«Como narradores, podemos jugar con la trama pero jamás con el argumento»: Laura Valentina Álvarez

Laura Valentina Álvarez ha ido construyendo una de las carreras en la historieta en Colombia más prolíficas y diversas, transitando en varios espacios que van desde la edición, el diseño editorial, la investigación, la ilustración y el dibujo de historietas. Maestra en Artes Visuales y Profesional en Estudios Literarios de la Pontificia Universidad Javeriana, actualmente es Maestrante de Diseño y Comunicación Visual de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) donde está desarrollando la investigación: «Adaptación de textos literarios a literatura dibujada. El historietista como traductor». Un trabajo que presentó en el Congreso Internacional: Comics in Dialogue, de la Universidad Complutense de Madrid que se realizó el pasado mes de octubre.

A la fecha ha dibujado varias publicaciones de historieta documental como: La comunidad que huyó del conflicto con sus casas al hombro, una historieta sobre desplazamiento en Puerto Gaviotas, Guaviare, para el periódico El Tiempo a partir de las investigaciones de Alejandra Martínez y Javier Forero. En 2019 dibujó uno de los capítulos de la historieta: Gálan. La crónica de otra muerte anunciada una biografía dibujada del político colombiano que publicó Intermedio Editores. Además publicó en la última edición del fanzine Dr Fausto, Los versos perdidos, una historieta sobre la importancia histórica de La mujer Guaneña, un trabajo que dibujó a partir de la investigación de Valentina Zarama.

Hablamos con ella acerca de su trabajo como dibujante, sus opiniones sobre la historieta documental y de no ficción, las investigaciones sobre historieta en Colombia y otros temas más.

Por herencia familiar usted aprendió el oficio y el trabajo de hacer con las manos, de diseñar y construir de formas manuales. ¿Cómo se ha vinculado esta herencia con proceso de edición de libros, de escritura, y de ilustración?

Creo que nunca había pensado en ese impacto. Vengo de una crianza muy DIY (do it yourself) y tanto mi papá como mi mamá me enseñaron a hacer cosas manuales, desde cambiar un tomacorriente hasta coser mi propia ropa. El desenlace irónico es que no estudié ni Bellas Artes ni Diseño industrial sino que mi sueño fue hacer libros, desde cero. Por eso me he ido involucrando en todos los procesos y escogí una formación que me dejara estar cerca de eso. No sé si eso tenga un nombre más sencillo que varios subtítulos subsecuentes, pero me ha dado gratas experiencias; desde vender libros, ilustrar, diseñar, escribir y como asistente editorial. Como un pan multigranos.

Ilustración de Laura Valentina Álvarez para la campaña #SOYMUJER, una invitación de la dibujante Sindy Elefante a que las mujeres expresen su diversidad, gustos, ideas y cuestionamientos.

¿De qué manera incide su formación como profesional en Estudios Literarios en sus trabajos sobre historietas?

En Estudios literarios nuestra formación es más como lectoras, de pronto en Literatura van más por la creación de textos literarios. Tenemos opciones de énfasis y el mío fue editorial. Mi formación siempre ha sido como observadora, como lectora. Esta formación me ayuda a construir sólidamente qué me gustaría leer. La literatura me ayuda construir narrativas cortas o extensas, siempre en la dirección como lectora y cómo me gustaría leerlas, que es distinto al ejercicio de creación.

¿Cuál es el tipo de historieta que le interesa leer respecto a estructura, diseño y forma?

Leía historietas que llegaban en el periódico y recortaba las tiras. Mi mamá en algún momento nos compró algunas historietas de Jacques Cousteau y de temas de exploración sobre el mar, que no tenían nada que ver con acción ni con el género de superhéroes. Lo que me gustaba de esas historietas eran las imágenes y las ilustraciones «científicas» que aparecían en las viñetas, pero eso fue de niña. Más adelante conocí cosas más profundas, «más serías», cuando entré en la Escuela Nacional de Caricatura llegó a mi archivo digital Jimmy Corrigan de Chris Ware, un trabajo que le desbarata a uno la lectura de acciones grandes o de acciones contundentes respecto a lo que se piensa que son las historietas. Ahí descubrí que no me gustan tanto las lecturas agresivas, si no que soy de gustos pausados, como pasa en Jimmy Corrigan, donde prevalece la contemplación y la observación. Me gusta preguntarme cómo, para qué y cómo está la estructura. Me gusta fijarme en detalles, tal vez así son mis historias. El último libro que compré antes de la Pandemia fue: La Casa de Paco Roca, un libro que no es convencional porque es apaisado, más introspectivo, que se va desbaratando, a medida que suceden las tensiones humanas, con los silencios. Me gustan las lecturas pausadas. Por eso en literatura me gusta la literatura oriental, japonesa o coreana que también tiene esos rasgos de lentitud, de contemplación.

Historieta corta de Laura Valentina Álvarez.

Hay un rasgo predominante en sus intereses narrativos, por un lado las poéticas y la construcción de las obras gráficas, pero también hay una pregunta por la memoria. ¿De dónde viene su interés por la memoria en sus trabajos?

Empezando a estudiar Artes Visuales encontré mis propios temas recurrentes. Una pregunta que me empecé hacer plástica y gráficamente era: ¿cómo representar los recuerdos? ¿por qué lo recuerdos nunca son exactos a la experiencia? ¿cómo representar lo que se va borrando y se va olvidando? En algún momento de mi adolescencia me obsesioné con querer recordarlo todo, pero a la vez pensaba cómo funciona en mi memoria esa obsesión. Me empecé a preguntar plásticamente cómo lo puedo representar, la representación de cosas que no son reales. En algún momento en la carrera te hacen una pregunta de ¿cuál ha sido el motivo recurrente dentro todos los trabajos que has hecho en la universidad? Y yo siempre había aprovechado las clases y las entregas finales de dibujo para hablar de ese tema. Por eso pensé que era el tema perfecto para trabajarlo en literatura. En la literatura habíamos visto cursos sobre testimonio, narrativa latinoamericana sobre la memoria, teoría de la memoria. De ahí salió mi proyecto de grado, pero siempre fue un tema de investigación.

Shaun Tan es uno de sus dibujantes favoritos. ¿Qué elementos de este dibujante han sido importantes para sus trabajos creativos?

De pronto no muchos, todavía sigo estudiándolo porque cada libro es una caja de sorpresas. Mi libro favorito de él es El árbol rojo, cada relectura me trae sensaciones diferentes. Quisiera llegar un día a su sutileza poética.

Seguido a esto, ¿cuáles son su referentes gráficos y narrativos?

Cada que me preguntan de referentes siento que va hacia el manierismo, y el objetivo debería ser todo lo contrario. Cando busco referentes me inclino a buscar cosas en otras artes, a fotogramas de películas, a fotografía, documentales o ensayos visuales. Me gusta preguntarme por la estructura y la forma, probablemente por mi formación desde los Estudios Literarios, trato de fijarme en la construcción y sentido de las cosas.

Páginas de la historieta «La resistencia de una barrio» publicadas en el Diario ADN. Septiembre de 2018.

También ha incursionado en la historieta periodística y documental con los trabajos: La comunidad que huyó del conflicto con sus casas al hombro, cómic sobre desplazamiento en Puerto Gaviotas, Guaviare. Un trabajo realizado a partir de la investigación de Javier Forero y Alejandra Martínez, y La resistencia de un barrio que publicó en el diario ADN de Bogotá. ¿Qué tanto debe cambiar las formas de representación y trabajo cuando trabaja en este género respecto a los otros?

Cada proyecto nuevo me demanda compromisos diferentes, cuando he trabajado con guionista / periodista hay un compromiso con su investigación y con los hechos. A mí me preocupa cuando la historia se va quedando en anécdotas enlazadas y el tono y la trama se pierden. El hecho de que sean historias reales nos obliga, como equipo de trabajo, a ser justos con el testimonio y la memoria y desde la literatura hay métodos para eso. Haber investigado sobre memoria para mi trabajo de grado de la Javeriana me ha ayudado mucho en estos trabajos, y en talleres y conferencias con estudiantes trato de dejar claro que, como narradores, podemos jugar con la trama pero jamás con el argumento.

Los versos perdidos, una historieta sobre La mujer Guaneña que publicó en la última edición de Dr Fausto, es otra de sus historietas recientes, un trabajo que realizó a partir de la investigación de Valentina Zarama. ¿Cómo enlazó la adaptación de la investigación al tema propuesto por Dr Fausto?

Llegué a esta historia por una casualidad muy linda, además me sirvió mi interés sobre cómo  funciona la memoria colectiva. En algún momento en literatura lo había trabajado; qué se olvida, qué se recuerda y qué matices hay asociativos hay en las historias. Cuando encontré el trabajo de Valentina entendí perfecto lo que ella quería hacer con la historia, además ella fue muy abierta a explicarme todo el proceso de investigación. Me explicó otros detalles históricos: La guerra de los comuneros, por qué Pasto era realista y estaba en contra de Simón Bolívar. Cuando le hice la propuesta a Valentina, le dije que sería resumida porque solo tenía cuatro páginas, pero la historieta que hice tiene datos que son importantes y fundamentales en el trabajo de Valentina. Me interesaba, también, que a Valentina le gustara y se le hiciera justicia a su trabajo de investigación.

Una página de la historieta «Los versos perdidos» publicada en Dr Fausto. Historieta dibujada por Laura Valentina Álvarez, basada de la investigación de Valentina Zarama.

Como tenía la limitante de cuatro páginas ¿Ha pensado en ampliarlo o incluso hacer una antología?

Es opcional. Todavía no me lo he planteado. Específicamente el papel de la Guaneña creo que fue suficiente para el trabajo que se hizo con Dr Fausto. Me queda la inquietud general de lo que nos queda por contar, porque la historieta es una herramienta de comunicación para esas cosas que a veces están pérdidas, que deben ser rescatadas, investigar sobre datos que no aparecen en la memoria colectiva, por ejemplo, cuántas y cómo fueron las mujeres involucradas en las luchas de Independencia, cuál es el significante de la Malinche para la sociedad mexicana… Y no solo en Colombia, sino en más lugares de Latinoamérica. Los dibujantes necesitamos tanto los recursos como los métodos de investigación en archivos, hacer las entrevistas, todo el trabajo interdisciplinario. Nos falta formación en eso. Hay un montón de herramientas prácticas que una no conoce. No solo quisiera ampliar la historia de la mujer Guaneña sino otras. Por eso me gusta tanto hacer historias de no ficción.

Una página de la historieta «Los versos perdidos» publicada en Dr Fausto. Historieta dibujada por Laura Valentina Álvarez, basada de la investigación de Valentina Zarama.

El año pasado se editó Galán: la crónica de una muerte anunciada, un libro en el cual usted participó. ¿Cuál su experiencia trabajando como dibujante en una historieta documental sobre la vida de Luis Carlos Galán?

A mí me tocó una de las partes más interesantes de la historia porque me tocó la parte final, toda la planeación del asesinato, el tema de Escobar. Y me involucré con una parte que no era contemporánea a mí. Para mí el recuerdo del personaje está en memoria de otros. Como dibujante me tocó involucrarme y trabajar con muchos datos, aprenderme la historia, no solo datos anecdóticos. Fue un reto como dibujante porque tenía que dibujar mapas, armas, militares. Dibujé muchas cosas nuevas, aprendí muchas cosas sobre mi dibujo también. Yo dibujaba de una forma y decidí cambiar el estilo por compromiso con la historia, cambié mi línea, las texturas, las composiciones. Aprender a dibujar de otras maneras es un proceso largo, que no se da de la noche a la mañana. Además de todas las implicaciones del trabajo, las entregas, el calendario.

Viñeta de «Galán. La crónica de otra muerte anunciada» dibujada por Laura Valentina Álvarez. Intermedio editores.

Además está realizando investigaciones sobre historietas en la maestría que está cursando. Desde su experiencia ¿cuál es la importancia de las investigaciones de historietas en Colombia? ¿Qué espacios serían necesarios para abrir nuevas conversaciones en este campo?

Este todavía es un espacio muy pequeño, incluso a nivel Latinoamérica, pero cada vez tiene más fuerza y hay más participantes latinoamericanos en congresos internacionales. Incluso se están formando alianzas por las iniciativas de colectivos de varios países y así nos vamos conociendo las caras. Ha sido importante que en varias universidades del país se haya abierto espacios para la investigación sobre cómics y los estudiantes se lo están tomando con entusiasmo. En un par de ocasiones me han escrito estudiantes de diferentes universidades para hacerme algunas preguntas porque encuentran mi nombre en listados de ilustradoras e historietistas en Colombia. Eso es síntoma de que todavía hay muchos espacios por explorar, preguntas nuevas por hacernos.

Fragmento de «Galán. La crónica de otra muerte anunciada» dibujado por Laura Valentina Álvarez. Intermedio Editores.

En su presentación en el Congreso Internacional Comics in Dialogue desarrolla parte de su tesis. Ahí expone: «el historietista es un traductor de imágenes y palabras que convergen en una misma estructura». ¿Podría ampliar un poco más esta idea? 

La traducción en una metáfora del proceso que hace el autor historietista cuando realiza una adaptación de textos literarios a cómic. Ejemplos de adaptaciones en historieta hay muchos y, como es un ejercicio que había hecho varias veces durante el pregrado, me pareció interesante para mi investigación. La pregunta parte del papel del autor, pero va dirigida a cómo usa el lenguaje y qué pasa cuando un lenguaje textual se lleva a imágenes narrativas.

¿Cuál fue la pregunta esencial para la investigación de maestría sobre la adaptación de textos a literatura dibujada?

Quería hacer una tesis muy teórica y hablar sobre el lenguaje. Al principio tenía ideas muy diferentes a lo que terminó siendo mi investigación porque encontré cosas que ya se habían hecho o cosas para las que necesito más herramientas para acércame. Pero buscando en ese límite entre que la historieta no es literatura y los casos en que sí está relacionada con ella encontré el camino para desarrollar la investigación. Uno de los objetivos de la investigación fue demostrar que, así estemos hablando de adaptaciones, el cómic no es literatura porque el cambio de lenguaje crea una obra nueva. Ese fue el gran postulado, pero eso había que argumentarlo y demostrarlo.

Ahí aparece la mención al cuento Pierre Menard, autor del Quijote de Borges…

Ese cuento lo leí cuando estudiaba literatura, son de las explicaciones que se te quedan para toda la vida, como pasa con Continuidad de los parques de Cortázar. El cuento de Borges apareció como la analogía perfecta de lo que quería explicar. A partir de esa analogía pude establecer el método de estudio y me permitió acercarme a la gran pregunta por el lenguaje en el cómic. En el proceso encontré Decir casi lo mismo de Eco, me lo devoré. Ahí Eco plantea la traducción como una metáfora y el cuento de Borges se puede leer en ese código.

Ese libro fue iluminador, un gran salvavidas porque llevaba mucho tiempo buscando un libro que hablara de esa forma, de traducción en medios diferentes, ya que necesitaba teoría y bases. Este texto es un gran resumen de los conceptos sobre traducción y, en algún momento, habla de otra forma de la traducción que es la intersemiótica. Eco, que fue tan aficionado a los cómics, habla de ellos muy poquito en este libro, pero nombra que las adaptaciones a cómic pueden ser una traducción, una traducción intersemiótica. Entonces, cuando hablamos que el cómic tiene un lenguaje particular, hablamos de un lenguaje que mezcla dos sistemas comunicativos que funcionan como unidad, hablamos de un sistema intersemiótico. A partir de ese concepto se puede aplicar teorías de traducción a las adaptaciones de textos literarios.

Volviendo a la analogía del cuento de Borges, aunque el personaje Pierre Menard «copie el texto de Cervantes», no es el mismo texto. Metodológicamente, Menard se para frente al texto como lector y no como creador. Esto nos lleva a una de las preguntas del principio, como dibujante te paras primero como lector antes de ser creador.

Una ilustración de Laura Valentina Álvarez sobre su investigación y los conceptos de trabajo.

Ahí pienso en las películas de Kubrick, que en su mayoría son adaptaciones de textos literarios, pero Kubrick crea un lenguaje, una obra nueva con la adaptación.

Uno de los postulados de la traducción es que hay cosas intraducibles. En la historieta pasa lo mismo. Hay cosas que existen en el texto literario y son funcionales en el texto porque el lenguaje textual hace que funcione de esa manera, pero cuando lo llevas a otro medio que tiene otras características materiales, el lenguaje no puede funcionar de la misma manera, pero tienes unos recursos adicionales con los cuales puedes producir la misma sensación o algo parecido sin narrarlo como lo hace el texto original. Por eso es mi investigación es sobre lo que pasa con el lenguaje. No se trata de llevarlo completo, palabra por palabra, como pasa con la adaptación de Informe sobre Ciegos de Ernesto Sábato dibujada por Alberto Brecia. Lo que hace Breccia es llevarlo al lenguaje de cómic extrayendo literalemente lo que dice el texto Sábato, tal vez no completo, pero una mayoría. Breccia lo que hizo fue plantearse unos ritmos, unas composiciones que no se alejan de la versión original de Sábato. Una de las conclusiones de mi investigación es que no hay un método para hacer una adaptación, que no se podría establecer unos parámetros unificados para evaluarlas.

¿Qué opinión tiene de las adaptaciones que se han realizado en el país? Pregunto esto porque en la gran mayoría de casos se alude a que la adaptación de estas historietas es para llevarlas a lenguaje más accesible.

Al vivir en México no he tenido acercamiento directo a muchas de las adaptaciones que han salido en los últimos años en Colombia. No puedo decir que he revisado los ejemplos con detalle, los conozco y los tengo anotados en mi base de datos sobre las adaptaciones que se encuentran en el mercado hispanoamericano. Hacen parte de mi búsqueda sobre el panorama que existe de adaptaciones de Colombia, Latinoamérica y en España. Sobre las adaptaciones hay muchas preguntas que responder, no solo la pregunta sobre el lenguaje. Un análisis editorial nos lleva a preguntarnos sobre los cánones literarios de cada país, cómo funcionan los «planes lectores » y qué editoriales apuestan al cómic como una herramienta pedagógica, ¿cuántas veces está adaptada La Iliada, El Quijiote o las  obras de Shakespeare?

Ilustración Laura Valentina Álvarez.

¿Qué proyectos de historietas le gustaría desarrollar a futuro?

Después de haber estudiado durante 11 años y haber tenido que hacer una maestría que me permitiera investigar sobre cómic y toda la parte ñoña, creo que estoy lista para un proyecto propio que no se quede en sólo una maqueta. Pero también me gustaría trabajar en más proyectos de no ficción, todavía nos queda mucho que contar por ahí.

Por último. ¿Cuáles serían los proyectos de no ficción que le gustaría hacer?

Siempre he trabajado con Javier Forero, él ha sido guionista de los tres proyectos de historieta de no ficción que he publicado. Encontramos que nuestra metodología funciona porque él es muy juicioso haciendo sus guiones y eso nos ha permitido trabajar muy bien. Al periodismo se le puede aportar mucho, no solo porque en exista un boom sino porque nos falta, como país, recuperar muchas cosas y el cómic puede ser una herramienta para eso. Ahí es donde siento que puedo aportar no solo como dibujante de cómics, sino como narradora de historias.

Mario Cárdenas
Mario Cárdenas
Estudió literatura en la Universidad del Quindío. Ha escrito en diferentes medios sobre cómic y literatura. En sus ratos libres se dedica a tomarle fotos a "Caldera" su Bull terrier.

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