Una grieta cotidiana

Hay sentimientos y estados de ánimo que son difíciles de nombrar y explicar con palabras. Para sortear estas limitaciones apelamos a lo metafórico y simbólico del lenguaje oral o escrito, o recurrimos a otros códigos o lenguajes, entre los cuales- quizás- sea el dibujo el más elocuente. Así, lo que no podemos poner en palabras lo expresamos en trazos figurativos o abstractos que, como en los otros lenguajes, es posible cargar con una intención no solo comunicativa, sino también artística. Dar cuenta de condiciones médicas y exponer narrativamente el agobio de una o varias vidas siempre han sido posibilidades al vuelo para los creadores de las artes plásticas y gráficas, incluidos los historietistas.

El dibujo como catarsis, la expresión gráfica de nuestros miedos y frustraciones, la confrontación con nuestra personalidad; en estos márgenes se mueve la propuesta de la historietista Ana María López con Pánico, la novela gráfica con la que obtuvo la Beca a la creación de la Alcaldía de Medellín en 2018.

La conjunción de las múltiples posibilidades estéticas y narrativas del dibujo permite a la novela gráfica abordar variados temas y poner en escena personajes a los cuales es posible llevar a extremos que dejan ver su complejidad y sus flaquezas. Es así como se nos presenta Ana, trasunto de la autora, que vive una vida normal de estudiante en la ciudad de Medellín hasta que un buen día una grieta se abre en su pecho.

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Instante en el que Ana descubre que sufre Trastorno de Pánico

 

Y no es una grieta que permite que entre la luz, parafraseando a Leonard Cohen, sino una por la que empieza a asomarse un ente inefable y abrumador. Se perfila así el conflicto que le da consistencia narrativa a esta historia en apariencia sencilla: Ana contra sus demonios interiores, Ana contra sus pensamientos, Ana contra sí misma. Es entonces que entra en juego la versatilidad del dibujo para surtir de fuerza y sentido las situaciones por las que atraviesa la protagonista. Con el recurso básico del blanco y negro, trazos simples que se apartan del realismo y viñetas tradicionales que se alternan con otras no convencionales para marcar giros y momentos de tensión, la historia avanza con solvencia. Aunque por momentos los diálogos se ven afectados por lugares comunes, el entramado narrativo no pierde solidez.

Lo simbólico y la ironía son claves como vehículos y contrapuntos del drama de Ana, hábilmente presentados en lo gráfico. Las páginas en negativo para marcar los episodios de su trastorno y los pájaros que representan una especie de alter ego, y quizás un anhelo de libertad, demuestran un trabajo concienzudo para tamizar el material testimonial y autobiográfico, llevándolo con gracia al rico lenguaje del noveno arte.

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Descripción gráfica del primer ataque de Pánico

Y como no hay drama sin humor, Ana, sus familiares y sus amigos tienen chispazos que, sumados a una particular banda sonora, matizan los días grises en los que lidian con su condición y le imprimen frescura y verosimilitud a la trama.

Con este primer trabajo en la novela gráfica, Ana María López pone todo su talento como ilustradora y diseñadora en función de una historia bien contada. Una historia propia que pone en contexto lo que a muchos nos cuesta reconocer como una enfermedad, un mal común que hoy por hoy afecta a más personas de las que podría pensarse.

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Con su abordaje al tema clínico y la mirada personalísima, esta obra se emparenta con trabajos como María y yo, de Miguel Gallardo (Astiberri, 2007); Alicia en un mundo real, de Isabel Franc y Susanna Martín (Norma, 2010); y Habla María, de Bernardo Fernández, Bef (Océano Historias gráficas, 2018). Entra además a nutrir el panorama de la narrativa gráfica nacional que en los últimos años ha visto surgir nuevos autores y propuestas que se van abriendo camino en busca de público lector. En ese empeño son cada vez más importantes las becas de creación, la circulación en medios independientes, los espacios de encuentro y reflexión, y las apuestas de editoriales independientes que, como es el caso de Rey Naranjo con Pánico, se han esmerado por poner en manos de los lectores un libro bellamente editado.

Se espera que la condición de aparecer bajo uno de los sellos independientes con mejor circulación en el país le permita a esta obra una mejor suerte que la de la mayoría de las que obtienen estímulos estatales. Que se lea, se comente y se comparta en muchos rincones son estímulos invaluables para esta obra notable. 

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Pánico

Ana María López

Rey Naranjo Editores

124 páginas

2019

Juan Felipe Gómez
Juan Felipe Gómez
Periodista, gestor cultural y promotor de lectura y escritura creativa. Estudió Comunicación Social-Periodismo en la Universidad del Quindío. Ganador, en la categoría de estudiantes universitarios, del Segundo Concurso Nacional de Cuento RCN-Ministerio de Educación en homenaje a Tomás Carrasquilla 2008. Primer lugar en el Primer Concurso Departamental de Cuento Humberto Jaramillo Ángel 2009. Cuarto lugar, con mención especial del jurado, en el Primer Premio Nacional de Cuento La Cueva 2011. Miembro fundador y asesor de programación literaria del Encuentro Nacional de Escritores Luis Vidales. Se ha desempeñado como coordinador de la Red Departamental de Bibliotecas Públicas del Quindío.

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