar la producción gráfica en una búsqueda por que sea un oficio sostenible para sus creadorxs».
Así mismo, Carlos Andrés Martínez (Casetera) dibujante y miembro organizador de La Revueltería; una feria gráfica independiente organizada por el Colectivo Gráfico La Gasimba de Medellín donde algunos dibujantes de cómic y la ilustración, de la ciudad y el país exponen sus trabajos, hace énfasis en la importancia de una «unificación del gremio para la gestión de eventos y actividades (virtual o física con todos los protocolos de salubridad que la actual situación apremia)».
En esa vía, para Nelson Zuluaga director del Festival de Cómics sin Fronteras, un festival que cumple 20 años de gestión y trabajo con exposiciones, talleres, conversatorios, entrega de premios a autores, ediciones, conferencias, caricatura en vivo, cine, muestras itinerantes en barrios y veredas, dibujatorios, ciclos especiales, animaciones y otras actividades, advierte una de las partes centrales en un sector en el que todo lo que se hace es alternativo o independiente «El lugar de los autores y publicaciones de cómics en Colombia es marginal. Autores, pequeños grupos, colectivos y editoriales que hacen esfuerzos muy grandes para desarrollar publicaciones que no son de gran consumo ni de interés general y pasan desapercibidos para los grandes medios y el público. Autores, editores y gestores en un gran porcentaje, alternamos la actividad del cómic con otros oficios para poder sobrevivir, en un país donde no hay industria de la historieta y no pasa más allá de esfuerzos individuales o colectivos de financiación y autogestión, el trabajo debe mutar. Buscar otros medios más alternativos y crear otros modelos de financiamiento y funcionamiento para encontrar un mejor lugar en la sociedad para el gremio de la historieta en Colombia es una prioridad». Teniendo en cuenta que el festival se desarrolla en los meses de septiembre y octubre, Nelson espera contar con un nuevo formato dentro de las posibilidades, para no abandonar el trabajo hecho, como afirma además «asumimos esta situación como un nuevo reto para reinventarnos e ir acorde a los nuevos tiempos que exigen otras formas y dinámicas y seguir educando, promocionando y difundiendo el cómic y la caricatura en Colombia».
Por su parte, el trabajo de algunos editores de cómic en Colombia como Cristian Muñoz de Planeta cómics, se ha enfocado más a mantener los proyectos a pesar de las pérdidas. Muñoz dice, que gracias a las estrategias de marketing y comercialización sus libros siguen teniendo visibilidad «Todos los libros que teníamos planeados se van a hacer. Solo uno de los cómics que estaba casi listo, paró, debido al cierre de las imprentas que impidió que alcanzara a salir a finales de marzo. Los cómics que seguían están en proceso, las autoras y autores siguen trabajando, siguen mandándome avances, nosotros seguimos editando. A medida que todo avance, concretaremos las mejores fechas para lanzar los libros. Ahora, más que nunca, son necesarios productos culturales, entre ellos los cómics».
En el caso del sello Cohete cómics, se presentó hace algunos días su catálogo digital, algo que les ha permitido llegar a nuevos lectores, sobre todo a aquellos que están fuera de Colombia, como dijo Pablo Guerra «La cuarentena hizo urgente un proyecto que teníamos que hacer, ediciones digitales de los libros del catálogo de los que tenemos derechos. Las ediciones ya están disponibles en: elibros. Además, vamos a continuar con las transmisiones del Parche comiquero para fortalecer la comunidad de lectores de cómic. La idea es no congelar las iniciativas que teníamos e inventarnos nuevos proyectos en esta nueva realidad. Estamos buscando la mejor manera de continuar con los planes editoriales que teníamos preparados para la Feria del Libro de Bogotá. Hay varias alternativas que iremos revelando cuando llegue el momento. En términos generales, se tratará de buscar cómo acercarse al público potencial de cada libro».
Por otro lado, John Naranjo, editor de Rey+Naranjo, editorial que alcanzó a lanzar Cazucá, un cómic de su línea infantil, comentó que a pesar de las dificultades «Nosotros seguimos en teletrabajo. Con la pandemia tocó reducir algunos contratos de prestación de servicios y le pedimos apoyo a los empleados en cuanto a aportar una parte de los sueldos para poder seguir a flote. En abril perdimos el 80% de las ventas (sin contar los ingresos de la Feria del Libro, que se computan en mayo). Estamos en teletrabajo desarrollando los proyectos que teníamos y los lanzamientos en España y en digital han ayudado bastante».
Luis Silva, miembro de Aluna Studios, un grupo de trabajo para la creación de contenido editorial, expresa que «en mi caso, por trabajar como proveedor de contenido para un editorial como Panamericana, no he tenido ningún dialogo con ninguna institución nacional, ni privada, ni pública. Siendo Panamericana una editorial privada, se tiene mucha incertidumbre. He hablado con mis editoras y se encuentran muy preocupadas. La decisión tomada ha sido no lanzar ninguno de los cómics que ya estaban listos para impresión. Se cree que, si se lanzan en estas condiciones, no van a vender. De igual forma, los proyectos en gaveta no son el único problema, pues también se vieron afectados los proyectos que se planeaban a futuro. En mi opinión personal, parece que no se van a realizar. Se viene una crisis económica, y las editoriales lo saben…. Viendo la crisis que se avecina, con mi equipo creativo en Aluna comenzamos a planear estrategias. La primera y a la que le damos más prioridad ahora es Webtoon. Afortunadamente justo antes de la pandemia logramos contactar con una editora de Webtoon interesada en proyectos en español para el público latino. Estamos en desarrollo de proyectos para ellos, y si todo sale bien, tendríamos una salida al mercado internacional, digital y con pagos mensuales, lo cual significaría un gran salvavidas en esta situación. Sobre todo, porque Webtoon es gratuito y se consume por celulares. Si mal no estoy, para muchos lectores, Webtoon ha significado una alternativa interesante, con muchas propuestas atractivas en medio del confinamiento».
Como ha pasado con gran parte de los trabajos en el sector cultural, las ayudas son inciertas, pocas, o nunca llegaron y la atención, como el caso de los libros, se la ha llevado solo un eslabón de la cadena comercial, dejando de lado muchos actores que se han quedado sin empleo o han sido despedidos. Muchos de los proyectos que tienen en su agenda al cómic, están tratando de no frenar sus trabajos en un ecosistema además de frágil con varias dificultades para su gestión y realización. Como se sabe, esta situación no es un caso particular de Colombia, cada país está tratando de sobrellevar de la mejor manera las consecuencias de la crisis, para ello, muchos autores continúan trabajando, promocionando sus creaciones o acudiendo a alternativas que les permitan generar ingresos, algunos lectores siguen apoyando creaciones y los gestores inventando nuevas formas para que los espacios que trabajan por el cómic en Colombia no desvanezcan. Ante este panorama, con pocas alternativas, es importante pensar en lo que respondió Miguel Duque para este especial sobre la importancia de establecer conversaciones sobre lo fundamental «creemos que es urgente que las organizaciones del sector que ejecutan ese tipo de programas se comuniquen y lideren con imaginación activa las formas de mantener este intercambio. Es importante colaborar para potenciar las nuevas dinámicas que se han ido dando a través de redes sociales y plataformas digitales, fortaleciendo las relaciones que existen entre las personas que se interesan por el cómic».
Un gran aporte para la escena en latinoamérica