Por alguna reminiscencia de un mundo esplendoroso que se derrumbó justamente por su misma grandeza, entre sus terrenos abandonados y casi siempre escarpados, además no exentos de seres acechantes, deambulan exploradores juveniles en la búsqueda de algo con la clara intención de reclamarlo porque les pertenece. Aunque provengan desde alguna divergente dimensión del tiempo. Esta podría ser la caracterización para los más emblemáticos comics de Sergio Corradine, sin pasar inadvertidas las diferencias de escenarios y figuras.
La mini saga En lo profundo del bosque y La senda de la dama (DF Comics), nos transportan a universos arcaicos eclécticos donde criaturas que habitan en la fantasía de la superstición, cruzan la esfera de lo mitológico. En el primero, bajo uno de los episodios que lo componen titulado En busca del cristal del cielo, dos hermanos se adentran en la boca de un bosque espeso buscando unos objetos llamados «Los cristales del cielo», que guardan el sentimiento más puro del amor, como es, el corazón de un hada y que han sido robados por una especie de monstruo al no sentirse correspondido por ella, lo que ha ocasionado que se convierta en un ente sin alegría sometida a la presencia de aquel posesivo adefesio. Una vez los chicos han hallado el agujero donde cohabitan, intentan tomar los cristales, pero fracasan tras una disputa con el monstruo, en la que finalmente éste impone su criterio de que se debe seguir viviendo a pesar de todo.
En el otro episodio denominado Camino a la puerta dorada, un joven Gñael (quizá una raza utópica), recorre un bosque secreto indagando una nueva luz que pueda liberar a su tierra natal de las tinieblas. Siguiendo las recomendaciones de un ser superior y armado con una daga poderosa que le regaló su madre, vence adversidades y al final descubre que existe algo más fuerte para lograr alejar la oscuridad que le persigue. En el segundo comic señalado, una valiente niña trata de descifrar un enigma que la atormenta y para ello recorre una superficie arrasada con vestigios de una antigua civilización desconocida; para llegar a su objetivo debe esquivar la presencia de desconocidos que se le cruzan, poniendo a prueba su arisco carácter como instinto de supervivencia; finalmente, por un pequeño detalle, se percata de que un recurrente sueño que la persigue es el lazo que la une con su pasado familiar.
Estas historias, aunque no están ensambladas entre sí, tienen elementos en común que las revisten con una impronta que el autor ha procurado imprimirles; por ejemplo, en referencia al argumento se alude a adolescentes que buscan saldar cuentas pendientes que, supondría uno, algún adulto relacionado con ellos no pudo retribuir y en cierta medida, ahora estos párvulos están pagando las consecuencias de aquellas desacertadas y lejanas acciones. Otro punto importante sin duda, es la presencia de La Luz (entiéndase poder sobrenatural) como ingrediente generador de salvación y por medio de la cual, el desarrollo de la trama cobra notabilidad, bien sea para iniciar una aventura o resolver un misterio. Un factor más a resaltar es la atemporalidad; la presencia de figuras fabulosas insinúa la vitalidad de una comunidad medieval, pero la indumentaria de los protagonistas remite más a nuestra contemporaneidad, y el entorno, a un porvenir fatigado. En la parte técnica se destaca un pronunciado contraste entre blancos y negros con tramas detalladas para las sombras en los follajes. Adicionalmente, unos singulares ojos perpendiculares para cada personaje, delatan una marca distintiva de su creador.
Ante todo, es para aplaudir la valentía de esta propuesta, con una temática difícil de impulsar y mucho más en nuestro medio colombiano, donde apenas estamos desperezando los ojos luego de un largo letargo de estar de espaldas a las creaciones gráficas nacionales. Un trabajo sustentado en un gran bagaje literario por su carga de simbolismos que garantiza a los que se aproximen a él, una experiencia más allá de sus percepciones al acompañar a estos expresivos héroes, en sus recorridos inciertos en los que la naturaleza juega a favor y en contra, pero siempre con una sensación de recompensa por la tenacidad demostrada para llegar a un feliz epílogo.
Sergio Corradine (Bogotá). Ilustrador, dibujante de cómics y creativo visual en varios campos. Sus obras más notorias son las reseñadas anteriormente, las cuales puso a disposición de manera gratuita en internet para deleite de sus seguidores. También elabora suvenires y toda clase de objetos relacionados con los personajes de su propia invención. También es notoria su participación en un trabajo de tinte social denominado Un cómic por la paz del proyecto “Manos a la paz” del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, en el que se narra el proceso de reintegración en el conflicto colombiano a partir de los acuerdos de La Habana. Sigue activo en redes compartiendo sus productos e ideas.