Con un trabajo que ya sobrepasa los 20 años, el historietista, diseñador y realizador audiovisual Tomás Arango ha acumulado una cantidad de historias extravagantes en las que siempre ha vertido muchas de sus obsesiones y su admirable capacidad narrativa. Sus historietas, que pueden rastrearse en algunos fanzines, revistas como Fierro, Larva o Carboncito de Perú o en su sitio Nomás cómics, están inyectadas por plagas, vicios y cualquier cantidad de fluidos. Aunque sus dibujos, también se han movido por otros registros como el de los cómics documentales.
Sin preocuparse por las ansiedades editoriales de los últimos días, o los protocolos dictados, Tomás sigue movilizando sus historietas como lo ha hecho en gran parte de su vida; en autopublicaciones o en cualquier lugar donde pueda generar imágenes narrativas. Hace unos meses, el dibujante regresó a Medellín luego de pasar unos años en España. Aprovechamos su retorno para cazar algunas de sus palabras en una breve entrevista.
Usted lleva dibujando historietas más de 20 años, su trabajo puede rastrearse en fanzines, colaboraciones para la Gazetilla Robot, Larva, Historietas Reales, Vinagreta Garbo y otra larga lista de publicaciones ¿Qué tanto ha cambiado el oficio durante estos años?
Mis mayores orgullos son participar en Fierro, Cábula, Carboncito, Invasor, Nosotros, además de los que mencionas. El panorama del cómic en Medellín ha cambiado mucho, ahora hay público y la gente medio entiende lo que es cómic. Ahora hay ferias de fanzines. Alucino con la cantidad de ferias que hay. Estoy feliz viviendo el futuro de hoy en día.
Sus cómics pasan por lo escatológico, los fluidos que cobran vida, sustancias y partículas, plagas y las alteraciones por drogas. Fijaciones que está conectadas con la corriente underground norteamericana o con los cómics de autores como Ernan Ciriani, ¿De dónde vienen las obsesiones por estos temas?
Todas esas influencias son ciertas. La fascinación por lo escatológico viene de una etapa anal nunca superada, ¡qué sé yo! Sin embargo, creo que mi curiosidad por lo explícito ha evolucionado al discurso post anti-humanista del reverendo Chris Korda. Es decir; lo escatológico sigue siendo parte de mi producción pero ahora con un propósito pedagógico.
Muchos de sus dibujos no se quedan solo en las páginas de papel, ahora que usted ha vuelto a la ciudad de Medellín uno empieza a ver-con frecuencia- sus trazos por algunas paredes y muros ¿Por qué sus dibujos se esparcen más allá del papel?
Supongo que mi inquietud es generar imágenes y narrativas, no el ocupar un sustrato específico. Me gusta mucho el formato digital: los audiovisuales, la animación, el gameplay. También estoy contento de volver a Medellín; mi relación de amor y miedo con esta ciudad es de apropiación del territorio.
Montar en BMX derrapando por la ciudad, y los video juegos son otras de sus obsesiones ¿Cómo se insertan estas actividades con el dibujo de historietas?
Me gustaría mezclar todos esos mundos mucho más. ¿Cómo lo hago? Lo hago a duras penas; lo que se vive sobre la BMX es mucho más fácil transmitirlo con una GoPro que con viñetas, o ¿serán mis limitaciones? Los video juegos igual, ojalá los hubiera explotado más en mis cómics; la verdad es que son más distracción que inspiración; nada más que escapismos, como los que quiero crear algún día, «entretenimiento de calidad», no tengo ningún problema con ese apelativo. La BMX adicionalmente tiene algo muy medellinita ¿cómo explicarlo? la ciudad se siente muy bien bajo esas ruedas pequeñitas, aunque las rodillas las destroza.
En un «metacómic» donde usted habla sobre el proceso creativo menciona que lo más importante es divertirse en el proceso ¿Podría ahondar más en los procesos de trabajo que realiza?
Cada proyecto puede nacer a partir de un personaje, un contexto o un concepto. Puede partir del dibujo o del texto. Los encargos o proyectos divulgativos parten inevitablemente de un texto que hay que revisar muchas veces, adaptar a guion de cómic y dibujar con el apoyo de documentación gráfica. En cambio, mis cómics personales no suelen tener guion, si mucho pruebo algunas líneas de diálogo pero parten del dibujo sin saber muy bien dónde acaban, hasta que lo termino.
A pesar de que su estilo está inclinado a la autobiografía, los Funny animals y los temas referenciados, usted tiene la capacidad de moverse hacia otros registros ¿Tiene interés por trabajar en otros géneros?
Sí, tengo mucho interés en cambiar lo que he venido haciendo toda la vida y hacer obras tipo La mazmorra. Aquí lo confieso. También tengo mucho interés por diversos temas de divulgación y conservación. Quiero aportar a un beneficio real en el mundo con lo que sé hacer.
Hace unos días usted ha estado publicando unas historietas sobre el Chiribiquete ¿Por qué le ha llamado tanto la atención sobre esto?
El Chiribiquete es una revolución al conocimiento que creíamos tener de nuestro continente.No es un tema, son mil temas fascinantes en toda suerte de disciplinas.Es imposible que no llame la atención algo así. Yo llegué tarde, llegué hace poco, vos lo has dicho; así recién llegado me encontré con un artículo en la prensa dónde el antropólogo Carlos Castaño Uribe está lanzando la alerta, y entonces me comprometí a hacer algo por mi parte.
Una de las tantas historietas de su trabajo que más me llama la atención es Si yo el fuera jefe ¿Cómo fue armando las diferentes versiones que aparecen en el fanzine? ¿Ha pensado en continuarlo?
No voy a continuarlo. Eso se acabó. Era una denuncia sobre toda la antioqueñidad, toda esta cultura mafiosa-racista-sexista de mierda en la que me usé a mí mismo como chivo expiatorio y nadie lo entendió. Me ha dejado muy aturdido la delgada línea que hay entre la confesión y la alegoría.
Hay una historieta no tan conocida en su trabajo, Nosotros, donde narra el uso de niños y niñas como soldados en el conflicto ¿Cuál fue el origen de ese proyecto?
Fue un proyecto de The Roméo Dellaire Child Soldiers Initiative y UNITAR en el que realizamos talleres con menores desmovilizados del conflicto armado en Colombia (2015). Juntos escribimos una historia que alentara a los menores a elegir un camino diferente al de la guerra, luego la adapté y dibujé. Creo en este proyecto, creo que nada justifica entrenar niños soldados.
¿Ha pensado hacer una antología su trabajo en un solo libro?
Las antologías están bien para fanzines.
Desde su regreso de España ¿En qué ha estado trabajando?
En buscar trabajo. Además de lo que ya hemos mencionado.
[…] actualmente en Colombia 2020 el diario El Espectador bajo la coordinación de Entreviñetas. Tomás es aficionado a montar en bicicleta y a jugar […]