Desde los inicios del estallido de la actual crisis, que nos sobrevino en marzo de este año, ha sido notoria la enorme solidaridad de diversos agentes de la industria cultural, abocados a intervenir y colaborar compartiendo una parte significativa de sus contenidos. A su vez, las editoriales también se han unido a esta labor, ofreciendo a los lectores algunos de sus libros electrónicos de forma gratuita. Valiosas iniciativas que han sido tanto locales como extranjeras. Esto, lo hemos venido evidenciando en las redes sociales, como en Twiter, donde circulan los hashtags #QuédateEnCasaLeyendo y #YoMeQuedoEnCasa, al igual, muchos escritores desde sus cuentas han puesto a disposición de los lectores algunos de sus libros. Lo mismo ha sucedido en Facebook e Instagram, pues, tanto agentes culturales como autores, aprovechan estas plataformas para la realización de charlas, talleres, lecturas y demás acciones encaminadas a hacernos más soportable los días de la cuarentena. A esas generosas y tan necesarias propuestas se sumó el trabajo de la editorial española Astiberri, la cual liberó-de forma digital- varias obras de su catálogo a través de apuestas como Astiberri en Pijama. En este caso, nos interesa destacar y reseñar brevemente algunos trabajos de Lecturas a domicilio. Producción que salió en abril y se compone de tres libros. Cada uno, una antología que reúne historietas de una serie de autores de cómics, destacados por la calidad de sus creaciones. Esos tres volúmenes compilan material publicado en fanzines, blogs, o en relatos breves que aparecieron en otras obras de Astiberri, pero también algunos cómics son inéditos.
El Libro verde (Surtido de relatos) es el primer volumen de la antología, y contiene cómics de algunos historietistas como: Alex Orbe e Iñigo Astiz, Alfonso Zapico, Antonio Hitos, Artur Laperla, Blanca Vázquez, Carlos Spottorno y Guillermo Abril, Dani Fano, Iñigo Astiz e Iñaki Holgado, David Rubín, Elisa Riera, Javier Olivares y Santiago García, José Luis Munuera, Luis Bustos y Santiago García, Marcos Prior, Paco Alcázar, Pedro Vera y Ginés López, Pepo Pérez y Santiago García, Ramón Boldú. De los cómics presentes quiero comentar Los objetores de Blanca Vásquez, publicado originalmente en redes, en 2018, este cómic inicia con una viñeta en la que aparecen una mujer abrazada a un hombre que sostiene una botella. Este cómic presenta la lucha de un joven que apela a la objeción de conciencia en contra de prestar el servicio militar. Gracias a esa lucha narrada, en el año 2001 se dio la abolición del servicio militar obligatorio en España. En esta historieta, que consta de diez páginas, se pueden apreciar el uso de acuarelas negras, usadas en matices grises, sin reconvenir en la exactitud del dibujo realista, sino más bien, la autora parece buscar y destacar las marcadas expresiones de los personajes, y por eso, quizás, el hecho de que en las primeras viñetas abunden los primeros planos para captar la expresividad de los personajes. En seguida, vemos los cambios de escenario en los que se aprecia la destreza para hacer avanzar la narración.
Otro de los destacados en este libro es La señora Rosa de Elisa Riera, extracto de En corto (Astiberri, 2018), un cómic en el que la autora nos narra en once páginas la ruptura de la cotidianidad de una joven que se cruza con una anciana, quien es vecina suya, y le pide ayuda. Y vemos que, al mostrarse compasiva ante la aparente indefensión de la anciana, llegará a vivir una sucesión de extraños acontecimientos que resultarán tanto insólitos como hilarantes. La composición de este trabajo resulta agradable visualmente, al apreciarse gran efectividad narrativa para enganchar al lector, usando varios recursos gráficos y narrativos. Ya sea, por la escogencia de los colores (rosado, violeta y verde) que dan armonía y vivacidad en cada viñeta, por los giros narrativos, inesperados pero hilados laboriosamente, por la efectividad para dibujar los espacios por donde transitan los personajes, como por el marcado tono sensible y humorístico de la historia.
El Libro naranja (Mescolanza de relatos) es el segundo volumen de la antología, e incluye historietas de: Alfonso Zapico, Álvaro Ortiz, Bartolomé Seguí, Brais Rodríguez, Javier de Isusi, Javier Olivares, Santiago García, José Domingo, Jordi Pastor, Juaco Vizuete, Laura Pérez, Luis Bustos, Nadar, Pepo Pérez, Pedro Vera, Ramón Boldú, Raquel Alzate, Sergio Córdoba, y Tyto Alba. De esta segunda entrega destaco O gran Bastian de Luis Bustos, publicado preliminarmente como fanzine en 2011, en este el autor condensa en pocas páginas la historia de Bastian, un gran mago, quien realiza como truco supremo desaparecer en una pequeña caja fuerte, dejando solo una flor en su interior. Consiguiendo así, la contención humorística que nos llevará a la carcajada final, al revelarnos en el último globo: «¡Bastian desaparece mientras se enfrenta a la acusación de evasión de capitales! MoneysMark» y ese atinado cierre, que deja en el aire la pregunta: ¿Quién no quisiera ser mago y desaparecer ante la abrumadora imposición de pagar desmedidos y desviados impuestos?
Otra historieta a destacar del Libro Naranja es Roky Erikson, coño de Sergio Córdoba y Santiago García, publicada originalmente en 2004 en Malas tierras 1. Una historieta narrada en siete páginas. La cual presenta la historia de dos viejos amigos: José y Javi, quienes se encuentran en una tienda de discos, uno de ellos, José, busca un disco del que no recuerda algo: « ¿Tú te acuerdas de cómo se llamaba el cantante de los 13th Floor Elevators?» le dice a Javi. Pero Javi tampoco lo recuerda. La historia, esbozada con un tono humorístico, y construida a partir del diálogo de estos dos personajes, se construye además de lo no dicho. Nos habla de la vida adulta de los hombres, de lo que les impone el capitalismo y las convenciones sociales. En cuanto a algunos elementos estéticos, en cada viñeta, el autor nos ofrece una serie de dibujos en blanco y negro, cuya construcción aporta claridad al entramado narrativo, mediante la utilización de tintas negras usadas en tonos de grises, con trazos muy precisos, y la aplicación de efectos de historieta clásica. Técnica que, por bien ejecutada, nos acerca a la intención gráfica y narrativa del autor. Además de la mezcla precisa entre un refinado humor y la crítica mordaz.
El Libro morado (Miscelánea de relatos) es el tercer y último libro de la antología, e incluye cómics de: Bartolomé Seguí, Bernardo Vergara, Brais Rodríguez, Brecht Evens, Cristina Bueno, Cristina Durán y Miguel Ángel Giner Bou, David López y Graciela de Torres, David Sánchez, El Irra, Enrique Bonet, Javier Peinado, José Domingo, Juaco Vizuete y Sergio Córdoba, Lorena Alvarez, Mamen Moreu, Manel Fontdevila, Mauro Entrialgo, Miguel B Nuñez, Pablo Ríos, Pepo Pérez, Quan Zhou, Mother of Queer y Gonza, Santiago Valenzuela. Esta última entrega abre con Costa una historieta bellísima en la que Seguí, dibuja una sucesión de momentos provistos de cotidianidad. Primero, nos muestra un paisaje solitario de la quietud del mar y las embarcaciones que reposan en él. En otra viñeta, dos trabajadores desembarcando sus productos. En otra, un anciano desenredando una red. Luego, gente ejercitándose en un día soleado. Un hombre que parece acabándose de levantar. Un joven que trata de contener a su perro que le ladra a una joven que pasa patinando por su lado. Un par de amigos ancianos que salen a caminar por el malecón. Después, aparecen dos viñetas que captan la atención: una viñeta muestra un dibujo en cuyo plano en perspectiva aparece el dibujante del cómic, sentado en una banca, y en otra, ya en un primer plano, él mismo observando lo que sucede a su alrededor para plasmarlo en su cuaderno de dibujo y que, a mí me ha evocado Las meninas, que supone la presencia de Velázquez en el cuadro. Es una historieta cautivadora por esas tonalidades en acuarelas claras, que traslucen calma, serenidad, esplendor, como el brillo de la primavera y que, nos recuerdan las fotografías de antaño o las instantáneas que se han vuelto a poner de moda, pero en realidad son, bellísimas piezas, que captan el instante en cada viñeta. Es de precisar que, no existen los globos y, por tanto, no hay palabras, ni diálogos, quizás, apelando a la libre expresividad surgida de la contemplación. Es la mirada del autor, quien generosamente nos sabe trasladar al discurrir de una bella mañana en La costa de Mallorca.
Más adelante, aparece Nido de la dibujante colombiana Lorena Alvarez, que me ha cautivado, tal vez, por mostrar a través de esta breve y significativa historieta una irrupción en la percepción de la realidad. En la primera viñeta, aparece una niña mirando a un pequeño pájaro muerto, pero luego, la niña es el pequeño pájaro, quien ahora es mirado por esta ave enorme, enfocándonos en un primer plano sus patas, para que notemos como el ave ha tomado ahora las grandes dimensiones que le pertenecían antes a la niña. El juego con la realidad de este cómic me ha recordado a El viaje de Chihiro (2001), película de animación japonesa, del director Hayao Miyazaki. Por otro lado, me fijo en el gran cambio en las formas del dibujo y la edición pues, son muy distintas a la técnica que vemos en sus dos últimos libros: Luces Nocturnas e Hicotea, ambos publicados en español por Astiberri
Además de las dos mencionadas destaco el cómic Más de una vez de Pepo Pérez, historieta en torno a la vida de un superhéroe, quien, en cierto modo, parece por momentos evocar a súper héroes del estilo Superman (alzando autos, o contemplando desde otro planeta el planeta Tierra). Un trabajo que es previo a El Vecino, cómic que narra las aventuras de un superhéroe local, obra que fue adaptada como serie para Netflix. Aunque en esa adaptación, como lo señala su autor, cambian varios elementos, como, por ejemplo, el que la máscara del súper héroe sea completa, para mantener oculta su identidad. Otra variación más de fondo, es el marcado tinte humorístico, llevado incluso a la parodia, y que, inicialmente, tanto el autor como el guionista Santiago García, no lo habían contemplado, entre otros ajustes que fueron surgiendo, pero que, son cosas que ellos han acogido sin problema, según señala Pérez en una entrevista.
Por cuestiones de tiempo y extensión reseñé brevemente solo algunos de los trabajos del compendio de historietas que componen los tres volúmenes. Pero se trataba, en suma, de hacerles un adelanto y de conseguir motivarles, en algún sentido, a su lectura. Pero sabemos cuán diversos son los modos que cada quien tiene para alivianar sus tensiones, si es que eso fuera absolutamente posible. Aun así, elogio todo acto de generosidad que contribuya a sentirnos un poco mejor. Concibo que, permitir el acceso a la cultura y al arte también son formas de resistencia que pueden viabilizar un prudente distanciamiento frente al temor latente por la actual crisis y ante el desconcierto por lo venidero. Por eso, celebro el que Astiberri haya cumplido con sus lectores al brindarnos a través de estos libros una magnífica experiencia. Intento, por último, decir que, aunar fuerzas por un bien común sostiene la confianza en nuestra condición de seres gregarios capaces de transformar la realidad que se torna a veces apabullante, y por eso en estos duros tiempos resulta indispensable que apelemos a ser, siempre que podamos, benevolentes. El gran poeta Antonio Machado lo expresaría bellamente, cuando escribiera que: «Benevolencia no quiere decir tolerancia de lo ruin, o conformidad con lo inepto, sino voluntad de bien».